A lo largo de la historia, Jehová ha dado instrucciones y guía específicas. Por ejemplo, en el jardín de Edén dio instrucciones claras para guiar a la humanidad por el camino que lleva a la felicidad y la vida eterna (Gén. 2:15-17). Pero Adán y Eva no siguieron su guía, y las consecuencias fueron terribles: tuvieron que vivir una vida llena de sufrimientos y murieron sin ninguna esperanza. Eva siguió un consejo que creyó que venía de una serpiente, y Adán escuchó a su esposa, aunque no era más que un ser humano como él. Como los dos rechazaron la guía que su Padre les había dado con tanto cariño, ellos y todos sus descendientes acabaron condenados a muerte. Hoy, Jehová se ha puesto de pie delante de sus siervos, por decirlo así, y les está señalando el camino que los mantiene protegidos y los lleva a la vida eterna. Además, es un pastor cariñoso que guía a sus ovejas y las previene para que no tomen ninguna ruta peligrosa. w16.03 4:2, 3
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