Amig@s :
Sabemos que el tormento eterno del que habla la Biblia es rechazado categóricamente, no sólo por los ateos sino, incluso, por muchos teístas , a quienes les choca profundamente el que un Dios alegadamente misericordioso y bueno pueda, al mismo tiempo, condenar a tantas de sus criaturas (la inmensa mayoría) a sufrir terriblemente por los siglos de los siglos en un lago de fuego y de azufre ...
En cambio, el verdadero tormento que YA experimentan , en esta vida, de manera permanente, los teístas y, en particular, los que son biblistas (pero sin olvidar a los coranistas), es el tormento INTERNO.
En efecto, ser biblista y teísta conlleva el verse descuartizado, de continuo, entre la Razón y lo Irracional, entre el Amor y el Odio institucionalizados en la Biblia, entre un Dios que da signos de conocer, de saber muchas cosas, pero que también demuestra que no siempre procede con Sabiduría.
¿ Y qué vale el Conocimiento, si no está acompañado por la Sabiduría ? No vale mucho ...
Ser biblista teísta es un continuo vaivén entre lo cierto y lo falso, entre la verdad, y la mentira.
Y las olas de la incertidumbre arrastran a los biblistas teístas, sumiéndolos en un verdadero y angustioso tormento INTERNO que se traduce de muchas maneras en sus vidas, como tendremos la ocasión de comprobarlo a lo largo de este tema.
Saludos.
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