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Mihael
LA TERCERA ENTREVISTA: DR. EDWINM.YAMAUCHI
Al entrar al imponente edificio de ladrillos que alberga la oficina de Edwin Yamauchi en Miami University en el pintoresco Oxford, Ohio, pasé debajo de un arco de piedra con la siguiente inscrip- ci6n: «Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» Uno de los principales expertos del país en historia antigua, Yamauchi ha estado en la búsqueda de la verdad histórica durante gran parte de su vida.
Nacido en Hawai en 1937. Por cierto, sus logros académicos han sido sorprendentes. Después de obtener un grado de bachillerato en hebreo y helenís- tica, Yamauchi recibió una maestría y un doctorado en estudios mediterráneos de Brandeis University.
Se le confirieron ocho becas de investigación, de la Rutgers Research Council, del National Endowment for the Humanities, de la American Philosophical Society y otros. Estudió veintidós idiomas, entre ellos, árabe, chino, egipcio, ruso, siríaco, ugarítico e incluso comanche.
Ha presentado setenta y un ensayos ante sociedades académi- cas; enseñó en más de cien seminarios, universidades e institu- tos, entre ellos, Yale, Princeton y Comell; se desempeñó como presidente y luego rector del Institute for Biblical Research y como presidente de Conference on Faith and History; y publicó ochenta artículos en treinta y siete publicaciones académicas.
En 1968 participó en las primeras excavaciones del templo de Herodes en Jerusalén, las cuales revelaron pruebas de la destrucción del templo en el año 70 d.C. La arqueología también ha sido el tema de vario de sus libros, entre ellos, The Stones and the Scriptures [Las Piedras y las Escrituras]; The Scriptures and Archaeology [Las Escrituras y la Arqueología]; y The World o fthe First Christians [El mundo de los primeros cristianos].
Aunque nació en un trasfondo budista, Yamauchi ha seguido a Jesús desde 1952, el año en que yo nací. Tenía especial curiosi- dad por saber si su compromiso a largo plazo con Cristo matizaría su evaluación de la evidencia histórica. Es decir, ¿se adheriría escrupulosamente a los hechos o sería tentado a derivar conclu- siones fuera del alcance delo que garantiza la evidencia?
Me encontré con que Yamauchi es de porte cortés y modesto. Aunque por lo general su habla es suave, se concentra con inten- sidad. Provee respuestas exhaustivas y detalladas y a menudo hace una pausa para complementar su respuesta verbal con el ofrecimiento de fotocopias de artículos académicos que escribió sobre el tema. Un buen erudito sabe que la información nunca es suficiente.
Dentro de su oficina abarrotada de libros, en el centro de la sede universitaria rodeada por una tupida arboleda radiante con los colores del otoño, nos acomodamos para hablar del tema que todavía pone brillo en sus ojos, aun luego de tantos años de inves- tigación y enseñanza.
CONFIRMAR LOS EVANGELIOS
Debido a mi entrevista con Blomberg, no quería sugerir que nece- sitábamos ir más allá de los Evangelios para encontrar evidencia confiable con respecto a Jesús. Por lo que comencé por formular- le a Yamauchi la siguiente pregunta:
-Como historiador, ¿podría darme su evaluación de la confiabi- lidad histórica de los Evangelios mismos?
- E n suma,losEvangelios sonfuentesexcelentes -respondi~. En realidad, son las fuentes más fidedignas, completas y confia- bles acerca de Jesús. Las fuentes incidentales no aportan mucha información detallada; sin embargo, son válidas como evidencia corroborativa.
-M u y bien. Eso es lo que quiero tratar: la evidencia corrobo- rativa - l e dije--. Seamos francos: algunos se mofan de cuánto hay en realidad. Por ejemplo, en 1979 Charles Templeton escribió una novela tituladaAct ofGod [Caso de Fuerza Mayor], en la que un arqueólogo ficticio expresaba lo que muchos creen. Tomé el libro y leí el párrafo pertinente:
"Laiglesia [cristiana] funda sus alegaciones en las enseñan- zas de un joven judío desconocido con pretensiones mesiánicas que, admitámoslo, no dejó mucha huella en su tiempo. No hay ni una palabra acerca de él en la historia secular. Ni una. No hay mención de él por parte de los romanos. Ni siquiera una referencia por parte de Iosefo,"
-A hora bien - d ije con una pizca de sarcasmo-, eso no suena a que hay mucha corroboración de la vida de Jesús fuera de la Biblia.
