Tú eres, la calandria extraviada, que censuras y pinchas las dalias
Tú eres, el aroma grueso y brutal; que flagela mi cuerpo.
Tú eres, el galeón invencible, que fustiga el mar de mis besos
Te husmeo, en la inmensidad del océano, entre brumas y aleteos de peces y olas
en el espacio, donde el espíritu, se pierde, en el jardín lleno de capullos y almas
por donde la huella de tu aliento, le sigue los pasos al viento.
Tanto buscarte, en ese universo lleno de espectros, de fogatas y luceros.
tanto buscarte con mi alma convertida en jirones, soy pordiosero
tanto buscarte, al interior de la tierra; donde la lava se confunde con el hierro
marchando, tras un crepúsculo inmaculado de pétalos.
Tanto buscarte,
me esquivas........ siempre, emigras; corriendo, corriendo.
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