El espíritu del hombre según los TdJ

[Espada]

El alma no es lo mismo que el espíritu. El cuerpo necesita el espíritu para funcionar, de manera muy parecida a como un aparato de radio necesita la electricidad. Pensemos en un aparato de radio portátil. Cuando le ponemos pilas, la electricidad almacenada en ellas pone en marcha el aparato. Sin pilas, sencillamente no funciona. Y ese es también el caso de los aparatos de radio que se conectan a un enchufe. Pues bien, ocurre algo parecido con el espíritu: es la fuerza que imparte vida al cuerpo. Lo mismo que la electricidad, no tiene sentimientos ni puede pensar.


https://www.jw.org/es/publicaciones/...stas-palabras/




Estan de acuerdo ustedes amig@s que el espiritu no tiene sentimientos ni puede pensar. ?


Veamos estas dos citas de la TNM.


1 Corintios 2:11



11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el espíritu+ del hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu+ de Dios.


Amig@s, si el espiritu conoce, es porque PUEDE PENSAR.




Dicen los TdJ que no tiene sentimientos ?

Leamos:


Juan 11: 33

Jesús, pues, cuando la vio llorando, y a los judíos que vinieron con ella llorando, gimió en el espíritu y se perturbó;+ 34 y dijo: “¿Dónde lo han puesto?”. Ellos le dijeron: “Señor, ven y ve”. 35 Jesús cedió a las lágrimas.

[Africano]

Si lees 1 a los Tesalonicenses 5:23 veras que espiritu alma y cuerpo no son la misma cosa

[Africano]

Claro pero tu no sabes leer, todo pelear y contender con los hermanos

Pssssssss

[Espada]

"no tiene sentimientos ni puede pensar" eso dicen ellos del espiritu, pero es evidente que no es asi.

[Espada]

"no tiene sentimientos ni puede pensar" eso dicen ellos del espiritu, pero es evidente que no es asi.

Que opinas LPV de eso.. estas a favor o en contra. Post #1

[LA PURA VERDAD]

"no tiene sentimientos ni puede pensar" eso dicen ellos del espiritu, pero es evidente que no es asi.

Amigo espada, que tú no entiendas los diferentes significados para el vocablo "espíritu" que existen es tu conclusión, pero no la de la Biblia. "ESPÍRITU" proviene de una raíz hebrea pné·ō, que significa “respirar o soplar”, y se cree que la voz hebrea rú·aj (espíritu) procede de una raíz de igual significado. Por lo tanto, el significado primario de rú·aj y pnéu·ma es “aliento”, aunque de este significado se han derivado otras aplicaciones como bien lo muestran las diferentes traducciones de la Biblia cuando de traducir esta palabra se refiere. También puede significar viento; la fuerza vital de las criaturas; el espíritu del hombre; espíritus, incluidos Dios y sus criaturas angélicas, y el Poder de Dios o espíritu santo. Esto lo dejan claro obras como el Lexicon in Veteris Testamenti Libros, de Koehler y Baumgartner, Leiden, 1958, A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, de Brown, Driver y Briggs, 1980, Theological Dictionary of the New Testament, edición de G. Friedrich, traducción al inglés de G. Bromiley, 1971, vol. 6, págs. 332-451.) Todos estos significados tienen algo en común: se refieren a aquello que es invisible a la vista humana y que da muestras de fuerza en movimiento. Tal fuerza invisible es capaz de producir efectos visibles.

[destrabador]

El punto es que el Espíritu del Hombre, SI PUEDE PENSAR, Y además TIENE SENTIMIENTOS. Y es Bíblico:

Hasta en la misma TNM de los Testigos de Jehová lo DICE:

1 Cor. 2:11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el espíritu+ del hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu+ de Dios.

Juan 11:33Jesús, pues, cuando la vio llorando, y a los judíos que vinieron con ella llorando, gimió en el espíritu y se perturbó;+ 34 y dijo: “¿Dónde lo han puesto?”. Ellos le dijeron: “Señor, ven y ve”. 35 Jesús cedió a las lágrimas.

Ya si los “aplaudidores de los dizque maestros de la Wachtower” LO NIEGAN, Es otra cosa

[Espada]

...Tal fuerza invisible es capaz de producir efectos visibles.

Ya vimos que Cristo GIMIO en Su espiritu. Ya vimos que el espiritu puede pensar pues conoce.


si no te parece, al menos di como debemos comprender :1 Corintios 2:11


11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el espíritu+ del hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu+ de Dios.



Trata este ejercicio y medita:



11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el aliento + del hombre..
11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el viento + del hombre..
11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo la fuerza vital + del hombre..