Yamauchi sonrió y negó con la cabeza.
- E l arqueólogo de Templeton simplemente está equivocado
-respondió como desechando la id ea-, porque sí contamos con referencias a Jesús muy importantes en Iosefo y Tácito.
»Los Evangelios mismos dicen que aquellos que lo escucharon, incluso miembros de su propia familia, no creyeron en Jesús durante su vida, sin embargo, él dejó tal huella que Jesús se recuerda en todas partes, mientras que Herodes el Grande, Pon- cio Pilato y otras antiguas autoridades no tienen tan amplia fama. Así que en realidad sí dejó huella en aquellos que creyeron en él. Hizo una pausa y luego agregó:
- y no, por supuesto, en los que no creyeron en él.
EL TESTIMONIO DE UN TRAIDOR
Templeton y Yamauchi mencionaron a Josefo, un historiador del siglo 1 muy conocido entre los eruditos pero cuyo nombre no es muy familiar a la mayoría de la gente hoy día.
-D em e algunos datos acerca de él - l e d ije-, y cuénteme de qué manera su testimonio provee corroboración con respecto a Jesús.
- S í , por supuesto -contestó Yamauchi mientras se cruzaba de piernas y se reclinaba en su sillá-. Josefo fue un historiador judío muy importante del siglo1.Nació en el año 37 d.C. y escribió la mayoría de sus obras hacia fines del siglo.
»En su autobiografía defendió su comportamiento en la Guerra Judeo-Romana, que ocurrió desde el año 66 al 74 d.C. Verá, él se rindió ante el general romano Vespasiano durante el sitio de Jotapata, a pesar de que muchos de sus compañeros se suicidaron antes que rendirse.
El profesor se rió entre dientes y continuó:
-Josefo decidió que no era la voluntad de Dios que se sui- cidara. Y luego se convirtió en defensor de los romanos.
Josefo parecía ser un personaje colorido; quería más detalles acerca de él para poder entender mejor sus motivaciones y preJUICiOS.
-Píntem e un retrato de él - l e pedí.
- E r a un sacerdote, un fariseo, y era algo ególatra. Su obra más ambiciosa se llamó Antigüedades [udias, la historia del pueblo judío desde la creación hasta su tiempo. Probablemente la completó alrededor del año 93 d.C.
»Comopodrá imaginarse, por su colaboración con los odiados romanos, Josefo tenía el desprecio total de sus hermanos judíos. Pero se volvió muy popular entre los cristianos porque en sus escritos hace referencia a Santiago, el hermano de Jesús, y al pro- pio Jesús.
Aquí teníamos el primer ejemplo de corroboración de Jesús fuera de los Evangelios.
-Cuénteme de esas referencias - l e dije.
- E n Antigüedades, describe cómo un sumo sacerdote lla- mado Ananías se aprovechó de la muerte del gobernador romano Festo (que también se menciona en el Nuevo Testamento) para matar a Santiago.
Se inclinó hacia la biblioteca, tomó un volumen grueso y pasó las hojas hasta un lugar que parecía conocer de memoria.
-A h , aquí está -an u n c ió -. "Convocó a una reunión del Sanedrín y trajo ante él a un hombre llamado Santiago, el hermano de Jesús, llamado el Cristo, y a otros más. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para ser apedreados." <\
- N o conozco ningún erudito -afirm ó Yamauchi con con- fianza-, que haya disputado con éxito este pasaje. L.H. Feldman observó que si esto hubiera sido un agregado al texto posterior por parte de los cristianos, muy probablemente habría sido más elo- giable de Santiago. Así que aquí hay una referencia al hermano de Jesús (quien al parecer se había convertido por la aparición del Cristo resucitado, si compara Juan 7:5 y 1 Corintios 15:7) y la co- rroboración del hecho de que algunos consideraban que Jesús era el Cristo, que significa "el ungido" o "el Mesías".
«ALLÁ VIVIÓ JESÚS...»
Sabía que Josefo había escrito una secci6n más larga sobre Jesús, que se llama el Testimonium Flavianum. También sabía que este pasaje era uno de los más disputados en la literatura antigua porque en su superficie parece proveer una corroboración con- tundente de la vida, los milagros, la muerte y la resurrección de Jesús. ¿Pero es auténtico? ¿O fue alterado con el paso de los años por partidarios de Jesús?
