Ante el espejo que la miraba fijamente veía a aquella persona de aspecto muy joven, de semblante risueño, y con una amplia sonrisa, pero era ficticio, una fantasía- Había retrocedido en el tiempo. Actualmente ya no era una jovencita. Aquel recuerdo había quedado muy nítido en su mente, y asomaba muy a menudo a su memoria, como en este instante que estaba contemplándose en el espejo
Lo recordaba muy bien todo lo sucedido, se trataba de una apuesta muy fuera de lo común. Las dos amigas inseparables que querían saber quien de ellas aguantarían mejor la bebida.
Una botella de cava fresca, por cabeza y para que no fuera sólo una bebida dejaron a su alcance unas almendras para poner en su cuerpo algo más que el líquido espumeante.
Escuchaban un programa de radio que a las dos les gustaba. Y sin saber el motivo, ambas empezaron a reír sonoramente. Quizás fuera debido a los comentarios de los locutores de la emisora. La cuestión fue que las risas se convirtieron en compulsivas, y sin poder remediarlo llenaron todo él ámbito. No les importaba llamar la atención. Se sentían muy felices, y eso era lo único que les incumbía.
Paró en sus recuerdos, y se quedó absorta ante su propia imagen. La actual. Ahora sin sonrisas.
En aquel tiempo era normal reír por la cosa más absurda siendo muy usual por sus pocos años. La vida era dulce, amable. Sentirse querida por cuantos la conocían, era para ella la cosa más normal. Siempre había sido de esta manera.
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