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Josafat
Noé: Vemos que Gn 6:9 dice de Noé: “Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. Dios dijo que fue un hombre justo y perfecto porque caminó con Dios.
Abraham: En Gn 17:1 leemos “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” Vemos que cuando Abraham era ya un hombre anciano se le presenta Dios y simplemente le dice anda delante de mí, anda conmigo y el resultado será que serás un hombre perfecto.
David: En Sal 116:9 David dice “Andaré delante de Jehová en la tierra de los vivientes”. Aquí vemos que lo más importante para David era andar con Dios, no separarse de él. Y Dios dijo sobre David que era un hombre conforme a su corazón [Hch 13:22], un hombre santo, justo, perfecto.
Podemos ver que estos hombres fueron perfectos porque anduvieron con Dios, siguieron a Dios y dejaron que los guiase. Sometieron su voluntad a Dios y el resultado fue una vida justa, perfecta, santa.
Sin embargo, hay algo que debemos comprender.
Noé un día se embriagó quedando desnudo en su tienda [Gn 9:21] y a pesar de esto Dios dice Noé era un hombre justo e íntegro en sus generaciones. Claro cuando Noé estaba ebrio, desnudo no era un hombre justo porque estaba separado de Dios, pero él se levantó de nuevo, tomó a la mano de Dios se dejó dirigir por Dios y a fin de sus días Dios dijo que era un hombre justo e íntegro.
Abraham adulteró con la sierva Agar [Gn 16:1-7] y fruto de esta unión nació Ismael. No era el plan Dios para la vida de Abraham, él lo hizo por su propia cuenta, se desvió de los caminos de Dios. Y sin embargo Dios dice que Abraham era un hombre perfecto. Claro en el momento del pecado no era perfecto, estaba separado de Dios. Pero lo importante es que Abraham se levantó, no sé quedó caído para siempre. Tomó de nuevo la mano de Dios y siguió andando con Él y Dios dice que era un hombre perfecto.
David no solamente adulteró, sino que mandó matar al esposo de la mujer con quien adulteró. [ 2 S 11:3-17] y sin embargo Dios dice que era un hombre conforme a su corazón. Claro en el momento del pecado no era el hombre conforme al corazón de Dios, había soltado la mano de Dios y dirigiendo su vida por sus propios instintos y el resultado fue adulterio y asesinato. Pero David se levantó, tomó de nuevo la mano de Dios y al fin Dios dice este es el hombre conforme a mi corazón.
Esto significa que, a pesar de todos nuestros antiguos pecados, por más negros que sean, podemos ser hombres nuevos, levantarnos y caminar con Dios. Dios está hablando de perdón, está diciendo que no importan nuestros viejos pecados; si nos arrepentimos, nos levantamos, confiamos en Dios, tomamos su mano y andamos con Él seremos sinceros, justos y perfectos a los ojos de Dios.
Noé, Abraham, David: ¿Justos o Pecadores?
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