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Tema: ¿Es la verdad algo que se puede "decir"?

  1. #221
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    Predeterminado Re: La idea del otro

    Estimada amiga Eburnea, primeramente te agradezco, la lectura atenta y rigurosa, como el reclamo de aclaraciones.

    Me es necesaria y valiosa toda contribución.

    Voy a recurrí al empelo de metáforas, para referirme a lo que tomo y manejo como construcciones mentales.
    A los cuerpos mentales, a las formas mentales, que la acción mental requiere y que le son esenciales.

    Ya que como dijimos, la acción mental se manifiesta en su productividad por medio y a través de las construcciones mentales.
    Vamos con las metáforas; tomemos un limonero, unas plantas de ajo, el cuerpo vivo de un tigre, análogas o similares a lo que denomino, o relaciono, como construcciones y formas mentales.

    Como las necesarias formas y construcciones que le son inherentes a la acción por las que se manifiesta, ocurre la vida.

    Como aludir a la acción de la vida es algo muy abstracto y genérico, en tanto que complejo.

    Tomemos y manejemos el concepto del agua en si, como una sustancia inerte, que se puede estudiar y analizar en si, en tanto que comparable al concepto de mente.

    El asunto un poco más complejo de ver y comprender es ver y comprender la importancia vital, esencial de la acción productiva del agua, actuando manifestándose por medio y a través de un limonero, la planta de ajo, los movimientos y latidos de un tigre.

    La acción por ejemplo esencial del agua que actúa y se manifiesta, opera y produce su realidad, por medio y a través de la vida, manifestándose por medio y a través de estos cuerpos y estructuras, no se reduce ni limita como acción a las formas y estructuras de estos cuerpos, trascendidos en todos los sentidos, por la acción que los sobrepasa, desborda y supera.

    Actuando y operando la realidad por medio y a través del limonero, los ajos, los pasos del tigre.

    La acción intangible del agua, no se percibe, se infiere, lo que se percibe claramente, son sus resultados.

    Así como actúa en su esencialidad manifestándose sobre el medio, sobre la realidad, por medio de construcciones y estructuras muy distantes y diferentes entre si, así como lo hace la acción del agua, así lo hace la acción de la mente.

    La misma acción produce, genera, distintos y múltiples eventos, dados a la cognición, a la conciencia y la experiencia sobre el medio, y sobre nuestras mentes, a si lo hace a mi entender, la acción de la mente, que actúa y se manifiesta por medio de la construcción, la estructura, el cuerpo de un poema, un sumario, un avión, un hospital psiquiátrico, etc...

    Una cosa es la construcción, el cuerpo, otra es la acción, y otra muy distinta, lo que se produce y genera, por la relación interacción.

    Esto es muy importante tenerlo en cuenta porque nosotros interiorizamos mentalmente construcciones mentales, que en relación, interacción con la acción de la mente produce y generan determinadas realidades percibidas y vividas cognitivamente por nosotros, como los resultados de nuestra experiencias, o experimentación mental.

    Y es por medio de estas construcciones por las cuales se manifiesta la acción productiva de la mente.

    Y en razón de las mismas, viviremos, experimentaremos determinados acontecimientos y eventos mentales y no otros, como resultados de tales construcciones.

    La acción intangible, invisible, inmanente del agua, como la de la mente, es una acción universal, un universal en tal caso.

    Mientras la estructura, la construcción mental en si , no lo es, es una construcción singular espacial y temporalmente determinable en el espacio y el tiempo, como ubicada y ubicable, cambiable y transformable.


    Como los efectos y las consecuencias fenomenológicas de la relación o interacción que es esencial y vital que se den, ocurran, se sostengan, para mantener en actividad productiva una realidad determinada, por la trascendente unida, dada o establecida, entre la acción y la estructura.


    La construcción, la forma, el limonero, y la acción del agua o la mente que gatillan la productividad esencial de determinada realidad, espacial y temporalmente ubicable.

    No se puede dudar de la acción de la mente actuando y manifestándose por medio y a través del avión, su estructura, que nos permite la realidad tangible, visible, experimentable por todos los sentidos, como la experiencia concreta del vuelo.