Reemplazando la palabra por cada uno de las posibilidades que me das, simplemente caemos en un absurdo pues sabemos bien que ni el aliento, ni el viento , ni la fuerza pueden CONOCER, en cambio un espiritu , un ser biblicamente demostrable si es capaz de CONOCER.

[LA PURA VERDAD]

Ya vimos que Cristo GIMIO en Su espiritu. Ya vimos que el espiritu puede pensar pues conoce.


si no te parece, al menos di como debemos comprender :1 Corintios 2:11


11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el espíritu+ del hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu+ de Dios.



Trata este ejercicio y medita:



11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el aliento + del hombre..
11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el viento + del hombre..
11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo la fuerza vital + del hombre..

Reemplazando la palabra por cada uno de las posibilidades que me das, simplemente caemos en un absurdo pues sabemos bien que ni el aliento, ni el viento , ni la fuerza pueden CONOCER, en cambio un espiritu , un ser biblicamente demostrable si es capaz de CONOCER.

Es muy interesante tu análisis y no te culpo si crees en lo que crees al interpretar a "golpe de tambor" tal cual el apóstol lo describe. Ten en cuenta que la cultura hebrea no está muy alejada de la griega, como muestra el sentido y evolución de la palabra “Rúaj”, que se traduce, entre otras formas, como “espíritu” en las Sagradas Escrituras. Rúaj o Rúahj se puede traducir como “viento o espíritu” dependiendo del contexto y de lo que se está hablando, y se encuentra muy cerca del pneuma griego, que es el viento original y misterioso, imprevisible, omnipresente; es el aire, realidad presente, divina y reveladora en la que se asienta todo lo que existe. Es el humo de un incendio, expresión del gran fuego que todo lo destruye; pero es, a la vez, el aliento donde todo nace y recibe su sentido.

En ese contexto, debemos recordar que en contra de otros pueblos, Israel nunca cedió a la tentación de divinizar el viento como aislado, convirtiéndole en un dios junto a otros, en el interior de un panteón de dioses cósmicos. Al contrario, Israel ha partido de una concepción casi divina del viento y lo ha ido des-divinizando progresivamente hasta convertirlo en agente de Dios o símbolo de su presencia y acción entre los hombres.

También se puede trazar un paralelo significativo: los griegos desmitifican el espíritu para concebirlo como una realidad cósmica o para ponerlo bajo el poder del pensamiento (de la gnosis racional, que todo lo conoce, porque tiene una raíz divina); los hebreos lo desmitifican haciéndolo expresión de la presencia de un Dios personal que dialoga con los hombres. “Es verosímil que, a causa de lo que se puede llamar mentalidad primitiva, el viejo Israel haya conocido en su contexto histórico-geográfico la divinización de diversas fuerzas naturales: todo lo que tiene un gran poder iluminador que revela la presencia del alma.

Se podría incluso hablar muy bien de espíritus del desierto, del mar, de la tempestad, etc. No está excluido que en la literatura de Israel se encuentren restos de la así llamada visión animista del mundo. Pero, significativamente, a estos demonios (espíritus del desierto, etc.) no se les conoce jamás con el término de rúaj. La rúaj designa, más bien, una fuerza de la naturaleza, y se expresa con su mismo nombre: es el viento… Es poco verosímil que los hebreos hayan partido de un aspecto material y casi científico del viento para espiritualizarlo luego. En contra de eso, debemos reconocer que el viento era un elemento muy apropiado para hallarse espiritualmente divinizado en la mentalidad primitiva. Todo nos permite suponer que el término “rúaj” tenía y tiene resonancias espirituales… porque, en su mismo sentido de viento, presentaba ya un significado espiritual. Se puede pensar que si este término ha tenido un despliegue extraordinario, no ha sido a causa de sus notas objetivas (como viento fsico), sino a causa de su carácter netamente Divino.

De allí que la misma Enciclopedia Católica haya estimado conveniente relacionar el “ESPÍRITU DE DIOS” con una FUERZA O PODER más allá de lo normal, característico del SER DIVINO quien se manifiesta por medio de él en todo lo que a su Voluntad atañe.

Por lo tanto, no puedes jamás relacionar simples textos aislados para extraer de ellos toda una doctrina que tiene grandes dosis de analogía propia del significado de los vocablos hebreos empleados en las Escrituras para enseñar, para equipar al hombre y entrenarlo para “toda buena obra”, de conformidad con el verdadero significado de muchas de las palabras que tienen varios significados y, como el caso que nos traes con tus ejemplos de ciertos textos que pareciera significar otra cosa, la acción del “espíritu” y cómo se manifiesta para actuar y también, cómo y en qué circunstancias saber de qué tipo de ESPÍRITU SE ESTÁ HABLANDO, si de Dios, de los ángeles, del Hijo, de los cristianos ungidos, del “viento”, de la “tempestad”, del “Poder de Dios” o bien, como bien lo señalas en 1 Cor 2:11, el “espíritu” que nos inunda y que nos mueve; nuestro “fuero” interno y nuestra “energía vital” por medio de la cual accionamos y nos identificamos con nuestros más profundos deseos, sentimientos y atributos divinos heredados por Dios como parte de nuestra formación espiritual, amén de la física.

