AMANECER
Hoy he visto amanecer. Tendría que darle las gracias a esa tos pertinaz, que no me dejaba dormir, y he pensado que para estar sin hacer nada de provecho, dando vueltas en la cama y despertando al compañero de fatigas, lo mejor era levantarme.
Y tras la ventana, he podido contemplar cómo iba apareciendo esa luz tan especial de la aurora. El color no se puede comparar con nada. De verdad que es una iluminación casi surrealista.
El sol hace destacar unas sombras sutiles y alargadas, de los edificios y los árboles.
En el cielo había unas nubes finas alargadas de un color sonrosado, a medida que el sol las alcanzaba.
He bajado a la tierra, y ahí, sí, en el asfalto todo era igual que siempre. Los coches como si de una oruga gigantesca se tratara, allí estaban esperando que el semáforo cambiara de color.
Las luces pilotos traseras, me han recordado a un gran brasero, que se hubiera removido con una pala. (Esto los más jóvenes ni sabéis lo que es)
En cuestión de pocos minutos, se ha hecho completamente de día.
Mi tos, como por arte de magia ya había desaparecido.
¿Qué hacer, volver a la cama?
No. Me he ido directa a la cafetera. Necesito algo calentito para empezar el nuevo día,
Con tos o sin ella, hay que seguir.
Barcelona 2003
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