Le pregunté a Yamauchi su opinión y resultó evidente que había tocado un punto de gran interés para él. Bajó la pierna y se sentó derecho.
- E s un pasaje fascinante --dijo con entusiasmo, mientras se inclinaba hacia delante con el libro en la m ano-. Pero sí, es muy controvertido.
Con esas palabras comenzó a leérmelo:
En aquel tiempo vivió Jesús, un hombre sabio, si en verdad uno debe llamarlo hombre. Por cuanto fue alguien que llevó a cabo obras sorprendentes y maestra de aquellos que aceptan la verdad con gusto. Ganó a ¡TIuchos judíos y a muchos de los griegos. Era el Cristo. Cllando Pilato, luego de haber escuchado las acusaciones en IlUcontra por parte de hombres en eminencia de entre nosotros, lo condenó a ser crucificado, aquellos que en principio lo habían amado no renunciaron a su afecto por él. Al tercer día se les apare- ció restaurado a la vida, por cuanto loll profetas de Dios habían profetizado esta y muchas otras maravillas acerca de él. Y la tribu de cristianos, que de él toman su nombre, hasta este día no ha desaparecido.5
El caudal de corroboración a favor de Jesús era evidente.
-U ste d admitió que era controvertido. ¿Cuáles son las con- clusiones de los eruditos acerca de este pasaje? - l e pregunté.
-L a erudición ha pasado por tres tendencias en cuanto a él - e x p lic ó -. Por razones obvias, los crisfÍanos primitivos pen- saron que era un testimonio maravilloso y completamente autén- tico acerca de Jesús y su resurrección. Les encantó. Luego el pasaje entero fue cuestionado al menos por algunos eruditos durante el movimiento de la Ilustración.
»Sin embargo, hoy día hay un notable consenso entre los eru- ditos judíos y cristianos de que el pasaje completo es auténtico, aunque pueda haber algunas interpolaciones.»
»Interpolaciones, ¿podría precisar qué quiere decir? - d ij e levantando las cejas.
-Significa que los copistas cristianos primitivos insertaron algunas frases que un escritor judío como Josefo no hubiera escrito
-ex p licó Yamauchi.
Señalo una oración en el libro.
- P o r ejemplo, la primera línea dice: "En este tiempo vivió Jesús, un hombre sabio." Esa frase no la utilizan normalmente los cristianos para referirse a Jesús por lo que parece auténtica en Josefo. Pero la frase siguiente dice: "si en verdad uno debe llamarlo hombre". Esto implica que Jesús era más que humano, lo cual parece ser una interpolación.
Asentí para indicarle que lo estaba siguiendo.
- y continúa diciendo: "Por cuanto fue alguien que llev6 a cabo obras sorprendentes y maestro de aquellos que aceptan la verdad con gusto. Gan6 a muchos judíos y a muchos de los grie- gos." Esto parece concordar con el vocabulario que Josefo utiliza en sus escritos, y en general se lo considera auténtico.
»Pero luego viene esta declaraci6n inequívoca: "Era el Cristo." Parece ser una interpolación...
-Po rque Josefo en su referencia a Santiago dice que era lla- mado el Cristo - l o interrumpí.
-C orrecto -afirm 6 Yamauchi-. Es poco probable que Josefo hubiera dicho llanamente que Jesús era el Mesías en este punto, cuanóo en otras mstancias srrnptememe naD~a óieno que sus seguidores lo consideraban el Mesías.
»La siguiente parte del pasaje (que habla del juicio de Jesús y de su crucifixión y del hecho de que sus seguidores aun lo ama- ban) no es nada excepcional y se le considera genuina. Luego aparece esta frase: "Al tercer día se les apareció restaurado a la vida."
»De nuevo, esta es una afirmación clara de la creencia en la resurrección y por lo tanto es poco probable que Josefo la haya escrito. Entonces estos tres elementos parecen ser interpolaciones.
-¿C u á l es la conclusión? -pregunté.
- Q u e es probable que el pasaje de Josefo originalmente fue escrito acerca de Jesús aunque sin esos tres puntos que mencioné. Sin embargo, aun así Josefo corrobora información importante sobre Jesús: que fue el líder martirizado de la iglesia de Jerusalén y que era un maestro sabio que estableció un grupo amplio y duradero de seguidores, a pesar del hecho de que fue crucificado bajo el gobierno de Pilato por instigación de algunos de los líderes judíos.
Continúa.
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