Es que no es una transmisión de una carta, de un acontecimiento, de una historia, etc... es que la fe hay que vivirla, por ello es mejor la palabra Tradición porque se vive.
No es algo que quede en un cajón y después se lo pasamos a la siguiente generación tal y como nos lo entregaron. No es algo estático.
Última edición por Ciro; 16/07/2018 a las 15:16
Si resumes toda la Tradición apostólica a un dogma, que encima no crees en él, es tu problema.
Por ejemplo es una transmisión la sucesión apostólica. Pero la Tradición no es solo eso, es una forma de vivir. Son palabras que llevan acción.
Por ejemplo en los pueblos españoles durante los años cincuenta se hacía la matacía, matanza de un cerdo. Ahora en muchos pueblos recogen ese hecho como una tradición y una vez al año vuelven a hacer una matacía. No es porque sea una transmisión, que lo es, sino que también es un hecho activo: matar un cerdo.
Última edición por Ciro; 16/07/2018 a las 16:06
Volviendo al tema central y citando de "El Cristianismo en la Historia: sus Luces y sus Sombras" (createspace.com/pub/community/give.review.do?id=1239604&rewrite=true&), en el último párrafo citado a continuación encontramos el origen de cómo brota la rama Adventista del tronco original de la Iglesia Cristiana:
"De la Reforma surgieron en el s.XVI tres grandes ramas protestantes, la Luterana, la Calvinista y la Anglicana (cap. IV, 10). Poco después, a principios del s.XVII surge otra igualmente importante: la Bautista. Esta fue fundada por John Smyth en 1609, quien se trasladó con un grupo de discípulos y seguidores de Londres a Amsterdam y proclamó una nueva Iglesia basada en el renovado bautismo de todos los creyentes cuando alcanzan la edad adulta y una perenne campaña evangélica basada estrictamente en la Biblia como fuente de toda autoridad espiritual. Sus orígenes se remontan a la escisión protestante anabautista (o anabaptista) del siglo anterior en Suiza, Austria, Alemania y Holanda, sobre todo bajo la prédica de Thomas Müntzer (1490-1525), quien fue líder revolucionario en la Guerra de los Campesinos.
Mientras tanto, pese al esfuerzo de la Contrarreforma y a los múltiples ejemplos de santidad que restablecieron el prestigio de la Iglesia católica en estos siglos, la Doctrina protestante de la Sola Fe (Sola Fide) siguió provocando mayores desviaciones en la interpretación de las Escrituras (ver cap. V, 7), dando lugar a la fundación de incontables ramificaciones y sectas en siglos posteriores que no es posible analizar con amplitud en tan breve estudio. Uno de los brotes principales fue la Iglesia Metodista (fundada por John y Charles Wesley en 1744, en Inglaterra), que se separa del anglicanismo. De los metodistas surgen el Ejército de la Salvación (William Booth, 1865). y el Movimiento Pentecostal (Jonathan Edwards. 1703-1758), el cual ha dado lugar también a otros notables movimientos protestantes. Otros brotes importantes de la rama Anglicana fueron los Puritanos, la Iglesia Episcopal (Samuel Seabury, 1784), las recientemente creadas Asambleas de Dios (1914), etc.
De los Luteranos surgen otras Iglesias importantes, sobre todo las Evangélicas reformadas y la Iglesia Unida de Cristo. Del Calvinismo se separan los Presbiterianos, las Iglesias Reformadas y los Congregacionalistas. La Sociedad Religiosa de los Amigos (cuáqueros) fue fundada por John Fox, de origen presbiteriano. Los Mormones, a su vez, son un brote de las Iglesias Reformadas; y los Cientólogos se apartan de los Congregacionalistas, tomando ideas de la “ciencia cristiana” promovida por Mary Baker Eddy en el s. XIX.
Por último, de las filas Bautistas surgen las Asambleas de Dios y los Adventistas, y de éstos, los Testigos de Jehová. Hay cientos de otras denominaciones, algunas de ellas derivadas del anabautismo más tradicionalista, como la Menonita (fundada por Menno Simons en 1536, en Holanda), la Huterita, los Amish y la Iglesia de los Hermanos, entre las cuales hay más escisiones que requerirían todo un tratado para definirlas y trazar su historia."
Última edición por gerama31; 16/07/2018 a las 16:09 Razón: borrando emoticón
Lo principal es que no aceptan el Magisterio de la Iglesia.
Jesús, el Cristo, confía en sus Apóstoles. Por eso los escoge tan expresamente y los privilegia en sus enseñanzas de entre miles de discípulos. Una mente tan preclara como la de Jesús, aun suponiendo que no creamos en su naturaleza divina, tenía que estar consciente de que el paso de los años y los siglos daría pie a múltiples interpretaciones. Por eso crea su Iglesia y le da la potestad a Pedro de dirigirla, para unificar el proceso que, a través de la Tradición, daría origen al Magisterio que permitiera esclarecer a las sociedades de 21 siglos después lo escrito por la mentalidad y bajo la influencia cultural de los hombres de su época. Para mantener esa unidad en una Iglesia de Cristo, es indispensable la sucesión apostólica.
Los Cristianos sostuvieron desde los primeros siglos que la teología debía formularse de acuerdo a tres principios: Escritura, Tradición y Magisterio. El apologeta James Akin subraya que:Los protestantes y otras ramas cristianas, rechazan la Tradición y, mucho más, el Magisterio de la Iglesia, para quedarse con "sólo la Biblia" (Sola Scriptura). El problema ha sido que esto ha provocado desde Lutero hasta nuestros días enfrentamientos y grandes contradicciones entre los principios y la práctica de los reformadores, porque aunque continuaron enseñando que solo la Biblia es la única regla de fe, no cesaron de celebrar sínodos, de escribir confesiones de fe, condenar los errores y excomulgar a quienes los sostenían y de promover grandes y crueles persecuciones.“Los dos primeros de estos proveían los datos necesarios para conducir investigaciones teológicas mientras que el tercero servía para formular autoritariamente la interpretación correcta de los datos presentados por las dos fuentes materiales. Así Escritura y Tradición servían como principios materiales de teología, mientras que el Magisterio, al permitirnos saber con seguridad el significado correcto de este material, servía como un principio formal de teología.”
A su vez, la doctrina de la "sola Fe" (Sola Fide) ha venido provocando mayores desviaciones desde la Reforma en la interpretación de las Escrituras, porque una vez que los reformadores reconocieron en cada creyente la autoridad para interpretar las Escrituras a su modo, toparon con el problema aún mayor de que el mismo principio que rechaza la autoridad de la Iglesia podían usarlo contra ellos sus propios seguidores, provocando la enorme atomización del Cristianismo no católico en siglos posteriores.
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