Soto está escuchando la música de un filme que le ha gustado. El sigue las historias, de James Bond, personaje que admira, por sus técnicas de agente del MI6. Su amigo El Gales, hace años perteneció al tan mentado Servicio Secreto inglés. Su amigo tuvo que salir de incógnito de Inglaterra, cuando se vio involucrado en un asunto muy sucio, con el Mossad, servicio secreto israelí.
Hace años que El Gales vive en Santiago, en un lugar que cada cierto tiempo él cambia. Los dos amigos han trabajado juntos en varios casos de investigaciones de Soto.
La música resuena en sus oídos y mientras esto sucede, suena el timbre del teléfono.
Su mujer atiende:
¡¡Buenas tardes señor!!
Si señor, él está en casa en este momento...
Soto prestando atención...
¿ Quién es mijita?
Ella:
Es el Jefe Inspector de la Brigada de Santiago....
Soto...
Pásame el teléfono...por favor...
Apaga el equipo de música y se pone al habla...
Señor Inspector...Diga
Del otro lado de la línea, se escucha una voz con acento perentorio ...
Soto:
No señor, no tenía idea.
Soto:
Señor, estuve ocupado, con el asunto de La Yakusa en el país.
De otro lado de la línea, se escucha un largo párrafo de palabras, con voz de mando...
Soto:
Muy bien señor. Así se hará...
Y cuelga el teléfono...
Su mujer lo mira con cara de interrogación...
¿ Qué pasa?
Mijita, tengo que irme urgente a Santiago, el caso de las cajas en el Puerto se abrió a otra línea de investigación...
Traéme por favor mi abrigo, hace un poco de frío...
A esa hora en el Puerto de Valparaíso, hay un poco de neblina.
Soto guarda sus cigarrillos, y se pone el abrigo, que su mujer le ha traído, desde el dormitorio...
Siempre pensó, que el misterio de las extrañas cajas en el Puerto...no estaba terminado...
Sus sospechas eran ciertas.
Algo medio turbio, hay en todo el asunto.
Si no fuera así, no intervendría la Brigada de Homicidios de Santiago.
Se dirige antes de salir a su escritorio, marca un número de teléfono...
Aló.
¿Esta el ayudante Zúñiga?
No me diga...
¿ Cuando lo hospitalizaron?
Quéeee... ¿Cuando lo operan?
Bueno, no se preocupe, le diré a mi antiguo chofer, que me espere en la Brigada de Valparaíso ...Voy para allá. Gracias.
Soto, retomará entonces, el antiguo caso de las extrañas cajas, en el Puerto de Valparaíso.
RELATO DE LO QUE PASO ANTES CON ESTE CASO...
Después de las felicitaciones, por haber dilucidado exitosamente, el misterio del caserón de la playa, el Comisario, fue trasladado como él quería, a las Oficinas de la Brigada en Valparaíso.
Ese día, en que se hizo todo el trámite de integrarlo a la oficina, que le correspondía, también le presentaron a todo el personal, que dependería de las órdenes, que él diera.
Su segundo al mando, era el Teniente Quezada, que venía de Santiago, y había cursado en la Escuela de Carabineros de la Capital.
Cuando se lo presentaron, ambos se miraron como midiéndose de alguna manera. El Teniente, había sido castigado, por una falta grave, que tenía que ver, con líos de faldas. Por eso, estaba a las órdenes del Comisario en Valparaíso...
Algo de eso, le habían contado ya los subordinados, que él conocía...El suboficial Gómez y el cabo primero Pérez.
Ambos, le habían comentado, que el teniente Quezada era medio "" picado de la araña ( mujeriego en chilensis ) y que había tenido una aventura romántica y carnal, con la señora, de un alto jefe de la Comisaría Central de Homicidios de Santiago.
Por eso, se lo había mandado, como una forma de castigo a las órdenes de Soto, en la Jefatura de Valparaíso.
De ahí, cuando fueron presentados, las miradas de ambos.
Justo ese día, cuando la familia de Soto, llegaba desde Papudo a instalarse en su nueva casa en el Cerro Alegre, en el puerto de Valparaíso, se habían perdido unas cajas, que venían en un container a nombre de la Embajada israelí.
Cuando, el teléfono de la oficina del Comisarió sonó, él no sabe, por qué motivo sintió un escalofrío en la espalda...Del otro lado de la línea, una voz perentoria le ordenó....
Si Señor.
No señor...
A la orden
Soto, después de colgar el auricular, estaba medio pálido.
Lo que le habían ordenado, era de prioridad. Ese día, ni siquiera podría ir a su casa, a la hora que le había dicho a su mujer. Para ayudarla a desempacar los enseres, que traían en la mudanza...
Por la p.... madre...se dijo a si mismo...
Ya comenzamos, con líos enormes...
Y con voz perentoria...llamó a sus segundos a su oficina.