    La acción no es algo inherente totalmente, a la estructura, a la forma, si no que se posesiona de la estructura, la forma, sobre y por medio de la que se manifiesta.

    Si bien es esencial y vital que lo haga, la acción o la motivación productiva de la misma, como la del agua o la mente pueden fallar.

    Así como la acción del agua, que se aprecia ocurriendo, madurando y floreciendo por medio y a través de un especifico manzano, puede dejar de acontecer , secándose y derrumbándosenos el manzano.

    La acción del agua, le asido enajenada, tomada, o robada, negada, en tanto su manifestación, su vida y realidad no ocurren.

    De aquí a mi entender lo de la manifestación religiosa de un espíritu santo, o un espíritu maligno, o de la voluntad de un dios, o de unos dioses, que se manifiestan actuando por medio y a través de un cuerpo.

    Si nos atenemos a la constatación he importancia de la acción por ejemplo del agua, la de los vientos, la de los minerales, como la de la gravedad de al tierra, actuando y manifestándose por medio y a través de un cuerpo, una estructura.

    No es de locos pensar en la acción de la mente, por un lado y las formas, las construcciones mentales, por los que se manifiesta, crea, difunde la productividad, el mundo, de la mente por otro lado.

    Siendo claro, que cuando el agua, por alguna circunstancia deja de actuar por medio y a través de las arterias, los pasos , los sueños y pensamientos de la mente del tigre, el tigre se nos muere, colapsa y derrumba.

    Igual que lo hará, la realidad de nuestro vuelo, cuando la acción mental de los pilotos, por alguna razón, dejara de ocurrir, actuar, por medio y a través de la estructura, la construcción mental, que nos permite el vuelo.

    Dejo a tu consideración por aquí, y por ahora las aclaraciones, para ver como las evalúas estimada amiga, abiertos a nuevas consideraciones.

    Un abrazo.
    Eduardo.

  2. #222
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    Predeterminado Re: La idea del otro

    Estimado M. San Pedro:

    Pensaba que podría parecer bobo por lo simple de mi comentario (no porque fuera absurdo). Es sorprendente que Usted no haya podido entender un mensaje tan sencillo. Responde a la cita que hago del comentario anterior de Alberto y a nada más que a eso.

    Iniciado por M. San Pedro:

    [...]para mi criterio simplista (pese a Sartre o Lacan) más en la linea de Jung conciencia es igual a ego […]
    Si, es un "criterio" muy simplista: Si “conciencia” fuera “igual a ego”, entonces no cambiaría el sentido de un enunciado que incluyera alguno de estos términos si se sustituyera por el otro. Sin embargo, Usted dice enseguida:

    Iniciado por M. San Pedro:

    […] y si releo tu comentario cambiando el termino conciencia por el de ego, el sentido deja de ser igual “Me parece que siempre hay un matiz en el ego que responde a lo peligroso o provechoso “de su objeto”, a mí me resulta más propio teniendo en cuenta la diversidad de situaciones y no solo la del fuego.
    A mí me sigue resultando adecuada la terminología que utilicé para ofrecerle una reflexión a Alberto y no hay necesidad de hacer referencias a Sartre, a Lacan o a Jung. El ejemplo del fuego explica, en un caso que nada tiene que ver con la moral, cómo la conciencia presenta los mismos matices que en una situación moral.


    Iniciado por M. San Pedro:

    Cuando dices, dando las interacciones de grupo por aceptadas, que “Así como es necesario saber comportarse frente al fuego del hogar, es necesario (y con mayor importancia) saber cómo comportarse con los otros y ante los otros.” Y ese término “saber” da por supuesto que todos debemos saber lo mismo para proceder de acuerdo con unas reglas o unos conceptos morales que pueden ser éticamente correctos para unos y totalmente incorrectos para otros
    Hablé de “modos de interacción aceptados por el grupo”, no de “interacciones de grupo aceptadas”. En segundo lugar, las reglas de comportamiento pueden ser moralmente correctas dentro de una sociedad e incorrectas dentro de otra, pero no dentro de la misma; a menos que ésta haya comenzado a disolverse, o bien, a menos que aquellos que no comparten la valoración se encuentren ahí por otros motivos. En tercer lugar, el término “saber” no da por supuesto nada y, sin embargo, es cierto que es necesario conocer las reglas para comportarse conforme a ellas, aunque algunas veces puede haber una mera coincidencia casual.


