Ya que, LPV, no aparece ; sigamos presentando pasajes bblicos que no dejan lugar a dudas de que Dios habl directamente a Moiss y al pueblo.
Vean, y lean pacientemente:
x 19:
1 "En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo da llegaron al desierto de Sina.
2 Haban salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sina, y acamparon en el desierto; y acamp all Israel delante del monte.
3 Y
Moiss subi a Dios; y Jehov lo llam desde el monte, diciendo: As dirs a la casa de Jacob, y anunciars a los hijos de Israel:
4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cmo os tom sobre alas de guilas, y os he trado a m.
5 Ahora, pues, si diereis odo a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seris mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque ma es toda la tierra.
6 Y vosotros me seris un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirs a los hijos de Israel.
7 Entonces vino Moiss, y llam a los ancianos del pueblo,
y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehov le haba mandado.
8 Y todo el pueblo respondi a una, y dijeron:
Todo lo que Jehov ha dicho, haremos. Y Moiss refiri a Jehov las palabras del pueblo.
9 Entonces
Jehov dijo a Moiss: He aqu, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y tambin para que te crean para siempre.
Y Moiss refiri las palabras del pueblo a Jehov.
10 Y
Jehov dijo a Moiss: Ve al pueblo, y santifcalos hoy y maana; y laven sus vestidos,
11 y estn preparados para el da tercero, porque al tercer da
Jehov descender a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sina.
12 Y sealars trmino al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subis al monte, ni toquis sus lmites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morir.
13 No lo tocar mano, porque ser apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivir. Cuando suene largamente la bocina, subirn al monte.
14 Y descendi Moiss del monte al pueblo, y santific al pueblo; y lavaron sus vestidos.
15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer da; no toquis mujer.
16 Aconteci que al tercer da, cuando vino la maana, vinieron truenos y relmpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeci todo el pueblo que estaba en el campamento.
17
Y Moiss sac del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.
18
Todo el monte Sina humeaba, porque Jehov haba descendido sobre l en fuego; y el humo suba como el humo de un horno, y todo el monte se estremeca en gran manera.
19 El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moiss hablaba,
y Dios le responda con voz tronante.
20
Y descendi Jehov sobre el monte Sina, sobre la cumbre del monte; y llam Jehov a Moiss a la cumbre del monte, y Moiss subi.
21
Y Jehov dijo a Moiss: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los lmites para ver a Jehov, porque caer multitud de ellos.
22
Y tambin que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehov, para que Jehov no haga en ellos estrago.
23 Moiss dijo a Jehov: El pueblo no podr subir al monte Sina, porque t nos has mandado diciendo: Seala lmites al monte, y santifcalo.
24
Y Jehov le dijo: Ve, desciende, y subirs t, y Aarn contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el lmite para subir a Jehov, no sea que haga en ellos estrago.
25 Entonces Moiss descendi y se lo dijo al pueblo.
x 20:
1"
Y habl Dios todas estas palabras, diciendo:
2
Yo soy Jehov tu Dios, que te saqu de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
3 No tendrs dioses ajenos delante de m.
4 No te hars imagen, ni ninguna semejanza de lo que est arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinars a ellas, ni las honrars; porque yo soy Jehov tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generacin de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomars el nombre de Jehov tu Dios en vano; porque no dar por inocente Jehov al que tomare su nombre en vano.
8 Acurdate del da de reposo para santificarlo.
9 Seis das trabajars, y hars toda tu obra;
10 mas el sptimo da es reposo para Jehov tu Dios; no hagas en l obra alguna, t, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que est dentro de tus puertas.
11 Porque en seis das hizo Jehov los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y repos en el sptimo da; por tanto, Jehov bendijo el da de reposo[c] y lo santific.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus das se alarguen en la tierra que Jehov tu Dios te da.
13 No matars.
14 No cometers adulterio.
15 No hurtars.
16 No hablars contra tu prjimo falso testimonio.
17 No codiciars la casa de tu prjimo, no codiciars la mujer de tu prjimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prjimo.
18
Todo el pueblo observaba el estruendo y los relmpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y vindolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
19
Y dijeron a Moiss: Habla t con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.
20 Y Moiss respondi al pueblo: No temis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor est delante de vosotros, para que no pequis.
21
Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moiss se acerc a la oscuridad en la cual estaba Dios.
22
Y Jehov dijo a Moiss: As dirs a los hijos de Israel: Vosotros habis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.
23 No hagis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haris".
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"A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehov es Dios, y no hay otro fuera de l.
Desde los cielos te hizo or su voz, para ensearte; y sobre la tierra te mostr su gran fuego, y has odo sus palabras de en medio del fuego". (Dt. 4:35, 36)
Dt. 5:
22 "
Estas palabras habl Jehov a toda vuestra congregacin en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no aadi ms. Y las escribi en dos tablas de piedra, las cuales me dio a m.
23
Y aconteci que cuando vosotros osteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que arda en fuego, vinisteis a m, todos los prncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos,
24
y dijisteis: He aqu Jehov nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos odo su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehov habla al hombre, y ste an vive.
25
Ahora, pues, por qu vamos a morir? Porque este gran fuego nos consumir; si oyremos otra vez la voz de Jehov nuestro Dios, moriremos.
26
Porque qu es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la omos, y an viva?".
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Te espero, LPV.
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