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Tema: Pseudoveltíosis natanatórica

  1. #91
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 77]
    Por esta época, entre los años 48 y 50 de la EC, Claudio césar, tras haber hecho ejecutar a su primera esposa, la adúltera y escandalosa Mesalina, se casó con Agripina (año 49), la madre del futuro emperador Nerón, quien al parecer era filojudía (amadora de la cultura judía), por lo que la política del emperador, previamente antijudía, cambió muy favorablemente para con los judíos. En aquellos momentos, Roma se había convertido en una amalgama de creencias diversas, de todo tipo y origen, desde las místicas hasta las materialistas. También la religión hebrea tenía sus adeptos entre las clases altas romanas, sobre todo entre las mujeres, ya que éstas no tenían que someterse al penoso ritual de la circuncisión como los varones. En este sentido, muchas de las luchas por el poder en el entorno imperial estaban también muy influidas por motivaciones y rivalidades políticorreligiosas, y desde luego influyeron bastante en la suerte de los respectivos países de origen de esas religiones. Ello explica también, por ejemplo, el que los romanos tuvieran un conocimiento general de los ritos más llamativos de la religión judaica, en especial el descanso sabático. Por lo tanto, si Agripina, la esposa de Claudio, era una de esas damas romanas judaizantes, tal como parece que lo fue, se comprende que influyera poderosamente sobre su marido para que éste privilegiara a la cultura judía en sus enfrentamientos contra la pagana influencia gentil y también contra la hipotética herejía cristiana. No obstante, la doblez moral bajo el disfraz de santurronería de los dirigentes religiosos judíos de aquella época podría haber inducido en Agripina una tranquilidad de conciencia que le permitiera perpetrar sin remordimientos el asesinato de su propio marido. En efecto, todo indica que fue precisamente ella la que envenenó a su esposo con un plato de setas, uno de los manjares favoritos de Claudio. El viejo emperador murió el año 54 de nuestra era, habiendo reinado trece años desde que los pretorianos lo sacaran de detrás de una cortina del palacio imperial donde se había escondido lleno de miedo tras el asesinato de su sobrino Calígula. A Claudio le sucedió el hijo de Agripina e hijastro de éste, previamente adoptado por él, a saber, Domicio Enobarbo Claudio, más conocido por el sobrenombre familiar de Nerón.

  2. #92
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 78]
    En el año 52, dos años antes de la muerte de Claudio, fue nombrado procurador de Judea Antonio Félix, que estuvo en el cargo hasta el año 60. Este procurador se casó con una mujer judía de la familia de Herodes, Drusila, hermana de Berenice y del rey Agripa II. Durante su mandato, Félix hizo una importante limpieza de “bandidos” (zelotes), capturando al jefe de una de las bandas principales y crucificando a muchos de ellos, y castigando asimismo a no pocos de sus cómplices entre la población. Estas represalias aumentaron aun más los odios antirromanos, pues dichos bandidos o zelotes eran una especie de guerrilleros sin cuartel que tenían como objetivo la liberación de Judea del yugo romano o gentil. Los zelotes eran realmente un movimiento político-nacionalista fundado por Judas el Galileo al final de la primera década del siglo I de nuestra era, llegando a ser la facción más violenta del judaísmo de su época, enfrentándose frecuentemente a otras facciones como los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener celo por el dinero. El vocablo “zelote” ha pasado a ser sinónimo, en varios idiomas, de intransigencia o radicalismo militante. Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas de la historia, ya que utilizaban el homicidio de civiles, a los que acusaban de colaborar con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelote, se distinguió una facción todavía más radicalizada conocida como los “sicarios”, de extrema virulencia y sectarismo. Su objetivo, al que aspiraban usando medios bandoleros o de cualquier otro tipo, era una Judea independiente del Imperio romano mediante la lucha armada. Algunos historiadores opinan que el Barrabás a quien Pilato puso en libertad por petición del pueblo, al ser azuzado éste por los sacerdotes y maestros de la ley mosaica, era un zelote. Aparentemente Pilato esperaba que la masa judía se decantara en favor de Jesucristo, hombre pacífico y antítesis de la figura de un terrorista. Pero no fue así, sorprendentemente, y ello a pesar de que probablemente entre los que vociferaban pidiendo la muerte de Jesús y entre sus incitadores (los maestros religiosos judíos) ya existirían aquéllos que habrían sufrido la brutal acción de zelotes y sicarios, o, peor aún, la iban a experimentar en el futuro cercano.
    Última edición por eettiicc@yahoo.es; 18/07/2017 a las 18:22