    Iniciado por M. San Pedro:

    Volvemos a las subjetividades que estoy de acuerdo que pueden ser objetivas cuando aceptamos o asumimos determinadas reglas que pueden ser beneficiosas para el grupo pero no tanto para el individuo y entonces bautizamos a ese individuo como “amoral” si se las salta (vs. el político corrupto) pero si para beneficiar a un grupo un ejecutivo se salta la ética profesional se le incentiva (en la época de Sócrates creo que por actuar de acuerdo con su concepto moral de justicia se le condenó). ¡Cómo cambian los tiempos!
    Nunca dije que las subjetividades pudieran ser objetivas, lo cual es absurdo. Lo que dije fue que las interacciones entre subjetividades son objetivables. Por otra parte, tanto los políticos corruptos como los ejecutivos que violan las reglas morales son inmorales, sin importar que se les incentive o no; y quien los incentiva es asimismo inmoral.

    Si se refiere a que Sócrates prefirió morir a huir de su prisión, porque estaba convencido de que es mejor sufrir una injusticia que cometerla, entonces me permito aclararle que no fue condenado por esa convicción. En cuanto a la actitud de Sócrates y la de sus compatriotas, los tiempos no han cambiado. Le recomendé leer el diálogo platónico “Gorgias”: La posición que Usted adopta es similar a la de Calicles y es bastante, pero bastante vieja.

    Reciba un saludo cordial
    Juan Florencio
    Última edición por JuanFlorencio; 29/12/2013 a las 03:32

  3. #223
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    Predeterminado Presencia del otro, lugar a su concepto

    Hola de nuevo, Juan Florencio. Admito que no me preocupa distinguir la moral con una u otra definición. Me baso en que hay un afecto relacionado con la presencia del otro y la idea que lo representa; el otro lleva consigo un lenguaje afectivo de una intensidad muy definida distinta de otras afectividades, su definición no es una mera repetición sino, mejor visto, una reafirmación; es más, según mi idea, no sólo debe haber esa experiencia afectiva sino que no está presente en la experiencia intuitiva y su consiguiente idea; está ahí, pero no está a la vista. Al no ser una experiencia inmediatamente intuitiva, hay que elaborar una idea para ella, una idea de lo que no está sólo con su apariencia.

    Una de las ideas que me llevó a estudiar críticamente la obra de Nietzsche fue que la psicología moral, la que pertenece a la experiencia con el otro, no se limitaba a la experiencia de un yo y su idea. Según mi hipótesis, la experiencia con el otro es mucho más profunda que la experiencia de varios yo (*); la experiencia con otro supera la experiencia de los individuos implicados; la idea de un yo no me vale para conocer la declinación del afecto moral. Concretamente, desarrollé la idea del individuo incierto para deshacerme de la subjetividad y así poder elaborar una idea moral. ¡La idea moral no puede ser un abstracto si no manifiesta un algo!

    Sé que hablar de moral trae malentendidos, puede hacerme parecer un moralinas o un cursi cuando hay un gran cinismo moral en mi idea; si no fuese un cínico, no podría pretender conocer una moral a priori, la que traigo con mi hipótesis. Soy cínico porque pongo la moral en cuestión.

    Mi mayor problema con Kant está en que él negó la existencia de un algo moral; por el contrario, yo afirmo que hay un algo moral que nos dice internamente que el otro está ahí sin que el otro diga nada; él mismo es un decir.

    Tampoco hay que exagerar. Si el otro no dijese nada, su expectativa nunca se cumpliría, el otro estaría siempre a la espera. Lo que yo digo es que la expectativa del otro se ve satisfecha con su experiencia, cuando acontece su presencia.

    La presencia del otro no es comparable a experiencia alguna; la pondría, incluso, por encima de la experiencia del pecado de Kiekegaard a la que me referí hace semanas. ¡Ese era el Kierkegaard del que me hice íntimo, un finísimo del espíritu que sabía en qué consistía el decir y lo que dejaba de lado!.

