Ser y pensar; repetición, saturación y asfixia
“Comprendes que es imposible enunciar el no-ser en sí mismo. Y decir algo de él y hasta concebirlo; no está al alcance del pensamiento, ni de la palabra, ni del razonamiento” (Platón, El sofista o del ser)
Las cortinas que puse en las puertas exteriores de casa para evitar que entrasen las moscas ocupaban prácticamente todo el largo de la puerta salvo unos pocos centímetros que quedaban descubiertos en la parte inferior. Las moscas no entraban por esa parte. Ahora, que empieza el otoño, las avispas están muy pesadas. No me pican porque no las provoco, cosa que no dejan de hacer mis hijos y mi mujer. Me quedo quieto hasta que se van.
Como hay muchas avispas, suelo estar quieto en la terraza observándolas. Tienen un vuelo muy distinto del de las moscas, con mucho lugar al vuelo zigzagueante. Este zigzagueo (*), además del interés propio de todo término complejo comparado con el simple, permite sortear el problema de la cortina (**). En definitiva, a pesar de las cortinas, muchas avispas entran en casa.
Leyendo a los filósofos he observado que, en ocasiones, se plantean problemas sin tener un problema, lo que se denomina pseudo problema o falso problema. Ese es el caso de toda reflexión sobre lo negativo. Sólo se piensa lo negativo de manera abstracta, y no se piensa lo que lo negativo es, si es que es (***).
(*) El zigzagueo no es un término del lenguaje, sino una forma que hay en la naturaleza. La filosofía lo ha venido proponiendo como “dialéctica” (****), una forma de resolver los razonamientos.
(**) El vuelo de la avispa le permite quedar suspendida en el aire y, para decirlo de manera compleja, no-avanzar, esto es, quedar quieta (*****); tiene la capacidad de quedar quieta durante el vuelo.
(***) El no-ser es. Hay una potencia negativa en todo lo que es. Y no sólo como opuesto realizado, sino como rechazo primario. El fuego quema.
(****) Quien mejor la usó fue el divino Platón, pero fue Aristóteles quien extrajo de ella su poder para la coherencia que requiere la lógica. La complejidad de los tratados aristotélicos de lógica, el “Órganon”, es una auténtica rareza filosófica. Uno se pregunta cómo pudo concebir semejantes problemas teniendo disponible poco más que lo que aprendió de su maestro Platón y su propio pensamiento.
La riqueza de pensamiento de algunos de los pensadores griegos es verdaderamente sorprendente. Es tanta que, desde ellos, la filosofía ha avanzado muy poco, si no nada. Sin embargo, un auténtico mérito del pensar, ha supuesto que la filosofía se haya visto sistemáticamente entorpecida casi hasta verse ahogada por sí misma.
(*****) Una quietud con el interés de que es activa; no está simplemente quieta, sino que, durante el movimiento, aprovecha un contramovimiento.
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