  3. #93
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    Y el guiri cuche es mejor

  4. #94
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 79]
    En el año 53 murió el viejo tetrarca Filipo, y los territorios del noreste palestinense fueron entregados por Claudio al rey Agripa II, en lugar del reino de la Calcidia que ya tenía y que por imperativos de la política romana fue incorporado a la provincia de Siria. El nuevo emperador, Nerón, que comenzó su mandato en el año 54, le confirmó a Agripa II estos dominios y le añadió dos ciudades de la Perea y dos más de la Galilea (una de ellas la importante ciudad de Tiberíades). Nerón confirmó también el nombramiento de Félix como gobernador de Judea, de Samaria, de Galilea y de la Perea o Transjordania. Bajo el gobierno de Félix, la situación en la provincia palestinense se enrareció considerablemente. La represión inicial de los bandidos guerrilleros zelotes, y sobre todo la de los que más o menos abiertamente les apoyaban en sus ideas antirromanas, hizo que el movimiento zelote se radicalizara aun más al pasar a una completa clandestinidad. Apareció entonces en Judea algo nunca visto hasta entonces: unos grupos de supuestos zelotes clandestinos y fanáticos que se dedicaban a asesinar a todos aquéllos considerados filorromanos (pero, curiosamente, no asesinaron a ningún romano importante). Se les designó con el término latino de “sicarios” (esto es, asesinos a sueldo armados con la “sica”, un pequeño puñal curvo muy apto para degollar y asesinar por la espalda). Estos sujetos eran verdaderos profesionales del “crimen silencioso”, y en las fiestas religiosas, entre la multitud, se ponían al lado o detrás de sus víctimas y las asesinaban con tanta discreción como impunidad; a veces, cuando la víctima caía a su lado, daban voces fingiendo haber visto escapar al asesino entre la multitud. Apareció así una forma nueva de “terrorismo” que dejó ciertamente atemorizada a la población. El historiador judío Flavio Josefo, la principal fuente para esta época de la historia judía, describe muy acertadamente esta dinámica de crimen y de terror: “Cada día morían muchos a manos de estos sicarios, y el miedo era más insoportable que la propia desgracia, ya que todos, como si estuvieran en una guerra, esperaban la muerte de un momento a otro. La gente espiaba desde lejos a sus enemigos, y no se fiaba ni siquiera de los amigos cuando se acercaban. No obstante, eran también asesinados en medio de estas sospechas y precauciones, pues era muy grande la rapidez y la habilidad de esos malhechores para pasar inadvertidos”. La víctima más notable de estos sicarios fue el mismísimo Sumo Sacerdote, Jonatán, que mantenía manifiesta rivalidad con el procurador Félix, por lo que cabe sospechar que éste pudo haber sido el verdadero inductor de su asesinato. Tal vez nadie, salvo algún que otro cristiano de la zona, rememoraría las últimas horas terrestres de Jesucristo ante Pilato, cuando la masa judía allí aglutinada prefirió la liberación de Barrabás (un sedicioso, y muy probablemente un zelote) a la del pacífico Maestro Jesús de Nazaret; y cuando tanto los sacerdotes como los líderes religiosos judíos expresaron la hipócrita afirmación de que no tenían más rey que el César (y he aquí, ahora, que, por delegación del emperador romano, tal vez Félix, o cualquier otro mandatario similar de turno, probablemente se sirviera de los temidos sicarios para eliminar con astucia a no pocos sacerdotes y maestros de la ley mosaica que le resultaran odiosos).