    La verdad es que es un tema de profundidades, de desvelar lo que está oculto. Pero no quiero ser demasiado profundo, ir demasiado al fondo. De hecho, si en la idea que sigo hay verdad alguna, debe ser algo que no esté demasiado lejos ni demasiado al fondo; si está, realmente, ahí, debe ser un algo que, de alguna manera, la mayoría experimente; la moral no es una exclusiva de la filosofía (**).

    (*) La idea de varios yo es inesencial, reclama un concepto que los unifique mediante una idea de sí. Fue algo que pensé como una crítica a la teoría sociológica y su falta de fundamento a priori. Años después, he descubierto que Max Scheler ya hiciera esta misma queja.

    (**) Digo esto con cierta ironía. Desde hace bastantes años, hay una queja hacia la filosofía para que otras disciplinas den su opinión sobre temas éticos. Un ensayo que leí hace dos o tres años de un conocido sociobiólogo abría con una cita de Hegel de la que el autor se burlaba como si representase una idea de la ética anacrónica. Si la idea de la moral sólo estuviese sujeta a cambios superficiales de los que se pudiese hablar, si no hubiera un algo moral que los filósofos pensasen, si la moral fuese una moda fásica, ciertamente, la moral sería algo de lo que todo el mundo podría hablar; la moral sería una idea de los tiempos que corren, una idea actual. ¡Ja!. No estoy con Hegel, pero prefiero cualquiera de sus disparatados excesos especulativos antes que discursos decadentes que se marchitan sin haber empezado a florecer.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 29/12/2013 a las 07:57

  4. #224
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    Predeterminado Re: Dos en un mismo espacio y su objeto de reflexión

    Apreciado Juan Florencio: No seré yo el que intente dar clases a nadie, por ello le ruego me disculpen todos los participantes de este excelente foro de Filosofía, si no llego a entender el sentido de sus comentarios pues desde un principio dije que soy un profano en la materia, si bien por necesidades que no vienen al caso he tenido que leer y estudiar bastante filosofía relacionada con el Arte y de lo que estudié en el Bachillerato hace 50 años tengo un vago recuerdo.

    Dicho esto desde mi modesta posición de Calicles, entiendo que puedo molestar o ser un estorbo metiéndome en medio de un excelente debate entre maestros y por ello dando por entendido el mensaje me dedicaré a otros temas menos profundos y más acordes con mi corto conocimiento.

    Pero antes de irme quiero dejarles mi conclusión o la impresión que me ha producido leer sus doctas opiniones, sin entrar a contestar punto por punto a Juan Florencio con el que desde luego no estoy nada de acuerdo pues aun siendo Calicles debatir por debatir no tiene sentido.

    En el siglo XXI, el pensamiento moderno ha evolucionado de la mano del conocimiento, y los viejos preceptos filosóficos válidos en una época pasada ya no sirven o han quedado obsoletos (opinión que me consta no estarán de acuerdo) y a mí me ha sorprendido que, aunque no abiertamente planteado, Juan Florencio no haya entendido o no haya querido entender lo que he querido apuntarle entre líneas y Alberto mucho más prudente se ha mantenido al margen cuando he citado las analogías entre un yo=ego etimológicamente iguales y la conciencia cuyo debate, aún hoy, ha sido objeto de una inmensa controversia en las corrientes filosóficas modernas que inició Freud y Sartre con su existencialismo y posteriormente Lacan y Jung.

    En lo referente a la moral a mí me ha parecido simplista (no absurdo) el ejemplo del fuego dando por sentado, vamos a decir conciencia, que la misma siempre “sabe” si existe buena o mala voluntad, como dice Eburnea, en una acción concreta ¿Consciente o inconsciente? Porque la consciencia es otra cosa, dejémoslo así.