De allí la imposibilidad de que, al no poder “encajar” un “viento”, una “tempestad”, un “poder” dentro de una particular sintaxis que no lo permite, no es motivo, pero ni lejano, para deducir con propiedad que como no podemos emplear el significado más profundo del término “rúaj” que mueve el universo, debemos concluir que es “ALGO INTELIGENTE” o bien, “INDEPENDIENTE” de nuestro ser como “almas vivientes” que somos. Si yo estoy hablando de mis sentimientos, de mis fuerzas, de mis angustias y expreso que "mi espíritu está triste, débil, me siento mal por ello", no estoy queriendo decir que "alguien" o un "igual" dentro de mí, es el que está diciendo esas cosas y el que me tiene "atado" para que sufra altibajos sentimentales; no, por el contrario, estoy transmitiendo que esa FUERZA, ese PODER QUE ME ANIMA y me hace SER LO QUE SOY, ALMA VIVIENTE, está débil y me mantiene débil porque sin ese ESPÍRITU, jamás puedo accionar o vivir. Yo no podría jamás pretender que pueda decir: "es que mi "TEMPESTAD" dentro de mí me domina", mi "VIENTO" se estremece porque aquí no calza ni acopla pero no porque "espíritu" no tenga esos significados dependiendo de las circunstancias, sino porque la sintaxis no lo permitiría para darnos a entender.

Es obvio que la palabra “espíritu” es más, digamos, adecuada para emplear en ciertas circunstancias y expresa mejor la dignidad y lo que nos mueve, al igual que cuando hablamos de nuestro “amor hacia nuestro prójimo”, “amor propio o “dignidad”, “valores”, “principios”, etc. Al decir nosotros que nuestros “principios” no nos permiten actuar de tal o cual forma, no estamos dando a entender que ese “principio” o “principios” que nos impide tal actuación, tiene que ser algo o alguien “inteligente” que, desde dentro de nosotros mismos, nos impide que no lo hagamos. Tanto los valores y las manifestaciones de la ética, del amor, del sufrimiento, de principios, de nuestros deseos, nuestros sueños, nuestros sufrimientos, todos ellos, son parte de nuestro “espíritu”, así llamado en las Escrituras como parte de su empleo correcto, para enseñar que esa “fuerza”, ese “poder”, ese “impulso” que nos mueve, es lo que a veces “habla por nosotros” cuando nuestro “espíritu” se conduele, se contrista, se subleva, se enorgullece y nos domina sin que tengamos necesariamente que entender algún pasaje bíblico “tal cual”, sin analizar otros factores de la hermenéutica apropiada con que Jehová Dios nos enseña mediante su Palabra.

El “Rúaj” hebreo fue la palabra de donde se originó el significado de “ESPÍRITU”, y todos los hebraístas y doctos bíblicos concuerdan en que el RÚAJ de DIOS es parte del ser de DIOS, así como el “rúaj” del hombre, es parte del ser del hombre que nos activa y nos da la energía mediante la cual existimos y nos movemos en el mundo de los vivos.

De conformidad con estos amplios significados para la palabra “espíritu”, Eclesiastés 3:19,20 nos recuerda: “Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo”.

Más claro, ni el agua compañero Espada. Si Salomón aquí se estaba refiriendo –como única referencia interpretativa– a los “cuerpos” de ambas “almas” (humana y animal), no hubiera sido, después de todo, tan “sabio” como nos lo presenta la Biblia. Salomón tenía claro el destino de ese “suceso resultante” y conocía mejor que tú la “vanidad sin sentido” que adolecemos por lo general los humanos al empeñarnos por nuestra obstinación de querer interpretar la Biblia bajo la óptica equivocada cuando caemos en la falsa doctrina que proviene de la depravación de quienes ejercieron el dominio por siglos del más recalcitrante y repulsivo paganismo heredado y aceptado por la insana enseñanza del dios que domina este mundo. Salomón aquí se refiere al “hombre total”, no a una parte de él con la que a ustedes los han engañado; nos habla de la “vanidad” de creernos inmortales o quizás, “supermanes”, rehusando aceptar la realidad de nuestro incierto destino, que fue el motivo fundamental y necesario que motivó al Altísimo proveer un “Redentor” para recuperar lo que se había perdido: la vida eterna del “alma” humana. Salomón nos enseña la palabra de Jehová y nos dice que no nos distraigamos en vanas palabrerías de creernos que somos “inmortales”.

