Desde que te has ido
ya mi corazón no pide nada
aprieta en su más íntima brazada
toda su inmensa cantidad de cielo.
La compañía de la luna será mi desvelo
para la soledad de la celeste almohada,
samaritana de mi desconsuelo
siempre así será, así mi ausencia.
Irás por un tiempo en mi sueño
reposo de noches de insomnio
me vestiré de plata de luna en el ocaso
ya no veré la ausencia de tu mirada.
El aliento del olvido llegará tímido al principio
tenaz después de días de oscuridad
el tiempo que todo lo cura y lo borra
será mi aliado con mi cuidado.
Del mismo barro hechos y sin tapujos
dijeron sus palabras los amigos
uno dice que ya nunca esperar nada
cuando ya esta todo decidido.
Los cristales de los ojos húmedos
la boca amarga de desengaño
mirar ya adelante, al camino que bifurca
las puertas y ventanas serán selladas.
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