Pasión humana
“En el tránsito de una a otra parte del espacio no vamos progresando continuamente al mismo tiempo en la cualidad que cubre dicho espacio, sino que, por lo menos en un lugar del espacio, las cualidades “limítrofes” tienen una distancia finita (y no demasiado pequeña). Y lo mismo para una discontinuidad en la sucesión fenoménica” (Edmund Husserl, Investigaciones lógicas)
Cuando empecé a pensar en términos de "distancia" no lo hice como una figura espacial, estética (*). La distancia no era el espacio que me separa del objeto que veo, sino una figura que usaba Nietzsche para referirse a la separación que había entre los hombres, una especie de vértigo o asco (**). Por mi parte, y por mucho interés que pueda tener el planteamiento moral del estimable filósofo (***), traté de mostrar, de alguna manera, que estaba equivocado: si bien es cierto que el hombre tiene un impulso primordial hacia sí mismo, no es menos cierto, sino al contrario, más, que el hombre está orientado hacia el que no es él mismo (****).
(*) El término estética es usado habitualmente en un doble sentido: uno, más amplio, relativo a la sensibilidad; y otro, más complejo y reflexivo, como teoría del gusto.
(**) Nietzsche no hablaba de vértigo, una reflexión más acorde con la de Kierkegaard (*****), sino de una especie de soledad primordial, un padecimiento sin cura. De hecho, lo denominó “pathos de la distancia”.
(***) El conjunto de escritos que denominé “Nietzsche moral” estaba encaminado a mostrar que tras el gran inmoralista había una reflexión moral de extraordinaria complejidad. Se fijaba en cosas que muchas reflexiones morales no habían advertido o habían negado.
(****) Hay una figura filosófica conocida como “no-yo” que popularizó Johann Gottlieb Fichte. En principio, era una oposición a la “cosa en sí” kantiana (******), todo lo que no fuese la cosa (*******).
(*****) Quien sí hablara del “vértigo” ante la nada.
(******) En la problemática de la cosa en sí está la negatividad implícita. “En sí” no significa que esté en un sitio como la silla en la que estoy sentado, sino que no se muestra, no es. Kant no debe leerse al pie de la letra.
(*******) Fichte reflexiona sobre lo negativo en sus relaciones, lo negativo es un término relacional (*********). Ésto de tal, o no de tal; en todo caso, es. No se pregunta, empero, por qué es ser ni, al darse por resuelto, qué es no-ser. No debería extrañarnos que, en filosofías de ese tipo, lo negativo no haga sino negar. La filosofía no se puede practicar de la manera adecuada sin extrañamiento y curiosidad.
(*********) No debe pasarse por alto el detalle de que lo que Fichte quería aportar a la filosofía kantiana era actividad y, dicho con ironía (**********), su ámbito práctico.
(**********) Que no es otra que la filosofía Kant completa su composición, más que en su intención empírica, en la ejecutiva.
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