    En las interacciones de grupo, que yo doy por aceptadas (vuélvase a leer mi comentario), se producen diferencias de criterio en los preceptos morales aunque Juan Florencio afirma: En segundo lugar, las reglas de comportamiento pueden ser moralmente correctas dentro de una sociedad e incorrectas dentro de otra, pero no dentro de la misma; a menos que ésta haya comenzado a disolverse, o bien, a menos que aquellos que no comparten la valoración se encuentren ahí por otros motivos. En tercer lugar, el término “saber” no da por supuesto nada y, sin embargo, es cierto que es necesario conocer las reglas para comportarse conforme a ellas, aunque algunas veces puede haber una mera coincidencia casual” yo simplemente me remito como reflexión a los ejemplos más actuales que aporté: La eutanasia o el aborto ¿No se produce la discrepancia dentro de la misma Sociedad? ¿Se está disolviendo nuestra Sociedad? ¿Los que no comparten el mismo criterio estamos por otros motivos? ¿Somos ignorantes que no conocemos las reglas o existe una mera coincidencia casual? Por favor, mi posición puede parecer bastante vieja, pero yo me inclino a pensar que la suya lo es bastante más.

    La ética actual o la moralidad hoy parte de otros supuestos totalmente alejados de criterios simplistas y es con mucha diferencia lo que ha hecho que la Sociedad haya avanzado y haya llegado a donde estamos, posiblemente mejor para unos y peor para otros, con el altruismo no se come y si la única certeza es la muerte el comportamiento humano se ve obligado a adaptarse a las nuevas situaciones que le han tocado vivir y siempre a lo largo de la Historia del Hombre el pensamiento conservador ha sido retrógrado y ha intentado frenar el progreso condenando con razones éticas y morales cualquier avance en el conocimiento, desde Galileo a Darwin o a Freud, por poner manidos ejemplos, que pudieran poner en peligro su status de poder de unas minorías sobre una mayoría como siempre ha sucedido.

    Gracias a todos y yo me vuelvo a mis clases de estética, que visto lo visto, es mucho más obvio. Un saludo a todos.

  5. #225
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    Predeterminado Re: Dos en un mismo espacio y su objeto de reflexión

    Estimada Eburnea, primeramente te agradezco, el movimiento, el desplazamiento, el acompañamiento, a intentar seguirme en el caminar cognitivo mental.

    Una forma de andar, adentrándonos en los misterios y profundidades de un mundo, un territorio, sin fronteras y limites, lo más probable, sin principio ni fin, cuando entramos a dejarnos de identificar, y asumir por medio y a través de las construcciones mentales, pasándonos a identificar y asumir, como a ser por medio de la acción y el movimiento de la mente.

    Sin temer perdernos, o ya no saber regresar, o no querer regresar, ya más, a las seguridades y el confort de nuestras propicias crisálidas, fortaleza mentales, encapsulamientos, cálidas y muy estables regularidades y certezas.

    El reconocernos mediante la acción, difiere con el reconocernos por medio de las construcciones.

    Ya que muchos, como tu dices buscan escapar a tal aventurase, para auto encerrase, aun más, en las verdades eternas, confortables de sus cárceles, como de sus certezas, sarcófagos, inviolables, inmortales, impenetrables, envueltos en los santos discursos, de sus propias mortajas.

    Sin embargo, para adentrarnos, haciéndonos o desintegrándonos en la fluidez de la acción mental, para mutar, saltar, migrar a otras realidades y mundos, por rendijas muy finas, he insignificantes, hay que ser magos, hacerse agua en la boca, trasmutando, auto traduciéndonos, de una forma de acción a otras, como se traduce el agua de los ríos, de la lluvia, a otras formas de acción.

    Para esto, hay que saber perder, la materialidad mentalmente alcanzada y sostenida, lograda y conquistada, por nuestras ideas, convicciones y construcciones mentales, para salir de nuestras regularidades y cárceles, para movernos mentalmente, libremente, por medio y a través de de todas las cosas.

    Abandonado nuestra inclinación, o acción mental, o práctica y miseria mental, de ser y tener, en tanto que representar, proyectar, una realidad, en función y por medio de tales construcciones, construcciones fijas.


    Materializándonos o adquiriendo una otra, como provisoria o estable realidad, por medio y a través de otras ideas, construcciones, patrones mentales.

    “Ya he hablado, he aludido en otros post, que mentalmente alterno entre la existencia y la no existencia”

    En tal sentido estimada amiga, la exigencia de la verdad, la legitimación concreta de una realidad, nos impide, la no movilidad, o la inmovilidad “el que me haga agua en la boca de alguien para trasladarme a otros mundos y otras realidades”

    Esta exigencia, nos ancla y condena en y sobre la realidad y su padecimiento o eterno disfruté, como alguien muy concreto y cierto.