  5. #95
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 80]
    ¿Quiénes eran en realidad estos sicarios, y, sobre todo, quién o quiénes los dirigían? La respuesta a la pregunta es difícil, pues en esa época (y en todas las épocas) tales casos de actividad encubierta no siempre son elucidables, por lo que se hace necesario aventurar conjeturas y suposiciones basadas en pruebas indirectas o en una lógica contextual. No obstante, la gran profesionalidad de estos sicarios en sus criminales tareas parece apuntar a que muchos de ellos eran efectivamente peritos en el arte de matar, es decir, soldados, ex-soldados, gladiadores, bandidos bien curtidos o similares. Es posible que el procurador Félix manejase más o menos directamente a algunos de estos grupúsculos; pero otros judíos poderosos manejarían a otros. En cualquier caso, los sicarios fueron desde entonces el nuevo y mortífero instrumento para las luchas internas judías (luchas políticas y religiosas, luchas de poder y de conservación del poder). Está claro, al menos, que ese “terrorismo” tenía mucho que ver con la propia división y “politización” de los zelotes (es decir, con el tinte ultrarreligioso, integrista y fanático que adquirieron con carácter definitivo las bandas de salteadores y ladrones de tiempos anteriores, y que ahora reaparecían dinamizadas todas ellas por sentimientos religiosos ultranacionalistas y antirromanos). Pero tampoco es improbable que los sicarios fueran una expresión soterrada e instrumentalizada de las fuertes luchas internas entre diversos grupos o facciones del bajo clero judío (fariseos, principalmente) contra los grandes potentados y altos dignatarios eclesiásticos (saduceos). El procurador romano no supo o no pudo o no quiso detener esta plaga de crímenes, sino que se apresuró también a sacar provecho de ello, pues el terror (venga de donde venga) ha sido siempre un utilísimo instrumento de enriquecimiento individual de unos pocos, de dominación de unos cuantos e incluso de control social sobre muchos.

  6. #96
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 81]
    La situación en Judea se estaba haciendo cada vez más incontrolable por los medios habituales de gobierno, pues ésta era una provincia conflictiva en el seno de un imperio dirigido desde Roma por autócratas ineptos, turbios entornos palaciegos, y favoritos tan poderosos como caprichosos, que tenía su correlación en las provincias en unos gobernadores y funcionarios imperiales cada vez más corruptos. Además, el historiador Flavio Josefo no sólo menciona “bandidos” y “sicarios” aterrorizando a la población; también habla de la presencia perturbadora de grupos de carácter religioso que constituían asimismo un importante factor de desestabilización en Judea. Se trataba de grupos teñidos de mesianismo religioso y de planteamientos subversivos y apocalípticos, los cuales debían de ser numerosos. El historiador judío dice más adelante que el procurador Félix envió contra uno de ellos tropas de infantería y de caballería al desierto de Judea, donde se refugiaba, y que mató a muchos de sus adeptos. Parece que Josefo se refería, en este caso, a antiguos esenios de Qumrán, pero no a todos ellos, sino a una pequeña facción muy radicalizada que se había unido con los extremistas zelotes. Sus actividades contrastaban en todo caso con el pacifismo militante de los cristianos, por lo que no cabe ninguna identificación con éstos. Una de esas bandas fue organizada por un judío egipcio, que con varios miles de sus seguidores intentó asaltar Jerusalén desde el Monte de los Olivos, pero fueron rechazados por las tropas romanas y por los propios habitantes de la ciudad; la banda se dispersó y muchos fueron capturados o muertos, pero el egipcio logró escapar.

