Es monstruoso querer anular los misericordiosos mandamientos que nos enseña el Evangelio de Jesucristo, y querer imponer en su lugar los puntos difíciles de las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos.
Los puntos difíciles y torcidos de las cartas atribuidas a Pablo fueron impuestos como doctrina cristiana por la religión católica y luego los "protestantes" luteranos, calvinistas y otros, hicieron de estas doctrinas un "evangelio diferente" para dejar anulado el Evangelio de Jesucristo. Y esta confusión es la que está viviendo el mundo...
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