Hay que comprender, hablando de los misterios cristianos, que los cuatro
Evangelios no son solamente relatos de la vida de un solo individuo, escritos por
cuatro personas diferentes, sino que son símbolos de distintas iniciaciones. Cada
uno atravesará algún día los cuatro períodos descriptos en los cuatro Evangelios,
porque cada uno está desarrollando el espíritu de Cristo en su interior. Y al decir
esto de los cuatro Evangelios, podemos aplicarlo también a una gran parte del
Antiguo Testamento, porque es un libro maravilloso de ocultismo. Cuando
recogemos patatas,, no esperamos encontrar sólo patatas y ninguna tierra;
tampoco debemos esperar al ahondar en el libro llamado la Biblia, que cada
palabra sea una verdad oculta, porque como debe haber tierra entre las patatas, así
también debe haber escoria entre las verdades ocultas de la Biblia. Los cuatro
Evangelios fueron escritos de tal manera que sólo aquellos que tienen el derecho
de saber pueden descubrir el verdadero significado y comprender los hechos
subyacentes. Así, igualmente, en el Antiguo Testamento encontramos grandes
verdades ocultas que se transforman en lúcidas el día en que podemos mirar detrás
del velo. Débase notar que los que originalmente escribieron la Biblia, no
intentaron dar la verdad de una manera que todo el que quisiera pudiera leerla.
Nada estaba tan lejos de sus mentes que escribir "un libro abierto sobre Dios". Los
grandes ocultistas que escribieron el Thora son muy categóricos en este punto.
Sus secretos no podían ser comprendidos por todos. Cada palabra del Thora tiene
un elevado significado y un misterio sublime. Muchos pasajes están velados; otros
deben entenderse al pie de la letra; y nadie que no posea la clave oculta puede
descifrar las profundas verdades veladas en lo que muy a menudo aparentan ser
feísimas vestiduras. BiB. Corinne Heline, New Age Bible Interpretations (5 vols.
New Age Press, Los Ángeles, Cal., USA).
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