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Tema: Filosofía práctica

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    Predeterminado Filosofía práctica

    “A continuación, consideremos cuáles son los modos de ser en relación a las emociones, estados, edades y dones de la fortuna. Llamo emociones a la ira, el deseo y demás de las que hablamos antes; estados, a la excelencias y vicios, de las que también hablamos antes y en relación con los que se escoge y practica cada uno” (Aristóteles, Retórica)

    Lo que diferencia el pensamiento no es lo mismo que lo que diferencia la emoción. El pensamiento diferencia objetos que, de alguna manera (*), son en el pensamiento. El pensamiento no piensa lo que no es en el pensamiento (**). El pensamiento, por tanto, requiere unos objetos con los que relacionarse, los espera positivamente.

    Lo que diferencia la emoción, por el contrario, son valores de sensibilidad interna, son respuestas anímicas (***), “resonancias internas”, como bien las llamara William James. Uno no conoce lo que siente como conoce un objeto cualquiera (****). Las emociones y sentimientos no se conocen en el sentido más propio de conocer: aprehensión intelectual de un objeto o representación del mismo por abstracción.

    La intención emocional no crece de la misma raíz que la intención intelectual. La filosofía, por lo general, ha hecho oídos sordos a lo emocional; de un lado, como si no fuera, o, de otro, como si debiera ser negado.

    Pienso lo contrario. Las emociones son extraordinariamente importantes para saber quiénes somos, qué hacemos y con quién (*****). Las emociones, filosóficamente comprendidas, no son simplemente estados afectivos o, como también se los llamara recientemente, sentimentales. Las emociones son valores básicos, en su aspecto crucial, no dejan de ser, sino que soportan al ser (******); son discriminaciones primeras y, en cuanto al segundo al que se está dispuesto, primordiales e imprescindibles; no dejan de ser por negarlas ni se pueden negar por abstracción.

    (*) Hablo de “alguna manera” determinada, no de una manera cualquiera a la que se llegue por abstracción. Si la manera abstracta no sigue una determinación, no significa absolutamente nada, su abstracción no es realizable (*******).

    (**) El pensamiento es en positivo, cabalmente, es pensamiento de algo que es. Lo negativo, lo que no es, sólo puede ser objeto del pensamiento por abstracción e indirectamente.

    (***) Una respuesta que no debe interpretarse causalmente. La respuesta no es si, antes de ello, no hay una potencia que la desencadene. Las emociones no son estados mentales ni nada que se les parezca. Para desmarcarme totalmente de cualquier sospecha, las emociones tienen valores fijos y a priori. No hay ninguna vivencia o representación de ellas que no esté ya en su posible composición; esto es, no son de cualquier manera.

    (****) Los objetos que se conocen son objetos que, primeramente, son. La existencia de los objetos está presupuesta por la naturaleza del pensamiento; en la esencia del pensar está implícita, de alguna manera, orientarse a priori a objetos, el pensamiento los espera activamente, sin descanso, esto es, no deja de esperarlos. Los objetos no son cualesquiera, no son indiferentes sino de manera mediada y abstracta.

    (*****) La pregunta existencial por el propio ser, ese “quién” figurado que señalo, no sabe nada de qué es ser quién, qué diferencia uno del otro y en qué sentido no pueden decirse de igual manera. Dicho de manera directa, el ser que es no llega, de buenas a primeras, a su capacidad reflexiva, a remontarse a sí de una vez. Sucede lo contrario, para que el ser pueda reflexionar o pueda reflexionarse, dicho humorísticamente, “ser-se”, requiere un empuje del que del que el ser carece; no va a llegar a él por mucho que lo piense. Pensar, dicho de otra manera, no es primero al ser sino artificial y superficialmente.

    (******) Este soporte esencial no es propiamente emocional, sino que subyace a todo lo que es. Si los objetos no tuviesen unas diferencias potenciales, para decirlo de manera reflexiva, algo con lo que relacionarse, jamás tendrían interés o, lo que es lo mismo, no habría razón para esperar interés en ellos; serían positivamente indiferentes (********).

    (*******) Por otro lado, la filosofía es esencialmente especulativa y teorética. Una filosofía sin impulso especulativo y sin las figuras de la reflexión, no se distinguiría de un conocimiento cualquiera. La filosofía es, a este respecto, activa y, si vale la ironía, práctica.

    (********) Una "in-diferencia" que no sería fruto del lenguaje, no sería un compuesto de abstraer la diferencia. Decimos que sería positiva en el aspecto de que se podría prescindir de los valores negativos al haberlos y estar disponibles.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 31/08/2018 a las 08:04

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