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Tema: Esencias y fases

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    Predeterminado Esencias y fases

    “Contra ese nombre te daré un antídoto: la dulce miel de la filosofía, que da consuelo y fuerza al desterrado” (William Shakespeare, Romeo y Julieta)

    En una ocasión iba leyendo en un vagón “Acerca del alma”, de Aristóteles. El pasajero que tenía al lado no ocultaba la inquietud que le producía el libro. Era un personaje desarreglado, y tenía un comportamiento extraño.

    Los personajes que han leído o estudiado filosofía son de todo tipo. Los hay inquietos, poetas, profesionales, científicos, políticos, diletantes, sin hogar, inmigrantes, parados, … Como yo no sé qué aspecto tiene quien tiene inquietudes filosóficas, espero a que me digan algo antes de especular con ellas. Cualquiera podría ser un filósofo sin parecerlo (*).

    El personaje en cuestión del que hablo, no aguantó la inquietud que ocultaba con tanta dificultad. Me dijo, “bueno, y qué dice del alma, nada, ¿verdad?”. Entonces, había dedicado, por mi parte, un tiempo a lo que se conoce como Tratados psicológicos del estagirita (**). Como no supe lo que Aristóteles pensaba de la cuestión psicológica hasta que lo leyera, sabía que era fácil no imaginarse de qué cosas tratara. Entonces, sólo contesté con un sencillo “es un tema complejo”.

    No suelo hablar con la gente de cosas con aspecto filosófico. La filosofía no consiste en decir cosas con aroma filosófico. La mayor parte de las personas que conozco tiene una capacidad reflexiva a la que rara vez se ha enfrentado y, por ello, desconoce (***). Todo el mundo sigue unas preferencias que, con poco que se cuestionen, son defendidas con uñas y dientes. Es como el amor de los padres hacia sus hijos, no es natural ser, en lo esencial, malos padres.

    Por lo común, los padres no saben ser malos padres porque exigiría un esfuerzo del que no son capaces (****). Los padres, sin embargo, no son siempre bien vistos por sus hijos. La capacidad de soportar la frustración se desarrolla con los hijos de una manera a la que la filosofía difícilmente llegaría.

    (*) El aspecto de un filósofo griego podría parecer, hoy en día, el de un hipster a la ultísima moda. No obstante, los filósofos se caracterizan por lo que piensan y los asuntos que les preocupan. A un filósofo le debiera inquietar más lo que piensa, de lo que habla y lo que lee, que si viste a la orden del día.

    He tenido la oportunidad de conocer a grandes filósofos leyendo sus obras. No sé qué aspecto tenían, si iban arreglados o desarreglados, o si venían con un título enmarcado que asegurase que eran filósofos. Una de las personas más profundamente filosóficas que he tenido el gusto de conocer, no creo que hubiese pasado por un aula más de unos pocos años, y, que yo recuerde, no le interesaba nada de lo que allí aprendió.

    (**) Los Tratados tocan cuestiones que, hoy en día, entrarían dentro del estudio de la psicología; otras muchas, entran enteramente en la física y la metafísica.

    (***) Un defecto con una solución sencilla, basta con ofrecerla, aun cuando el defecto, aparentemente, pudiera persistir (*****). La capacidad de reflexión se reconoce en cosas tan sencillas como ver una mesa, al momento, taparme los ojos y traer la mesa a la mente sin verla (******). Dicha reflexión es poco más que un acto de la imaginación, se trae algo que se ha visto o ha existido. El poder de la reflexión está en aprovechar lo que no sería sin ella, en abrir caminos que están cerrados.

    (****) Los padres no sólo son padres mientras sus hijos los necesitan para satisfacer sus necesidades fundamentales. No hay una fase en que los padres dejen de ser padres de sus hijos ni en que los hijos dejen de serlo de sus padres (*******). La superación de estas fases es fruto de la reflexión psicológica, sociológica o histórica. Su esencia, por el contrario, está en que, a pesar de lo que parece o pasa, lo que la sustenta queda y, para decirlo de manera compleja, no deja de ser; esto es, una vez haya sido, queda igual.

    (*****) La naturaleza negativa de los errores o, visto del otro lado, que el acierto no da su brazo a torcer, no es puramente negativa. Los errores, bien vistos, son ocasiones a la vista para la reflexión (********). Pocas cosas hay tan comunes como cometer errores. Si bien hay negativos positivos, los menos, su mayor parte tiene consigo el paso a lo positivo.

    (******) Cuando mi hija era muy pequeña hacía juegos con ella. Jugaba con los objetos espacialmente hasta que los hacía desaparecer. En un principio, no había extrañeza ante la falta del objeto; al poco, lo buscaba. Con observar un poco a los niños, se sabe todo lo que van a ser de mayores.

    (*******) Empero hay una fase, emocionalmente (*********), muy dramática en la relación entre padres e hijos, la adolescencia. Su mayor interés, sin embargo, no está en lo aparente de la confrontación de unos con los otros, los hijos con los padres, ni en la falta de reconocimiento de los otros en los unos, los padres ante los hijos. Todo ese drama no hace otra cosa que poner las cosas en su sitio, rectificar un exceso, y adaptarse a lo que está por venir.

    (********) Decía Karl Popper, uno de los filósofos por los que siento predilección, que no basta con cometer errores, que lo puede hacer cualquiera; lo que hay que hacer es buscarlos e ir teoréticamente a por ellos; si es posible, agotar el recorrido del error.

    (*********) No hablo de emociones reconocibles, sino, si acaso, de conflictos de esencia, de asuntos que nos acompañan y, hágase lo que se haga, nos van a seguir acompañando. No hablo, por tanto, como lo haría un psicólogo o un sociólogo. El problema del adolescente no es quién es el mundo o si su identidad está a la altura del mundo y la de sus padres. Si no estoy confundido, el adolescente no está en lucha con el mundo y, especialmente, con sus padres (**********); está, primariamente, en lucha consigo mismo. Es tentador decir que el conflicto emocional del adolescente es de coordinación afectiva, y pasar por alto el espacio en que el adolescente está.

    (**********) El adolescente tendría conflicto aunque sus padres no estuviesen presentes. Hay una potencia negativa que va a realizarse de igual manera. Y no sólo en este u otro adolescente, sino en todos los adolescentes, de todas las épocas habidas y por haber.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 14/09/2018 a las 08:52

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