En ese mar de fantasías
me ahogué mientas salvaba mi cadáver de la vida...
Y la muerte me devolvió a la orilla,
agonía eterna, imposible realidad.
Esperaba que fuese noche y era día...
Esperaba la indiferencia pero recibí tu sonrisa.
Ese día, humillada y confundida
la muerte, se arrojó al mar...
Marcadores