Amig@s :
Tod@s nacimos A-TE@S
Es decir, sin ninguna noción de ninguna divinidad etérea, de ningún ser suprahumano, llámesele como se le llame.
Eso se adquiere en la cultura en la que nos criamos; no es innato.
Fueron nuestros padres, nuestros vecinos, nuestros maestros de escuela, nuestros curas y pastores, nuestros políticos quienes inculcaron en nosotros, desde pequeños , la noción de un Ser superior a nosotros. No es algo natural en nosotros.
Ningún niño, cuando aprende a hablar, habla de ningún dios, o Dios. Eso prueba que son otros los que empiezan a hablarle de un Ser dizque superior que vive, supuestamente, en el cielo, y quien desde allí nos mira y vela por nosotros. Eso ningún niño lo aprende solito, por su propia cuenta. Es su cultura la que le hace pensar en Dios. Por lo tanto, creer en una deidad no es nada natural en nosotros. Tuvo que haber religiones que nos hablaran de sus dioses para que llegáramos a pensar o a creer que tales dioses existen.
Tod@s nacimos sin Dios, sin dioses. Tod@s nacimos a-teos.
Luego, con el tiempo, y con el contacto con nuestras respectivas culturas, llegamos a ser ora teístas, ora agnósticos. Pero en un principio, nacimos a-teos.
Yo nací ateo, es decir, sin Dios, o dioses. A-teo.
Fueron mis padres quienes me inculcaron la idea de un Dios que vigilaba todo lo que yo hacía, quien oía todo lo que yo decía. Hicieron conmigo lo que sus propios padres habían hecho con ellos. Así es como se perpetúa la idea de Dios.
Y fui predicador del evangelio de Jesupablo hasta el 1975, año en que decidí volver a lo natural, es decir, al ateísmo original en el cual había nacido.
Cada bebé que viene al mundo nace a-teo.
Es bueno recordárselo a nuestros buenos amigos creyentes.
Saludos.
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