  7. #97
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 82]
    En su obra “antigüedades judaicas”, de la que ya hemos citado recientemente, Josefo también informa: “De nuevo surgió otra inflamación, como ocurre en un cuerpo enfermo. En efecto, charlatanes y bandidos se unieron para incitar a mucha gente a la revuelta y animarles a obtener su liberación. Amenazaban de muerte a los que eran sumisos al poder de Roma y decían que matarían a los que aceptaran voluntariamente esa servidumbre. Divididos en grupos saqueaban a lo largo del país las casas de los individuos ricos y poderosos, los mataban e incendiaban las aldeas. En consecuencia toda Judea se llenó de locura y cada día este conflicto se hacía más intenso”. Estas palabras del historiador revelan quizá también una parte del fondo del problema, esto es, las grandes diferencias económicas y sociales entre la población palestinense. Por lo demás, los conflictos interétnicos continuaron también durante el mandato de Félix. Uno de los episodios más sonados se produjo en Cesarea, entre los habitantes de origen judío y los de origen grecosirio, que eran mayoritarios, al parecer debido a unas disputas por los terrenos de una sinagoga. Ambos grupos se hostigaron diariamente entre sí causándose algunos muertos mutuamente, y en cierta ocasión, con motivo de estos enfrentamientos, Félix ordenó dispersar por la fuerza a un numeroso grupo de judíos reunidos en el ágora o plaza pública, y hubo muchos muertos y diversos actos de saqueo. El procurador envió a Roma a varios notables judíos y grecosirios para que el emperador Nerón juzgase su pleito. Para los cristianos de Judea, las palabras de Jesucristo acerca de los acontecimientos que tendrían lugar en la víspera de la destrucción de Jerusalén parecían estar cumpliéndose cabalmente: «Tengan cuidado que nadie los engañe. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí (se sobreentiende: Esos muchos se autoproclamarían el Mesías prometido). Dirán: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a mucha gente» (Evangelio según Mateo, capítulo 24, versículos 4-5; Versión popular de la Biblia, también denominada “Dios Habla Hoy”, de 1996). En efecto, según Josefo, parece que en el primer siglo de nuestra era, desde aproximadamente el año 50 hasta cerca del 70, aparecieron no pocos “Mesías” que prometían alivio del yugo romano y que pronto hallaron cuantiosos seguidores. También las siguientes palabras del Maestro: “En aquel tiempo (se sobreentiende: Poco antes de la destrucción de Jerusalén) muchos renegarán de su fe (se sobreentiende: Es posible que algunos cristianos, débiles en la fe, cedieran ante la presión de familiares y vecinos judíos y se apartaran del discipulado; pero más que nada, aparentemente, muchos judíos y prosélitos del judaísmo, ante la vergonzosa situación de la adoración en el Templo de Jerusalén y de la conducta hipócrita y materialista de una pléyade de líderes religiosos hebreos, abandonaron el judaísmo tradicional y lo sustituyeron por creencias sectarias o mesiánicas falsas, o bien por el puro culto a lo material), y se odiarán y se traicionarán unos a otros (se sobreentiende: Esto parecía cumplirse perfectamente en toda Judea, a raíz de las intrigas y rivalidades religiosas entre distintas figuras prominentes del judaísmo, con profusión de asesinatos perpetrados por los sicarios). Aparecerán muchos falsos profetas, y engañarán a mucha gente. Habrá tanta maldad, que la mayoría dejará de tener amor hacia los demás (se sobreentiende: En medio del clima de corrupción y terrorismo que se había desarrollado en Jerusalén y en toda Judea, como ya se ha mencionado anteriormente, la gente, aterrorizada y temerosa por su vida y la de su familia, se retraería de exponerse a socorrer a cualesquier víctimas de terrorismo o de infortunio de cualquier clase)” (Evangelio según Mateo, capítulo 24, versículos 10-12; Versión popular de la Biblia, también denominada “Dios Habla Hoy”, de 1996).

