El N.T. le dio un toque final a lo que ya se vislumbraba desde ciertos pasajes del A.T. : la doctrina de
la supervivencia del alma a la muerte del cuerpo.
Los biblistas sabemos que el propio Jesucristo formuló muy claramente dicha
enseñanza fundamental del
cristopaulinismo en
Mt. 10:28 :
"No temáis a los que matan
el cuerpo, mas
al alma NO pueden matar ..."
Y también en
Lc. 12:5.
"No temáis a los que matan
el cuerpo, y después
nada más pueden hacer".
"Temed a aquel que
después de haber quitado la vida, tiene poder de
echar en el Gehena ..."
El alma es pues,
inmortal, pues no puede morir,
aunque se mate al cuerpo, según Jesucristo. El cuerpo, por ser mortal, sí que puede morir; el alma, no.
Y como si esas palabras del Maestro no fueran suficientes, he aquí que uno de sus discípulos que oyó esas palabras, testificó lo siguiente :
"Y vi
las ALMAS de los
decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivierony reinaron con Cristo mil años. Pero
los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años ...",
Apoc. 20:4,5.
Juan lo tiene bien claro : para él,
las almas de los creyentes
decapitados por causa del testimonio de Jesús siguieron viviendo después de la muerte de sus respectivos cuerpos. Y por eso fue que él pudo
VERLAS.
Pero sabemos que los adventistas y los watchtowearrianos dicen que lo que Juan escribió NO quiere decir lo que escribió, sino otra cosa distinta.
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