    Que no se pude desintegrar, negar a si mismo, ni abandonar su imagen, realidad, su lugar y sitio, su verdad, mentalmente asumida, construida, conquistada, por uno, o por otros.

    La esclavitud se da y se sostiene, o se impone mentalmente, sobre quienes se asumen mentalmente esclavos, ante ninguna otra posibilidad mental de asumirse como otro, en y sobre la realidad.

    Acaso los indios, se asumieron como indios, construcciones mentales, como dramáticas cárceles y estigma mentales, creados por los otros, en tanto que sus realidades fueron impuestas, como la productividad mental de las mismas, a lo largo del tiempo y el espacio, como los condenados de la tierra, a cargar con la inferioridad y la esclavitud.

    Realidad mentalmente construida, como impuesta, im****da, por los altos preceptos morales, de la inquisición, por los verdaderos actos cívicos, civilizados, de los vencedores de la conquista, por ejemplo , del llamado nuevo mundo.

    Que le impusieron y quienes le impusieron a los otros, por medio y a través de tales construcciones mentales, el mundo, la obediencia, la renuncia, el sometimiento, la esclavitud, etc.,

    Moral y éticamente, sus categorías y construcciones mentales, convalidadas por la violencia y el genocidio, por la fuerza y el desprecio, con que mentalmente se procede contra la vida de los otros.

    Hoy es éticamente, o moralmente posible, hablar y expedirnos sobre ética y moral, sin el reconocimiento de esta violencia congénita, implicada en todos los preceptos, códigos normativos de nuestro auto vanagloriada civilización.

    Quien esta tan libre, se haya tan puro, se encuentra tan alto, para ponerle, imponerle las categorías, las construcciones mentales, por las que han de regirse, pensarse, soñarse y ser, a los otros.

    Quienes construyen, esgrimen el monopolio del poder, y le imponen, la lengua oficial, las categorías correctas, del comportamiento disciplinado, a los otros.

    Las construcciones oficiales, mentales, con que han asumirse y reconocerse, comportarse por siglos, sobre el medio y el mundo.

    Violencia, que clase de violencia es esta, cuando le impongo mi construcción mental, de por vida al otro, como único salvo conducto, modo de seguir existiendo con vida.

    Con vida si, pero sometido, como obligado asumir y a cumplir con las prerrogativas del mundo y las construcciones mentales que le impongo.

    La de los que se impusieron sobre el mundo, aplastando y negando, con sus triunfos, y la imposición divina de sus verdades y construcciones redentora, pacificadoras, de sus discursos, iglesias y salmos, a los otros.

    Darle, conseguirle, establecerle, o imponerle, mentalmente, el mundo, y la realidad a los otros, es esencial, si queremos tener y manejar esclavos y ciervos, que nos sirvan, alaben, nos reverencien.

    La realidad se conquista, mantiene y conserva, mediante las construcciones mentales, que se logran crear, sostener y alimentar, constantemente reforzar, mentalmente a lo largo del tiempo y el espacio, por medio de escuelas y cárceles.

    Yo no iría mentalmente a ningún sitio, si no me pudiera desplazar liberar mentalmente de las construcciones mentales, que me atan a una forma de productividad, con que se rige el mundo y la realidad.

    Inclusive en este orden, no puedo legitimar mi pensamiento, porque la institución que rige, con*****, evalúa, el comportamiento productivo, mental del mundo, de los súbitos, no me los a dado, y no me los va a dar, en tanto esto, me gano la vida como camionero, una construcción mental, operativa, productiva, de servicio, de la que la sociedad no puede por el momento prescindir.

    Dado esto, es esencial lograr y establecer la esclavitud, la obediencia, el sometimiento a lo verdadero, a las construcciones legislativas de los caballeros, altos funcionarios de la nobleza encumbrada, legitimada en su lugar y construcción, por la historia y el peso constituyente de los libros y sacros documentos, que avalan lo imperecedero, inmóvil, eterno, in cambiable.

    Ay que atar, al genio, al poder, a la acción de la mente, a su imagen y realidad, a su idea, para que gire engrilletada mentalmente entorno a su condena, sin contradicciones y anomalías productivas, es peligros, la liberación mental, de un camionero reflexionado creando y produciendo pensamiento.

