Conozco a muchas personas que me han dicho que le tienen
un miedo terrible a la muerte.
Incluso, una tía mía, a pesar de lo
super religiosa que es, piensa de esa manera.
Por otro lado, hay personas que no son religiosas, y que aseguran que
no le tienen miedo a la muerte.
Opino que una cosa es hablar de la muerte así como lo estoy haciendo al escribir estas líneas y, otra, muy distinta, es
vivir la pérdida de algún ser querido, o verse uno mismo cerca de la muerte (accidente grave, enfermedad, secuestro, asalto, etc). Voy a seguir en el marco de lo primero : escribiendo sobre el temor a la muerte y cómo vencerlo, pero fuera de una situación inminente concreta.
Me parece que uno puede temerle a la muerte en el sentido de que, por lo general, y si estamos gozando de buena salud, no sabemos de qué manera vamos a morir. Es una incógnita que puede acentuar en nosotros ese temor a morir. En cambio, si estamos gravemente enfermos y conscientes de que nos queda poco tiempo por vivir porque así nos lo han explicado los médicos, es posible que ese conocimiento nos ayude a temerle menos a la muerte, porque sabemos que se va acercando cada día más, y terminamos aceptándola.
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