Para empezar se debe decir que no hay prueba de que los cristianos primitivos usaran la cruz en su adoración. Durante los comienzos del cristianismo, los que usaban la cruz eran los romanos, gente pagana (por ejemplo en monedas representando al dios solar. También representaban a Baco, un dios de la naturaleza romano, llevando en la cabeza una cinta con varias cruces.
Los orígenes de la cruz como símbolo de la cristianidad tuvieron su origen en el siglo IV. En 312 E.C., Constantino, quien gobernaba sobre lo que ahora se conoce como Francia y Gran Bretaña, salió a guerrear contra su cuñado, Majencio, de Italia. Según informes, en el camino tuvo una visión: una cruz con las palabras: “Hoc vince”, que significan: “Por esta vence”. Después de su victoria, Constantino hizo de la cruz el estandarte de sus ejércitos. Posteriormente, cuando el cristianismo llegó a ser la religión estatal del Imperio Romano, la cruz se convirtió en el símbolo de la iglesia.
Pero ¿tuvo en realidad Constantino aquella visión? Los mejores relatos de esta leyenda son de segunda mano, y están llenos de discrepancias. Francamente, sería difícil hallar un sujeto más inverosímil que Constantino para recibir una revelación divina. Al tiempo de la supuesta revelación él era un entusiástico adorador del dios solar. Constantino hasta dedicó el primer día de la semana a la adoración del Sol. Su comportamiento después de esta llamada conversión suya no dio tampoco mucha prueba de verdadera dedicación a los principios rectos. En su vida dominaron el asesinato, la intriga y la ambición política. Parece que, para Constantino, el cristianismo fue poco más que un ardid político para unir un imperio fragmentado.
Tampoco hay mucha prueba de que el tipo de cruz que Constantino “vio” realmente representara al instrumento en que se dio muerte a Cristo. En muchas monedas acuñadas después por Constantino hay cruces en forma de “X” con una “P” superpuesta. (Véase la ilustración.) En cuanto a la X, que Constantino declaró haber visto en una visión que le condujo a ser el valedor de la fe cristiana, aquella letra era la inicial de la palabra ‘Cristo’ en griego, y no tenía nada que ver con ‘la Cruz’”. De hecho, una cruz de este tipo es casi idéntica al símbolo pagano del Sol.
A mediados del siglo 3 d.C., las iglesias se habían apartado de ciertas doctrinas de la fe cristiana, o las habían pervertido. Con el fin de aumentar el prestigio del sistema eclesiástico apóstata, se recibió a los paganos en las iglesias aparte de la regeneración por la fe, y se les permitió mantener en gran parte sus signos y símbolos. De ahí que se adoptara la Tau o T, en su forma más frecuente, con la pieza transversal abajada, como representación de la cruz de Cristo”.
La evolución de la cruz
Con la llegada del siglo IV empezó a arraigarse firmemente dentro de la Iglesia la creencia de "poderes" en la cruz. Como por el uso de un amuleto mágico, se creía que con simplemente hacer la señal de la cruz se tenía la defensa más segura contra los demonios, y el remedio para enfermedades. Hasta este día continúa usándose supersticiosamente la cruz.
Con el transcurso de los años se desarrollaron unos 400 diferentes estilos de cruces. Al principio no se representaba a Cristo mismo. Las representaciones eran de un joven que sostenía una cruz enjoyada. Después se incluyó un cordero. En 691, el concilio de Trullos hizo “oficial” una cruz que llevaba encima el busto de un joven, en vez de un cordero. Con el tiempo esto se desarrolló en el crucifijo: una cruz que lleva la representación del cuerpo de Cristo.
‘Pero ¿Murió Cristo en una cruz? Para contestar esa pregunta, tenemos que considerar el significado de las dos palabras griegas que utilizaron los escritores de la Biblia para describir el instrumento de la muerte de Cristo: stau·rós y xý·lon.
Originalmente staurós gr. designaba un madero vertical puntiagudo que se fijaba firmemente en la tierra. [...] Se colocaban lado a lado en filas para formar vallados o empalizadas defensivas alrededor de los poblados, o, por sí solos, se levantaban como instrumentos de tortura en los cuales se colgaba públicamente a los perpetradores de delitos graves para que allí murieran o, si ya se les había dado muerte, para que sus cadáveres fueran totalmente deshonrados.
Es cierto que los romanos usaban un instrumento de ejecución conocido en latín como crux. Y al traducir la Biblia al latín se usó la palabra crux para verter stau·rós. Porque la palabra latina crux y la palabra española cruz son similares, muchas personas suponen, equivocadamente, que una crux era necesariamente una estaca o palo con un travesaño. Sin embargo, hasta entre los romanos la crux (de donde se deriva nuestra cruz) parece haber sido, originalmente, un palo derecho, y esto siempre siguió siendo la parte más prominente. No hay ninguna oración en ninguno de los muchos escritos que forman el Nuevo Testamento que, en el griego original, dé prueba —aunque sea indirecta— de que el staurós usado en el caso de Jesús no fuera sino un staurós [palo o estaca] ordinario; mucho menos de que consistiera, no en una sola pieza de madera, sino en dos piezas clavadas en la forma de una cruz”. Bien pudo ser que Cristo fuera fijado a una forma de crux (stau·rós) conocida como la crux simplex.
Respecto a la palabra griega, xý·lon se usó en la traducción griega Septuaginta de la Biblia en Esdras 6:11. En la versión Reina Valera 1960 este versículo dice: “También por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto”. Está claro que aquí lo implicado era un solo “madero”, un palo.
Por lo tanto, muchos traductores del Nuevo Testamento traducen las palabras de Pedro en Hechos 5:30 de este modo: “El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo en un madero ( como por ej. la Biblia de Jerusalén o la Versión Nácar-Colunga y muchas otras)”. Lo mismo sucede en Hechos 10:39; 13:29; Gálatas 3:13; y 1 Pedro 2:24.
Sin embargo, y apesar de lo probado anteriormente, ¿es incorrecto utilizar la cruz?, en esto hay que tener presente cómo se ha usado la cruz en la historia... como objeto de adoración pagana y de temor supersticioso. ¿Pudiera armonizarse el llevar una cruz, aunque sea solo como adorno, con la amonestación que dio el apóstol Pablo en 1 Corintios 10:14: “Por lo cual, amados míos, huyan de la idolatría”?
¿Qué hay de los cristianos verdaderos hoy día a este respecto? Ellos, también, deben ser conscientes de que es necesario ‘guardarse de los ídolos’, como aconseja la Biblia. (1 Juan 5:21.) Por eso, la cruz no es un adorno apropiado para ellos. Recuerdan la declaración de Pablo: “Maldito es todo aquel que es colgado en un madero”, y, por lo tanto, ¡prefieren pensar en Cristo como glorioso Rey entronizado! (Gálatas 3:13; Revelación 6:2.)
Aunque estos cristianos no llevan cruces, comprenden y aprecian profundamente el hecho de que Cristo murió por ellos. Saben que el sacrificio de Cristo es una demostración maravillosa del “poder de Dios” y de Su amor eterno. (1 Corintios 1:18; Juan 3:16.) Pero no necesitan ningún objeto material como una cruz para ayudarles a adorar a este Dios de amor. Porque, como exhortó Pablo, ‘andan por fe, no por vista’. (2 Corintios 5:7.)
Marcadores