    Muchos terminan aceptando su identidad, su realidad, resignándose en sus posibilidades, a conquistar y alcanzar, a vivir y experimentar, mentalmente, por sus fueros, otros mundos y realidades, por medio de otras construcciones mentales.

    Otros temen desplazarse de su realidad, perder y sacrificar sus beneficios y seguridades, por más que se encuentren libres para hacerlo.

    El pensar tiene que ver mucho, con la construcción mental que de nosotros mismos nos hacemos,” ya que hay un posterior pensar, como acción y expedición, sobre la realidad, en forma de juicios y sentencias, a partir de la construcción, con la que nos representamos.

    Tiene mucho que ver, con adquirir, sostener y mantener una realidad, una construcción mental, un mundo, una experiencia especifica, en y con relación, en tanto que en contacto con a las construcciones sociales, colectivas, mentales, culturales, que la comunidad sostiene, comparte, maneja, como medio y espacio, para el encuentro, la comunicación y la convivencia en común.

    El problema es, cuando le adjudicamos, le imponemos, la realidad, la verdad, el mundo a los otros, a los indios, a los esclavos, a los negros, a los niños, a las mujeres, a los que no tiene la suficiente fuerza, ni capacidad bélica, ni discursiva, ni argumentativa, para defenderse, en tanto se rinden, como condición única y previa, para la sobrevivencia, a nuestros nombres, calificaciones y dictados, a nuestro mundo y orden, como verdades incuestionables.

    Para que estos nos obedezcan, nos sirvan y complazcan se subordinen a nuestros dictados, se sometan a nuestros parámetros y medidas, legislación, normas, leyes y verdades.

    Si todo es una quimera, como resultado de nuestras proezas mentales, es preciso sacrificar, condenar, esclavizar, someter mentalmente a los otros, con nuestras definiciones, distinciones, construcciones, valores, he ideas, es preciso mentalmente construir un mundo, en que nosotros nos beneficiemos, poniéndonos en el centro, en la sima, como destinatarios directos del orden y la verdad.

    Atándolos y condenándolos, a los otros, a los vencidos y derrotados, a nuestras definiciones, construcciones he ideas, a nuestro orden, mundo y legislación.

    Por esto estimada amiga, el pensar es tan riesgoso, peligrosos tenebroso y subversivo.

    Y para que yo, mentalmente exista, le represente algo, a alguien, tengo que mentirle, ya que me tengo que posicionar y asumir, en y sobre el mundo, como por medio, de una construcción mental, girando y emitiendo mentalmente desde la misma, en tanto que actuando, con mi presunta verdad –realidad, acción mental, a partir y por medio de sus reflejos, luces y sombras, con que mentalmente, me emito, proyecto hacia los demás, como sobre la realidad.

    Ya que me veo en la obligación de construirme, posesionarme, posicionarme, por medio de una imagen, una idea, una construcción mental, de la que por medio y a través de la misma, emitir, irradiar, mi verdad o mentira.

    Como que realmente existo, solo puedo existir, para los demás, solo y por medio de la idea, la construcción, desde la que me espiro, sobre la realidad y la experiencia mental de los otros.

    Un abrazo grande y muy buenas vacaciones desde ese lugar del mundo.

  6. #226
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    Predeterminado Re: Experiencia de la conciencia interna

    ¡Excelente "masturbing" mental Koli33! seguimos para bingo. Eburnea ¡Que te sea leve! gracias por el ladrillo.

  7. #227
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    Predeterminado Re: Presencia del otro, lugar a su concepto

    Buen día Alberto:

    Tal vez quieras permitirme hacerte un par de preguntas o peticiones:

    Iniciado por Alberto:Admito que no me preocupa distinguir la moral con una u otra definición. Me baso en que hay un afecto relacionado con la presencia del otro y la idea que lo representa; el otro lleva consigo un lenguaje afectivo de una intensidad muy definida distinta de otras afectividades, su definición no es una mera repetición sino, mejor visto, una reafirmación; es más, según mi idea, no sólo debe haber esa experiencia afectiva sino que no está presente en la experiencia intuitiva y su consiguiente idea; está ahí, pero no está a la vista. Al no ser una experiencia inmediatamente intuitiva, hay que elaborar una idea para ella, una idea de lo que no está sólo con su apariencia.
    Seguramente hay algún fenómeno, o varios de ellos (ya sea en el terreno de las acciones o en el de la vida interior, o en ambos), que te conducen a pensar en esa experiencia afectiva y a elaborar una idea peculiar para ella: ¿Cuáles son esos fenómenos?

