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Porque25
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VENDRN MUCHOS QUE USANDO MI NOMBRE DIRN: Yo soy el Cristo, y engaarn a muchos.
"Respondiendo Jess, les dijo: Mirad que nadie os engae.
Porque vendrn muchos que usando mi nombre dirn: Yo soy el Cristo; y engaarn a muchos .
Y oiris de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero an no es el fin.
Porque se levantar nacin contra nacin, y reino contra reino; y habr pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
Y todo esto ser principio de dolores.
Entonces os entregarn a tribulacin, y os matarn, y seris aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
Muchos tropezarn entonces, y se entregarn unos a otros, y unos a otros se aborrecern.
Y muchos falsos profetas se levantarn, y engaarn a muchos;
y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriar.
Mas el que persevere hasta el fin, ste ser salvo.
Y ser predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendr el fin". (Mateo 24: 4-14)
El Evangelio es lo que Jesucristo mand predicar por todos los pueblos:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, ser salvo; mas el que no creyere, ser condenado".(Marcos 16:15-16).
El Evangelio mandaba reparto de bienes con igualdad y tener misericordia con todos: NO MATARS... Pero los poderosos de las naciones que no amaban el Evangelio, se rodearon de falsos cristianos para imponer sus biblias, en las que impusieron de nuevo las leyes del viejo testamento judo que mandaban penas de muerte, guerras y genocidios... y tambin las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos que mandaban obediencia total a los poderosos dictadores de las naciones que usaban la espada para matar... Jesucristo sabiendo estas cosas que ocurriran, as dijo:
"Por tanto, cuando veis en el lugar santo la abominacin desoladora de que habl el profeta Daniel (el que lee, entienda)"... (Mateo 24:15)
Una abominacin importante en el lugar santo se produjo cuando el imperio religioso de Roma impuso de nuevo las leyes de penas de muerte y de esclavitud del viejo testamento que Jesucristo haba dejado abolidas cuando predic el Evangelio... Y parte de esa abominacin tambin se produjo cuando impusieron en sus biblias las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos, y que decan que los poderosos dictadores de las naciones podan usar la espada para matar... contradiciendo con ello lo que Jesucristo haba mandado:
"Jess los llam y les dijo: "Sabis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen con su podero. Entre vosotros no debe ser as, sino que si alguno de vosotros quiere ser grande, que sea vuestro servidor; y el que de vosotros quiera ser el primero, que sea el servidor de todos; de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redencin de muchos". (Mateo 20:25-28.)
Esto es lo que haba mandado Jesucristo pero las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos mandaban lo contrario:
"Somtase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas....... porque no en vano lleva la espada........ Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razn del castigo, sino tambin por causa de la conciencia. Pues por esto pagis tambin los tributos......" (Romanos 13:1-6)
Cambiar los mandamientos de Jesucristo para imponer en su lugar los preceptos de los hombres es una gran abominacin, y Jesucristo nos dice que cuando veamos estas cosas que huyamos a los montes porque el fin se acerca:
"entonces los que estn en Judea, huyan a los montes".
Los montes de salvacin son las enseanzas misericordiosas del Evangelio, y tambin son los profetas de Dios fieles al Evangelio.
"El que est en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;
y el que est en el campo, no vuelva atrs para tomar su capa.
Mas ay de las que estn encintas, y de las que cren en aquellos das!
Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en da de reposo;
porque habr entonces gran tribulacin, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habr.
Y si aquellos das no fuesen acortados, nadie sera salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos das sern acortados.
Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aqu est el Cristo, o mirad, all est, no lo creis.
Porque se levantarn falsos Cristos, y falsos profetas, y harn grandes seales y prodigios, de tal manera que engaarn, si fuere posible, aun a los escogidos.
Ya os lo he dicho antes.
As que, si os dijeren: Mirad, est en el desierto, no salgis; o mirad, est en los aposentos, no lo creis.
Porque como el relmpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, as ser tambin la venida del Hijo del Hombre".(Mateo 24:16-27)
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