Última edición por carlosig; 18/12/2017 a las 18:23
Hay que se diferenciar entre la vieja creación y la nueva creación, pues hay dos principios creadores. Este tema está siendo debatido en el siguiente enlace:
http://foros.monografias.com/showthr...-Creaci%C3%B3n
Hay que se diferenciar entre la vieja creación y la nueva creación, pues hay dos principios creadores. Este tema está siendo debatido en el siguiente enlace:
Mira tú. Pero estamos hablando de la vieja creación, la del génesis, esa donde aparece un Dios construido por el hombre, un Dios vengativo y salvaje, provisto de todas las pasiones humanas.
Si miramos sólo por la óptica del Génesis, tengo que estar de acuerdo contigo que el “Dios” que se presenta allí es vengativo, colérico e inestable emocionalmente.
Sin embargo, si miramos por la óptica del Evangelio de Juan, donde Jesús presentó al Dios que es Padre y la nueva creación, vemos a un Dios coherente que no se deja llevar por impulsos intempestivos, sino que es paciente y está siempre de brazos abiertos aguardando a los hijos los rebeldes volver a la casa de su padre.
http://www.iabr.oswnet.com/page_04.htm
Juan en Apocalípsis lo muestra bastante iracundo también.
La gran ciudad quedó dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron. Y la gran Babilonia fue recordada delante de Dios para darle el cáliz del vino del furor de su ira. (Ap 16:19).
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que al Hijo es desobediente, no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él. (Jn 3:36).
Acá Juan también muestra la ira del Padre, ¿verdad?
Las Religiones del Espíritu Santo, o sea las Religiones de Raza, tuvieron por objeto la elevación de la raza humana por medio del sentimiento del reinado limitado a un grupo: Familia, tribu o nación. (CR, pág 373).
Max Heindel.
Es por ese carácter ambiguo del libro de Apocalipsis que yo tengo dudas sobre la autenticidad total de ese libro.
Por un lado, muestra en el capítulo 3:20 un Dios que ofrece la oportunidad de recibirlo y hospedarlo, sin tiranía y sin constreñimiento. Así dice el texto, refiriéndose a Jesús … He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Esa invitación está sí totalmente de acuerdo con la esencia del Evangelio de Jesús, donde hay libertad y libre albedrio.
Sin embargo, por otro lado, ese mismo Apocalipsis muestra, como dices, un Dios irado y con sed de sangre, que comisiona un Mesías belicoso, el cual no corresponde a aquel que se presentó a los hombres como Salvador y Redentor, ni tampoco al Dios que es paciente y no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan, como dice 2 Pedro 3:9.
Por eso, comparto con Lutero y otros teólogos la misma extrañeza y dificultad para aceptar ese libro en el Canon del Nuevo Testamento.
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En su Evangelio, Juan se refiere al Dios verdadero a menudo como Padre (ABBA). Por lo tanto, en las veces que la palabra “Padre” no es mencionada, no es seguro que esté refiriéndose al Dios verdadero.
Por eso, creo que esa “ira de Dios” que permanece sobre los desobedientes se refiere al “dios de este mundo”, que Pablo mencionó en 2 Corintios 4:4, el cual algunos piensan que es Satanás, pero yo creo que es Jehová.
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