Un saludo cordial.

[LA PURA VERDAD]

1. El hombre total (no una parte de él) fue creado perfecto, Hijo de Dios.

2. El hombre total (no una parte de él) fue tentado y apartado de Dios.

3. El hombre total (no una parte de él) cayó en el pecado y perdió el favor de su Padre Celestial.

4. El hombre total (no una parte de él) murió espiritual y físicamente.

5. De inmediato Dios se propuso redimir al hombre total (no a una parte de él y nombró un Redentor.

6. Dicho Redentor celestial fue enviado como sacrificio por el pecado del hombre total (no para redimir solo una parte de él).

7. La Redención no cubre “automáticamente” a todos los hombres; únicamente a los que se someten a la voluntad del “Redentor”.

8. El Redentor no redime a los “ángeles que pecaron”, sólo al hombre terrestre. Los ángeles rebeldes no tienen Redención. Serán destruidos para siempre.

9. El Redentor (Jesucristo) no vino a “redimir” cuerpos carnales únicamente. Vino a redimir al hombre total, al alma humana. “Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.” (Sant. 2:25, 26).

10. Adán y Eva no tienen tampoco Redención. Fueron perfectos y como tales pecaron contra el “espíritu santo” y el sacrificio de Jesús no los cubre. Por el contrario, tuvieron su oportunidad y por su culpa la muerte y la corrupción plagó a la humanidad por cuya causa se maldijo la Tierra en su totalidad.

11. Si una parte del hombre fuera “inmortal”, la Redención no tendría sentido. La vida en las “sombras” es un invento del Diablo, no de Dios. Dios es “luz”, y no la obscuridad con Él y todo el que no se someta a su Voluntad es destruido, no enviado “vivo” a sufrir castigos indescifrables sólo para satisfacer las aberraciones propias de los mismos que propiciaron la quema viva de “almas humanas” de cuanto “hereje” se oponía a las aberrantes acciones que decían “provenir del Altísimo”.

12. La inmortalidad siempre está asociada en la Biblia con un “Premio”, ¡NUNCA! como una “herencia de nacimiento”.

13. El “alma humana Adán” fue hecha tal cuando fue “hombre completo”, no antes. Antes Adán no existía en ningún lugar, tanto su “carne” como su “espíritu” o “fuerza de vida” fue “activada” por medio del “aliento de vida” que Jehová “sopló” (de manera figurada la acción, no el que haya “soplado”) dándole vitalidad y acción de movimiento al “alma humana entera” (hombre) con todas sus facultades físicas y mentales. Mientras el hombre viva, el “cuerpo” y su “espíritu” son activados por el “aliento de vida” que lo hizo “especial” o “diferente” a los animales irracionales.

14. El “aliento de vida” es el proceso mediante el cual se sostiene la vida en los organismos vivos sobre la Tierra; tiene que ser diferente al “espíritu” (la energía) que comparte la bestia y el hombre, según Salomón. Si el animal y el hombre, comparten el mismo “aliento de vida”, ¿Qué es lo que los diferencia entonces? El hombre –no la bestia– fue hecho a “imagen y semejanza del Creador dotado de cualidades Divinas propias de una criatura de mayor grado de excelencia para que dominara a las criaturas de la Tierra y las tuviera en sujeción para su deleite y buenos oficios.

Si compartimos el mismo “espíritu” como lo dice Salomón, ¿Por qué el espíritu del hombre “vuelve a Dios que lo dio” y el de la bestia no? ¡Aquí está este delgado “hilo” que se confunde con la característica de la “inmortalidad” con la que fue dotado el hombre! ¿Cuál es al fin y al cabo lo que nos diferencia de los animales irracionales? ¿Qué quiso decir Salomón cuando afirma: “Yo, yo mismo, he dicho en mi corazón, tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios [verdadero] va a seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias? ¿Bestias? Prosigamos: “¿Quién hay que conozca el espíritu de los hijos de la humanidad, si asciende hacia arriba; y el espíritu de la bestia, si desciende hacia abajo a la tierra? Y he visto que no hay nada mejor que el que el hombre se regocije en sus obras, pues esa es su porción…” ¿De qué porción habla aquí el sabio? ¿Del cuerpo únicamente? ¿O de la actividad humana completa de su espíritu y su cuerpo, junto con su conciencia, su inteligencia y su capacidad de deducción que, al “salir” su espíritu cesa toda actividad consciente del hombre total?