Así como es preciso una estructura, una construcción mental, para volar concretamente, de una realidad a otra, de un país a otro, de un continente a otro, así es preciso disponer mentalmente, de construcciones mentales, muy específicas, para pensar-volar por uno mismo.

Para moverme, desplazarme, de una realidad a otra, de un espacio, un campo, un horizonte cognitivo mental, a otros muy distintos, que ni siquiera existen, o que no existen, ni pueden existir, para quien no los ha visto, para todos aquellos anclados y encadenados, atados mentalmente a su cruz, sin saber moverse, o imposibilitados por agresiones muy tremendas de moverse, desplazarse mentalmente de su lugar, realidad y persona, a otras realidades.

Tal desplazamiento mental de mundo, como cambio de mundo, de realidad, de horizonte, sin haber cambiado de mundo y realidad, se puede dar y sostener sin desplazamientos físico, sin moverse físicamente de un lugar, sin moverme físicamente de lugar, ya que el desplazamiento, el cambio de horizonte, es netamente mental, hay un abandono mental parcial de un escenario, de un dominio especifico de la realidad, como un salto, para acceder a otros, para pasar a otros dominios, campos espacios mentales, como dominios y horizontes distintos.

Esto no es muy común, ni frecuente de hacerse y manejarse, aunque si, algunas de estas formas y prácticas, en germen, que nacen con el hombre, que tempranamente se mutilan y se abandonan, y que se pueden apreciar en el juego, los juegos mentales de los niños, ya que subjetivamente se suele limitar y confinar, cortar las alas mentalmente, por razones operativas productivas como económicas y políticas, para reducir limitar mentalmente a los individuos a un especifico espacio de dominio y explotación.

Se nos suele lesionar, castrar marcar mentalmente de tal manera, para frustrar las capacidades y actividad productiva de las destrezas mentales del individuo, para que este no se pueda salir disociar de las mismas.

Para que este no se pueda evadir ni escapar de tales condiciones circunstancias condominios, dominios mentales, al que ha sido reducido. Para que este no pueda trasgredir, violar, ni alterar su comportamiento y conducta social, cultural, política y económica, reducida y limitada a funcionar producir en un mundo especifico, mentalmente ideado, por las condiciones que nos domina y explotan.

Para que tal cosa le sea imposible, escapar substraerse al mundo imaginario, a la realidad mental, en la que nos encontramos cautivos, a partir de no poder apercibirse mentalmente, de un sin fin de otras posibilidades, saltando a otras lecturas y escenarios, como interpretaciones y respuestas corporales conductuales otras.

“La amplitud mental de poder escindirnos de un escenario, un campo de actividad para asumir otros campos y dominós, no es algo que se fomente social y culturalmente”

La libertad de desplazarnos mentalmente, salirnos de un mundo una construcción mental específica, de una dimensión mental, para acceder a otros dominios. Para saltar pasar o transitar de un campo horizonte cognitivo específico a otros, cuando no llevan implícito el desplazamiento físico, cuando no exigen el desplazamiento físico, sino solo el operativo mental. Estos saltos abandonos pueden ser exitosamente concretados operados por nuestras capacidades y destrezas mentales. En caso que estas se puedan recuperar y ejercitar.