  8. #98
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 83]
    No parece que los cristianos, como grupo, sufrieran un hostigamiento sistemático por parte de los zelotes y sicarios, entre otras cosas porque quizás su estigmatización social como individuos despreciables e incultos y su prudencia y humildad (no ostentación) y alejamiento de las rivalidades y de las intrigas que acompañan a los poderes públicos, así como su no participación en eventos multitudinarios y su falta de relevancia como figuras destacadas de la comunidad, constituía realmente una protección para ellos en este sentido. Sin embargo, los cristianos de Judea sí fueron duramente perseguidos por las autoridades religiosas hebreas, hasta el grado de matar al discípulo Esteban a pedradas en el año 34 de nuestra era, según la opinión cronológica de algunos doctos. A partir de esa muerte, se levantó una gran oleada de mayor represión violenta anticristiana en toda Judea, orquestada fundamentalmente por los sacerdotes y maestros de la ley mosaica, con Caifás (el potentado religioso que mandó eliminar a Jesucristo) a la cabeza. Esta gran persecución resultó en que algunos cristianos hebreos muriesen y en la dispersión de una gran mayoría, pero los que habían sido esparcidos siguieron su obra evangelizadora y declaraban las verdades acerca de Jesucristo por dondequiera que iban. Los apóstoles, por su parte, permanecieron en Jerusalén y mantuvieron unida la comunidad cristiana que había quedado en esta ciudad, una comunidad que había crecido aun con oposición tenaz. Después de esto, la colectividad de discípulos del lugar comenzó a disfrutar de un período de relativa calma y paz. Luego, dicho período se interrumpió cuando en el año 44 el discípulo Santiago fue muerto por orden del rey Herodes Agripa I, quien, para ganarse las simpatías de los judíos prominentes, comenzó a hostigar a los cristianos en sus dominios. Y como vio que dicha muerte le granjeó el favor de los judíos, procedió a encarcelar a continuación al apóstol Pedro antes de que finalizase aquel año con la intención de presentarlo ante el pueblo israelita durante la Pascua siguiente y condenarlo a muerte públicamente, a fin de que las multitudes anticristianas de Judea se sintieran regaladas y como resultado el astuto rey afianzara bien su corona en la conflictiva zona palestinense. Pero según el relato sagrado de los Hechos de los apóstoles, capítulo 5, Pedro fue liberado milagrosamente de la prisión y Herodes no pudo culminar su malvado plan. Poco después, algunos meses después, este monarca murió de manera repugnante: «Herodes estaba enojado con los habitantes de Tiro y de Sidón, los cuales se pusieron de acuerdo para presentarse ante él. Lograron ganarse la buena voluntad de Blasto, un alto funcionario del rey Herodes, y por medio de él le pidieron paz, porque Tiro y Sidón obtenían sus provisiones en el país del rey. Herodes los citó para un cierto día, en el que, vestido con ropa de ceremonia, ocupó su asiento en el tribunal y les dirigió un discurso. La gente comenzó entonces a gritar: “Éste que habla no es un hombre, sino un dios”. En el mismo momento, un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo, por no haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos» (Hechos de los apóstoles, capítulo 12, versículos 21-23; Versión popular de la Biblia, también denominada “Dios Habla Hoy”, de 1996).
    Última edición por eettiicc@yahoo.es; 21/07/2017 a las 11:04

