V. 18En Ex. 30:12-16 Dios instruye al pueblo de Israel que el valor de un hombre delante de Dios es de medio siclo (6 gramos aprox.) para pagar por el codero sacrificado por el pecado. Debemos reconocer que nuestra redención no se pagó con el oro ni la plata sino con algo de verdadero valor.
A. El oro y la plata tienen un valor demasiado pequeño. Mientras el hombre busca enriquecerse en la vida con oro y plata por su poder adquisitivo, Dios dice que tales cosas no nos pueden ayudar salir de nuestra condición de esclavos al pecado.
B. Fuimos librados de nuestra pasada manera de vivir. La santidad es el producto natural de nuestra redención. Fuimos comprados por Cristo para Cristo. Pedro insta en que sea hora de vivir en la realidad de nuestro rescate de nuestra pasada manera de vivir en el pecado.
1. Vana – un estilo de vida que promete algo bueno que no lo puede producir.
Rom. 1:21: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.”
2. Una tradición carnal. Hemos recibido la esclavitud al pecado por herencia.
1 Cor. 15:22: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.”
II. Jesús pagó el alto precio de nuestra Redención del pecado. V. 19
A. Por Su Sangre preciosa. La vida entregada por completo.
Gen. 9:4: “Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.”
B. De un cordero perfecto.
Juan 1:29b: “…He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”
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