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Tema: Caldo de cultivo, ejecución y elección, reflexión a priori

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    Predeterminado Caldo de cultivo, ejecución y elección, reflexión a priori

    “La búsqueda y la indicación de los fundamentos, en que consiste principalmente el razonamiento, representa, por lo tanto, un infinito dar vueltas, que no contiene ninguna determinación final; de cada cosa y por cada cual, pueden darse uno y muchos fundamentos buenos, y así también de su opuesto, y pueden encontrarse una multitud de fundamentos, sin que por ello resulte nada” (Georg Wilhem Friedrich Hegel, La ciencia de la Lógica)

    Tengo tazas de muchos tipos en la cocina. Como suelo hacer, he usado una pequeña, bonita y elegante para tomar el primer café de la mañana; el segundo lo he tomado en una taza que aprecio más, aunque es más tosca.

    Mi mujer ha tomado sólo un café. Después de tomar café, hemos tomado un zumo. Ella ha dicho, ”estoy haciendo de ti, al tomar el zumo en una taza de café, he sentido algo raro, algo que no cuadra”. A lo que he respondido, “tú ríete, pero la incertidumbre entre el zumo y el café fue decisiva para que sospechase de la negación (*); no quiero liarte con detalles que, con seguridad, te aburrirían, pero es un problema con mucho recorrido”.

    De todas las cuestiones filosóficas, la que más me inquieta es la de lo negativo y el no-ser (**). Si me inquieta tanto es porque todo lo que es, digámoslo sin ocultación, al ser siendo, esto es, en modo activo, se acompaña de su contrario, no sólo de un opuesto que esté a la espera de no ser sino, lo que puede tener más importancia, que bien pudiera no alcanzarlo, no llegar a ser negativo.

    La predisposición social, al otro u otros, el tema decisivo, no sería posible sin un soporte negativo y, para dejarme de titubeos, de cambio. Ya no es que la experiencia social no se amolde bien al régimen del pensamiento y a todo lo que se viene a conocer como sus “categorías” y, para decirlo claramente, su primera posibilidad de ser pensada, sino que entra en nosotros con tanta facilidad que parece que no exija esfuerzo, lo que, según mi parecer, es filosóficamente mucho más inquietante.

    El esfuerzo que exige lo social, para el que hay una intriga afectiva que supera en mucho la capacidad de pensar en ella, se realiza sin un drama que, de haberlo, ninguna especulación podría resolver; no hay ninguna dialéctica en el encuentro social que (***), en su esencia, no esté ya resuelta.

    (*) No fue la apetencia del zumo lo que me hizo decidirme por él, sino la no-apetencia del café, su rechazo; si no hubiera una forma y disposición para la no-apetencia, un camino directo que tome ese “no” con prioridad sobre su expresión y desenlace, no podríamos tomar ninguna elección.

    (**) La dialéctica, sin la que no sería posible ningún progreso filosófico, ha sido sorprendentemente bien acogida y no ha levantado todas las sospechas que debiera. De las muchísimas sospechas que recaen en la dialéctica una que comprende su problemática es que su resolución no sólo no resuelve nada, sino que, bien entendida, se debiera haber prescindido de ella (****).

    (***) En mi caso, tuve la fortuna de poder estudiar la filosofía de Popper en una época en la que los excesos especulativos empezaban a brotar en mí. Popper no era un gran pensador de la historia de la filosofía, pero contaba con algo que podía ser más importante: por un lado, insatisfacción por la naturaleza de las respuestas; y, por otro. conciencia de lo irresoluble de toda pregunta, o, dicho con otras palabras, que toda respuesta implica la posibilidad de extender la pregunta.

    (****) Ese movimiento no es otra cosa que el principio de la reflexión. Sin él la reflexión no es capaz de alcanzar nada positivo; sin él toda dialéctica no hace nada más que dar vueltas. Es un movimiento, como le es consustancial, que no es posible sin repetirse y, dicho de manera compleja y abierta (*****), volver a sí.

    (*****) La negación implica una repetición a la que, dicho con una imagen, da la espalda; no se implica activamente en el problema en que está sumida. No avanza nada repitiendo negaciones y amontonándolas. Si no tiene impulso para ir hacia delante, ninguna figura la va a poner en marcha.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 01/12/2018 a las 09:04

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