El Señor Jesús no mandó las penas de muerte, ni nunca fueron ordenadas por Dios, porque Jesús es Dios mismo que se hizo carne y cuando predicó el Evangelio, nos enseñó los mandamientos que en verdad había dado Él mismo desde siempre y para siempre, y todos sus mandamientos mandan amor, misericordia y perdón, y esto es lo que Dios en verdad mandó a Moisés y en todos los tiempos, porque la ley de Dios no cambia, siempre manda misericordia y amar a todos, tambien a los enemigos. El mandamiento de Dios para los hombres, desde siempre y para siempre, es no matarás. Por eso Jesús anuló del Antiguo Testamento todos los mandatos que ordenaban a los hombres matar a las personas en muchas ocasiones.
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