  9. #99
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 84]
    La sagrada escritura, especialmente el libro de Daniel el profeta, deja entrever la dinámica beligerante que existe en el mundo sobrenatural, en el suprauniverso, desde la rebelión edénica y la posterior intervención malsana de ángeles insurrectos en la época prediluviana, al abusar éstos de las hijas de la humanidad impía, cuando claramente se formaron los dos bandos universales en conflicto: El de la simiente diabólica (que adoptó la forma general de una mixtura humano-demoníaca) y el de la descendencia de la mujer simbólica de Dios (que adoptó la forma general de grupos celestiales de ángeles fieles con el agregado de muchos humanos leales a Dios y amadores de Su guía). Por lo tanto, gran parte de los fenómenos históricos de difícil interpretación se hacen más entendibles cuando se tiene presente esa realidad suprauniversal, así como ese conflicto sobrenatural que sólo la sagrada escritura permite vislumbrar. Empero, de todas formas, dada la complejidad y la magnitud de los desenvolvimientos en tal ámbito de la existencia, resulta bastante limitada nuestra capacidad de penetración al respecto y sólo podemos contentarnos al presente con una visión extremadamente limitada de semejante realidad. Así, en la Judea de mediados del primer siglo de nuestra era, las luchas intestinas que se producían entre los líderes del judaísmo y entre los propios gobernantes romanos, todos ellos pertenecientes a la simiente diabólica, arroja la impresión de que en las esferas sobrenaturales que manipulaban a esos humanos alejados de la guía divina no había unidad de acción ni de criterio, con lo cual la eficacia de éstos contra la descendencia de la mujer, esto es, contra los cristianos del primer siglo, se vería tremendamente mermada. Sin embargo, téngase presente que el “oleaje” producido por una sociedad caótica y decadente pudiera haber sido una buena estrategia satánica para desestabilizar el rumbo del “buque” cristiano y para inducir un clima moral y psicológico en la masa humana que impidiera a ésta reflexionar o tomar en serio el mensaje de los evangelizadores, obstruyendo con ello que las filas cristianas fueran engrosadas con nuevos conversos. Por otra parte, el ficticio escaparate de prosperidad materialista, intelectual y logrera que determinados entornos de aquel mundo antiguo ofrecía a los ojos podía impactar fácilmente en la mente de cualesquier cristianos débiles en la fe (como efectivamente así pasó en no pocos casos) y apartarlos de la comunidad de los discípulos de Cristo, causando con ello bajas en la hermandad humana de la simiente de la mujer simbólica.

  10. #100
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    Predeterminado Re: Pseudoveltíosis natanatórica

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 85]
    Esto parece ser un punto de vista un tanto acertado, porque da la impresión de que los ataques contra los discípulos de Cristo eran más eficaces cuando eran sutiles y apelaban a los bajos instintos y no cuando eran ataques directos o frontales, como la acometida de Herodes Agripa I contra los apóstoles de Jesucristo en Jerusalén, que, de no ser frenada por Dios en justa respuesta defensiva (un ángel fiel hirió a este mandatario ególatra con una enfermedad mortal y repulsiva), hubiera supuesto una tremenda sangría para la descendencia de la mujer simbólica, ya que la intención del malvado monarca era la de eliminar uno a uno a los hombres que eran las columnas de apoyo espiritual de la comunidad cristiana primitiva. Así, pues, los ataques directos y cruentos contra los cristianos de aquel tiempo hacían que éstos se encomendaran a Dios y soportaran con Su ayuda las inclemencias persecutorias, y como ante tales ataques permanecían habitualmente fieles, ellos, como colectividad, podían contar con el favor y la protección divinas. Pero, por el contrario, cuando la guerra diabólica adquiría características astutas, sinuosas y no cruentas, apelando por ejemplo al materialismo y al egocentrismo por medio de la influencia de un entorno mundanal amoral e inmoral, entonces, los estragos sobre la fe podían ser cuantiosos porque se corría el riesgo de que se infiltrara dentro de la comunidad cristiana una forma de pensar que era contraria a la guía divina, y esto podría desembocar fácilmente en un virage apóstata que facilitara a las inteligencias demoníacas la adquisición de una herramienta corrosiva integrada por una serie de individuos cristianos en apariencia, los cuales habrían sucumbido a los designios satánicos y ahora sólo servirían para arruinar los cimientos del edificio congregacional de seguidores altruistas de Cristo.
    Última edición por eettiicc@yahoo.es; 22/07/2017 a las 14:09

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