    La segunda petición: ¿Puedes darnos la referencia en donde Max Scheler expresa una queja o crítica similar a la tuya?

    Sucede que hay fenómenos que algunas personas "coleccionan" y sistematizan con extremo cuidado. Después elaboran arduamente un sistema de relaciones sobre lo que han observado, y algunos de los grupos de relaciones que establecen son tan consistentes que prácticamente se vuelven "cosas". Un ejemplo de ello es el concepto de "átomo" en la Física (pero hay ejemplos de esto en todas las áreas del pensamiento). De esos cuerpos indivisibles decían los antiguos que no eran accesibles a los sentidos, pero sí a la razón. La reflexión modifica de este modo la experiencia, pues la enriquece. En algunos casos, con la experiencia así modificada, nuevas experiencias "confirman" que aquellas "cosas" lo son efectivamente, es decir, que están ahí, que en lugar de pertenecer al ámbito de las relaciones, pertenecían al ámbito de las interacciones.

    Siendo, como dices, esa experiencia afectiva algo que no está presente en la experiencia intuitiva, sería difícil que la identificáramos cuando nos hablas de ella, sin más. Pero si nos hablas de los fenómenos que has sistematizado y nos muestras las relaciones que has establecido entre ellos, podríamos descubrir el orden y modificar nuestra experiencia, de modo que aquello que se sustraía emergiera de súbito y fuera inevitable experimentarlo distintamente a partir de entonces. Sé que has señalado uno que otro ejemplo, pero sin decirnos cómo hay que mirarlo y tal vez no ha sido suficiente todavía. ¿Puedes hacerlo, amigo, hablarnos de los fenómenos que has ordenado?

    Saludos, Alberto.
    Juan Florencio
    Última edición por JuanFlorencio; 29/12/2013 a las 13:56

  8. #228
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    Predeterminado Ideas de qué

    Es más sencillo de lo que me pide. En la intuición hay unas pocas cosas, las que llegan a ella; yo voy a otras ideas que las intuitivas. Sin embargo, admito que me sirvo de ciertas experiencias personales para suponer una sustancia inadvertida: a) después de una lesión, me reconocí disfrutando de cosas que mi criterio habitual despreciaba y b) tras esa misma lesión, tuve experiencias afectivas desconocidas con las mismas personas que trataba habitualmente. Posteriormente, y tras estudiar el ámbito fenomenológico, comprobé que, si elaboraba ciertas ideas, podía prescindir de la experiencia inmediatamente intuitiva; podía ir a las ideas de las que la intuición se servía.

    Acerca de las obras de Max Scheler a las que me refiero, principalmente, son dos: Sociología del saber y Esencia y formas de simpatía. No he podido leer sino algunas de las obras que Scheler escribiera. Cuando uno no tiene acceso a todo lo que querría leer, siempre tiene el recurso de pensarlo por sí mismo; es más lento y requiere más esfuerzo intelectual, pero es más enriquecedor, si bien, ciertamente, peligroso.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 29/12/2013 a las 14:56

  9. #229
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    Predeterminado Re: Ideas de qué

    Alberto:

    En el tono más amistoso que me es posible: no te creo lo que estás diciendo (excepto lo de Scheler).

    Que tengas un buen día.
    Juan Florencio

  10. #230
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    Predeterminado Re: Ideas de qué

    O estimado amigo, m.san pedro, te comprendo en tu miedo y terror, no es para menos, una semblanza tan grande, noble e ilustrada, siendo avasallada por la masturbación mental de un bastardo.

    Lamento que no te den las luces (ni lo huevos) para putearme con todas las letras y esparcirme con argumentos por la plaza publica.

    Un abrazo y muy feliz año nuevo.

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