El Evangelio de Juan es el Génesis del Nuevo Testamento. En analogía al libro de Génesis que describe la creación material del hombre, el Evangelio de Juan describe la creación espiritual, como Jesús enseñó a Nicodemo en Juan 3:3, diciendo que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.
Por lo tanto, muy apropiadamente estos dos libros comienzan con las palabras Al principio ... en los respectivos versículos (Génesis 1: 1 y Juan 1: 1), lo que significa que hay dos comienzos diferentes en la Biblia, o sea, dos principios creativos.
La palabra principio (latín principium, gr. Archê = comienzo) significa el comienzo, el origen, la base o la presuposición de cualquier cosa.
Por el principio creador del Génesis, el primer Adán fue creado por Jehová del polvo de la tierra. Después que Jehová formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz un aliento de vida física, y así el hombre pasó a ser un ser viviente, como leemos en Génesis 2: 7.
A su vez, por el principio creador del Evangelio de Juan, el hombre puede experimentar el nuevo nacimiento y así recibir el aliento de vida espiritual, de manera análoga a lo que Jesús hizo cuando sopló sobre sus apóstoles, diciéndoles: Recibid el Espíritu Santo, como leemos en Juan 20:22.
En mi opinión, Jehová es un Demiurgo, el autor de la creación material y corruptible, el cual es diferente del verdadero y absoluto Dios Padre, mientras que Jesucristo es el autor de una creación espiritual y divina.
Una distinción similar sobre esta dicotomía entre el hombre pneuma y el hombre bestial tuvo el filósofo Platón ya en el siglo IV AC. Cinco siglos después, también Marción y algunos de sus seguidores predicaron esa dicotomía entre los dos creadores. Los gnósticos también llamaron al Demiurgo creador del mundo material por los nombres: Yaldabaoth, Samael, Saklas y Cosmocrator.
http://www.meldestilado.oswnet.com/pagina3.htm
http://www.meldestilado.oswnet.com/d..._la_biblia.pdf
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