Teniente.... Gómez.
Ambos, a paso rápido entraron a la oficina del Comisario...
Diga Señor...
Soto los queda mirando...y piensa para si mismo...
¿Estarán capacitados, estos dos, para los trámites, que tendremos que hacer?
Sabe que las órdenes fueron perentorias y que en ese mismo momento, deben presentarse en las oficinas de la Empresa Portuaria del Puerto.
Quezada, lo queda mirando, y le espeta a Soto...
¿ Qué pasa, que es tan urgente Comisario?
Gómez, que ya le conoce el genio a Soto, porque trabajó años atrás con él, se queda en silencio.
Ya veremos hombre, una vez que estemos en terreno.
Dicho esto pide a uno de los ordenanzas que saquen una de las patrullas del garage y que el chofer sea uno de confianza de él...
¿A quién le digo? dice el ordenanza...
Soto lo queda mirando...
¿ Quién a a ser? El que siempre fue mi chofer el cabo Torres...pues...
¿Quién va a ser sino él?...le dice al despistado ...
La patrulla corre rauda por las calles del puerto rumbo a destino.
Soto va pensando que esto se complicará, porque el jefe máximo en Santiago, le ha dicho que se trata de algo que tiene que ver con los israelitas...
¿Qué el Mossad esta en Chile? se dice a si mismo...
Debe estarlo, porque si las cajas que llegaron sin papeles de embarque, en un barco con bandera liberiana, y entraron a las bodegas de la Empresa Portuaria...y alguien ( ¿quién? ) las abrió, pero no alcanzó a robarlas....
De momento, él solo tiene elucubraciones...hasta que no hable con el jefe de la Empresa Portuaria ...mas o menos sabrá bien de que se trata todo esto...
Entran en silencio ( sin la bocina de la patrulla) al sitio número 3 del Puerto...
Sale a recibirlos un hombre fornido, con enormes bigotes y una cara de pocos amigos.
Soto se baja de la patrulla y lo enfrenta...
¡ Buenos días! ¿ Ud es?
El hombre lo queda mirando..con ojos escrutadores...
Buenos días, le responde el hombre de los bigotes...
Soy el jefe de la Bodega N0 3 de los containers que llegan al puerto...
Mi nombre es Carlos Bauzá.
Soto se queda mirandolo unos segunods...y le contesta...
Soy el Comisario Soto y tengo órdenes de revisar la bodega y los containers...y la guía de despacho que vino con ellos.
Entonces los cuatro se dirigen a las bodegas correspondientes ( la No 3 consta de 5 enormes bodegas de depósitos )
Soto, Quezada, y Gómez caminan al lado de Bauzá...rumbo a las bodegas. Para eso tienen que caminar más menos 3 cuadras entre las labores de los que trabajan en el Puerto.
Las grúas, están en plena faena, de descarga de containers de los barcos atracados, en el Muelle del Puerto...Los hombres, que hacen las labores de funcionamiento, de todo lo que es el arribo y descarga, desde los buques, están todos en sus puestos de trabajo...
Menos, un grupo de 4, que están en un costado de los almacenes de las bodegas No 2...
Estos, simulan tomar café, pero en realidad, están espiando a la caravana de policías que han llegado...
El lío de los robos de los containers del Puerto de Valparaíso, lo tuvo a Soto a mal traer...
Fue muy difícil poder atrapar a los ladrones y más encima estos estaban amparados por muchos poderosos que avalaban sus tropelías...
Por eso, estuvo meses en esos trámites ante la Justicia ...tomandole declaraciones a cuantos pudo y que él sabía que estaba involucrados...
Todo, fue muy complicado, en esos meses, para el Comisario Soto...
HASTA ACA...HABIA SIDO LA INTERVENCION DELCOMISARIO INSPECTOR...EN EL CASO...
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AHORA EN EL PRESENTE....
Salió de su casa en el Cerro Alegre, la tarde estaba fría. Así que, de alguna manera supo, que ese día sería largo...
Se paró en la esquina, a esperar que su chofer de años, lo pasara a buscar...
El auto, empezó a bajar por la calle Templeman.
Soto se alegró, de que de nuevo tuviera como chofer, a su ayudante...el cabo Torres. Hombre de su confianza, que en algún momento, tuvo que ser reemplazado por Zúñiga, ahora enfermo y a punto de operarse de la vesícula...
El auto se detuvo, justo frente a él.
Torres...
Buenas tardes, señor Inspector.
Buenas, contesta Soto, tirando el cigarrillo a medio fumar al suelo.
Torres,,,
¿ Donde Señor?
Soto...
A Santiago hombre, a la oficina principal de la Brigada.
El auto, baja por la calle empedrada llegando de ahí a la calle que da directamente a Bellavista, de ahí a la Avenida Brasil, para tomar la carretera, a la capital santiaguina.
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