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Porque25
JESUCRISTO NO PAGÓ por LOS PECADOS, ÉL REVELÓ al mundo lo que EN REALIDAD ERA PECADO.
Muchas religiones, cuando explican para qué vino Jesucristo al mundo a morir en la cruz, imponen una enseñanza muy contraria a lo que realmente enseña el Evangelio.
JESUCRISTO NO VINO A PAGAR POR NUESTROS PECADOS, porque el Evangelio nos enseña que Jesucristo pagará a cada uno conforme a sus obras:
"Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras". (Mateo 16:27)
"… y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación". (Juan 5:26-29).
Entonces, A LO QUE VINO JESUCRISTO REALMENTE ES A ENSEÑARNOS LO QUE EN REALIDAD ERA PECADO.
JESUCRISTO vino a sacarnos DEL ERROR de las falsas leyes escritas en el viejo testamento judío que hacían ver que NO ERAN PECADO las penas de muerte, las guerras y los genocidios donde se mataba a hombres, mujeres y niños..., pues todas estas barbaridades eran pecado.Y por esto dio la vida Jesucristo, para revelarnos que todas aquellas leyes de muerte eran el pecado.
Las religiones que enseñan que Jesús, con su muerte en la cruz, vino a librarnos de nuestros pecados, se basan en la siguiente escritura: "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Veamos lo que dicen muchas biblias:
" El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". (Juan 1:29)
Pero esta forma de traducir las escrituras no coincide con toda la enseñanza del Evangelio, pues el contexto del Evangelio nos dice que Jesucristo vino a quitar del mundo el error que había en cuando al pecado, la justicia y el juicio:
"Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, corregirá al mundo acerca de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16:7...)
Y eso es lo que en realidad hizo Jesucristo cuando predicó el Evangelio: corregir al mundo “acerca de pecado, de justicia y de juicio”.
La palabra griega que las biblias traducen por "pecado" es la palabra griega "amartiaV", que los diccionarios griegos traducen en primer término por "error". Entonces, traduciendo por "error", la cita nos dice así:
" El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el error del mundo". (Juan 1:29)
Y esto es lo que hizo Jesucristo realmente: librar al mundo de los errores que contenían las viejas leyes judías que faltaban a la misericordia y al perdón, que es lo que Dios estableció desde el principio...
¿JESUCRISTO SE OFRECIÓ EN SACRIFICIO?... ¿O FUE SACRIFICADO SIN ÉL QUERERLO?...
Otra de las citas de las escrituras en las que se basan muchas religiones es la que nos dice que Jesucristo se ofreció en un solo sacrificio hecho una vez para siempre por los pecados:
"...pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios...". (Hebreos 10:10)
¿Es cierto que Cristo fue crucificado para pagar por nuestros pecados? Esto no coincide con lo que Jesucristo nos enseña en el Evangelio, pues Jesucristo dice:
"Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado". (Juan 15:22)
Entonces, si antes de que Jesucristo nos hubiera hablado, los hombres no tenían pecado, no tiene ningún sentido decir que Jesucristo vino a pagar por nuestros pecados y a librarnos de nuestros pecados.
Lo primero que debemos entender es que Jesucristo nos dice que Dios quiere misericordia y no quiere sacrificios:
"Si hubierais comprendido lo que quiere decir: "Misericordia quiero y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes". (Mateo 12:7).
Entonces, no tiene sentido que Dios viniera al mundo para ofrecerse en sacrificio. Además, las escrituras nos dicen que Dios no mandó sacrificios:
"Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios...". (Jeremías 7,21-22).
"¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios?....... Cuando venís a presentaros ante mí, ¿quién pide eso de vosotros?" (Isaías 1:11-12).
"Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas". (Salmos 40:7).
"Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6:6).
"…... Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley)". (Hebreos 10:5-10)
Todo esto nos indica que Dios no quiere sacrificios, ni se ofreció en sacrificio. Y sudó gotas de sangre cuando supo que le iban a crucificar. DIOS NO QUERÍA SACRIFICIOS, y Jesucristo, que es Dios, no quería aquel sacrificio... Entonces, ¿Por qué Jesucristo dejó que las cosas sucedieran así?...
Jesucristo dejó que las cosas sucedieran así para que el mundo entendiera para siempre que aquellos que imponen sacrificios, y en este caso (cuando crucificaron a Jesucristo) sacrificios humanos, cometen barbaridades con los inocentes...
Y es que Dios, desde el principio, había mandado a los hombres: “NO MATARÁS”..., pero los hombres fueron desobedientes y siguieron matando y matando hasta que mataron al Autor de la Vida: Jesucristo.
¡Qué vergüenza, Dios mío!... Estos hechos horrorosos de las penas de muerte (sacrificios humanos), quedarán como lección eterna para que los hombres nunca jamás vuelvan a matar a sus semejantes y respeten para siempre el mandamiento de Dios que les dice: NO MATARÁS.
¿A QUÉ VINO JESUCRISTO REALMENTE?...
Entonces, si Jesucristo no vino a pagar por nuestros pecados, ni vino a imponer sacrificios humanos (penas de muerte escritas en el viejo testamento judío), y mucho menos a que los hombres hicieran con Él aquella barbaridad de crucificarle, entonces ¿a qué vino Jesucristo?... Jesucristo nos dijo claramente a lo que Él vino:
"No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir, sino a dar a conocer plenamente". (Mateo 5:17).
Y es que Jesucristo vino a enseñarnos los verdaderos mandamientos de Dios, que son los que Jesucristo enseña en el Evangelio y que dejaron abolidos todos los preceptos del viejo testamento que mandaban penas de muerte (sacrificios humanos), guerras, genocidios donde se mataba a hombres, mujeres y niños, y otros sacrificios que eran una carga para el pueblo que nadie podía soportar.
LA LEY QUE JESUCRISTO NO VINO A ABOLIR Y QUE VINO A DAR A CONOCER PLENAMENTE:
La Ley y los profetas no son todas las leyes del viejo testamento, pues Jesús abolió muchas de esas leyes.
La Ley que Jesucristo no abolió es la verdadera Ley de Dios, que es la que Él mismo nos enseña en el Evangelio, porque Jesucristo mismo nos dice que ésta es la Ley y los profetas:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12).
Por tanto, ésta es la verdadera Ley que Dios había dado a Israel en tiempos de Moisés, porque Jesucristo mismo dice que "ésta es la ley y los profetas". Ésta es la Ley que sigue vigente, que Jesucristo no vino a abolir ("No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas"). Y ésta es la Ley de la que no ha pasado "ni una jota ni una tilde", esto es, de la Ley que Jesucristo nos enseña en el Evangelio y que es la verdadera Ley de Dios.
Jesucristo también nos enseña la Ley en preceptos:
"........ si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios". (Mateo 19:16-24)
Ésta es la Ley y estos son los preceptos que Jesucristo no vino a abolir, los que Jesucristo mismo nos enseña en el Evangelio...
Pero del viejo testamento Jesucristo sí que abolió muchos mandamientos, como se pueden ver en las siguientes citas del Evangelio:
Mateo 5:31-48, Mateo 12:1-8, Mateo 20:25-28, Juan 5:8-11, Juan 5:16-18, Juan 8:3-11 y todo el contexto del Evangelio.
Sigue...
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