“Conocemos la verdad no solamente por la razón, sino también por el corazón” (Blaise Pascal, Pensamientos)

Kant decía que las “riñas de pareja” eran propias de personas moralmente vulgares que carecían de principios para regir su conducta, el fracaso del imperativo categórico kantiano y su cinismo moral. Hablaba de la vida matrimonial, sobre lo que aquel gran pensador debía saber poco. Según lo veo, en la reflexión emocional, sea en el matrimonio, entre hermanos, amigos, etc., lo esencial no es la razón. El ámbito emocional puede, de alguna manera, sustituirla, pero no sucede al revés; la razón es primariamente incapaz de poner lo que pone el sentimiento.