Para llegar a la eternidad con Dios tenemos que valorar y seguir los reglamentos expuestos en su ley [Fl 2:5-13]. En la Biblia Dios nos muestra el saber fundamental que necesitamos, mediante sus leyes e instrucciones [2 Ti 3:15-17] El pecado, violación e la ley, entró en el mundo en el jardín de Edén. El Diablo engañó a nuestros primeros padres sobre el árbol del conocimiento del bien y del mal [Gn 3:4; Jn 8:44] Contrario a lo que dijo Satanás ellos murieron. Por se sus descendientes todos morimos [He 9:27]. No es al azar que el pecado que está en todas las personas esté vinculada con la muerte y con la realidad de que Dios a conservado el don de vida eterna [Ro 3:23; 6:23]. El pecado se esparce por la propensión de la personas a omitir la ley de dios y no obedecerla [Ro 8:7]. El influjo del Diablo se ve muy claro, directa e indirectamente por la forma de comportarse de las personas a las que engaña [Ef 2:1-3; 2 Co 11:13-15]. Desde su engaño en Edén Satanás a estado engañado al mundo porque el pecado, amén de sus consecuencias, es por su significado algo opuesto a Dios. [Gn 39:9, Sl 51:4]. Se puede pecar violando la ley de Dios [1 Jn 5:17], no realizando lo que se sabe correcto [Stg 4:17] y comportándose en oposición a la conciencia [Ro 14:23] El pecado algo que esclaviza de lo lo cual requerimos ser libertados y rescatados [Ro 7:23-25] Nadie puede librarse del pecado por si mismo [1 Pe 1:18,19]. Dado que el pecado nos separa de Dios y ocasiona la muerte [Ef 4:17-19] independientemente de lo que obedezcamos luego de haber pecado, ya no nos es posible borrar sus consecuencias, aunque el obedecer es un requerimiento de Dios. Solo por el sacrificio de Cristo podemos hacernos libres y conciliarnos con Dios [He 2:14,15]. La gracia de Dios permite obtener el perdón de los pecados [Ro 3:24] y de esta forma el cristiano halla libertad mediante la obediencia de la ley de Dios [Stg 1:21-25]. En vez de ser esclavo del pecado por la desobediencia, sirve a Dios obedeciéndole, llevando esto a la vida eterna. Esto se da como un regalo inmerecido y generoso. [Ro 6:16-23] Para dios es algo grave retornar a la antigua vida en el pecado [2 Pe 2:20-22]. Empero, solo hay un pecado que no se nos puede perdonar y es rechazar el sacrificio de Cristo, que posibilita el perdón de los pecados [He 6:4-6]. Jesucristo dijo de este pecado que es la blasfemia contra el Espiritu [Mt 12:31]. Luego de que todas las personas hayan tenido la posibilidad de ser salvos, los que no se hayan arrepentido serán condenados [Ap 20:14,15], se consumará el castigo por el pecado, la muerte segunda. A pesar que que cada individuo tiene que dar cuenta de su pecado [Ez 18:4,20], el Diablo es el que engaña al mundo, el culpable real de que este continúe por la senda del pecado [Ap 12:9; 20:1-3].
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