Para comprender esto debemos leer un poco antes en Sal. 89:35, 36; 132:11, 12. Aquí YHWH le juró a David que su trono duraría para siempre. Esto significó que la Descendencia prometida provendría de su linaje, y por eso se la llamaría “Hijo de David” (Mat. 1:1; 21:9). De hecho, David se refirió a su futuro descendiente como su “Señor”, reconociendo que el Cristo ocuparía un puesto superior al suyo (Mat. 22:42-44). Por eso en cuanto a su heredero, David profetizó: : “La expresión de Jehová a mi Señor es: ‘Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies’ (Sal 110:1) TNM.
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