Mi Fidel no es perfecto, pero estaba muy cerca del sol
con manchas como él, pero con una luz tan brillante que es imposible ignorar.
Es un hombre que erró a veces, solo para recordarnos su humanidad
y para tener la certeza de que se puede soñar, aún siendo imperfectos, aún con manchas, a pesar de los errores,
se puede soñar con un mundo sin miseria, en que la dignidad y la justicia puedan tocar a cada ser humano.
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