El catolicismo, más que su producto derivado, el protestantismo, siempre ha mantenido a sus feligreses bajo su mando
culpabilizando el placer genital.
La Iglesia Católica ha
colectivizado las neurosis individuales de sus fieles. De hecho, una religión es, por naturaleza, una
Gran Neurosis Colectiva.
Y mientras más arriba en la pirámide jerárquica, más neuróticos son. Y manejan sus neurosis individuales como pueden,
pero con sus fallos.
Ahí tienen el caso del
Papa Paulo VI. Un católico que, desde muy temprano, se supo que
mantenía relaciones con varones, desde antes de llegar a ser Papa. Ese hombre, siendo ya Papa, produjo un documento llamado "
Persona Humana", en el cual
condenó sin ambages las relaciones homosexuales.
Sin embargo, él mismo tenía relaciones homosexuales.
Si el
Papa Paulo VI hubiera sido coherente con sí mismo, jamás habría ingresado al clero católico, pues sabía que para eso tendría que hacer
voto de CASTIDAD (cero relaciones sexuales con
NADIE, ni varón, ni mujer). Pero,no.
Prefirió ser
hipócrita. Prefirió hacer
lo contrario de lo que predicaba.
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