[REPOSO MENTAL, comentario 192].
En 1947 se temía por su salud, y en 1949 se le detectó un tumor canceroso en el brazo izquierdo. Se sometió a varios tratamientos, pero ninguno dio resultado. Se le veía indiferente frente a su final. A sus discípulos, que se lamentaban, les decía: “Se desaniman porque dicen que me voy, pero ¿adónde podría ir, y cómo?”. Falleció en su institución, el Sri Ramana Ashram, en la ciudad de Tiruvannamalai (India), el 14 de abril de 1950, a los 70 años de edad. Su enseñanza se basó en un método llamado “atma vichara” (autoindagación del alma), en el que el buscador focaliza su atención continuamente en el “pensamiento yo” (la base de la actividad mental), con el fin de encontrar su origen. Al principio esto requiere esfuerzo, pero finalmente surge algo más profundo que el ego según sus practicantes, y el pensamiento se disuelve en el “atman-Brahman” (alma-Dios). Ramana creía en las palabras del Mandukia upanishad: “Aiam atma brahma” (el alma es Dios). Tuvo muchos seguidores, en la India y en el exterior.
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