Ayer, estuve en el rió Bonda.
sus aguas, como tumultos gelatinosos de hojas,
mecían las arenas indefensas de crisálidas espumosas.
Tú, en forma de roca, veías con tus infinitos ojos de libélula,
el divino espesor de las mariposas.
Los barrancos , no eran más, que un encriptado mundo de luciérnagas
con espadas incandescentes de lujuria.
Tu, mesías tus senos, en aguas acompasadas
de bermejos rosales etéreos.
Yo como un glóbulo de espuma, seguía tu recorrido sobre las arenas murmuradoras de estío.
En el sopor de la piedra negruzca, brotaste en vapores etéreos de linaza.
Corrí sobre los espirales,
y te alcancé entre las nubes gelatinosas de una granada germinada de vida.
Quise abrazarte
enmudeciste ciegamente, ante la euforia de mi virilidad persuasiva y flotante.
Te devore, en mordiscos salvajes de amor.
Tu desnuda, desflorabas la aurora y vestías de seda los otoñales cerezos
que untados a mi cuerpo, eran rocas de granito y sol.
Se que has reinado en mi pensamiento, es.... tu cerebro y tu voz
con olores creadores de luz y de luces.
Se que te he mimado, con palabras quemantes
y olorosas a geranios, mojados y acicaladas con agua de azúcar.
Y tú,
que en palabras, me das besos eternos con sabor a ciruelas, manzanos.
Que a escondidas ocultas tu mano,
que temblorosa, acaricia los estandartes oscuros de una flecha, que hiere el olvido.
Deja que te ame en silencio y mastique uno a uno tus besos de ciruela madura.
Deja que lubrique en ti, un incienso dorado y abrasé tu corola de fuego.
Déjame dormir en ti y escarbar en el delicioso mundo de tu paladar, el sabor a ti.
Déjame emerger de tu mundo y nadar en los torbellinos corpóreos de tus senos ciclópeos.
Déjame decirte que un mundo sin tus versos, es mudo….Y vítreo, lleno de azulejos es cuando escribes.
Déjame decirte que aunque lejos; estas aquí, llevas de mi mano, la inhóspita pitón que tritura tu cuerpo y lo sumerge en mío.
Déjame decirte que tú eres mi flor en primavera, sol dorado, escarcha de azahar, guerrera,fugaz relámpago de selva, luz azulosa de corpiños lunares.
Déjame decirte que sin ti, el tiempo es un reloj apagado, donde se mese el minutero, y el segundero se desboca de dolor.
Te espero para seguirte amando y contando.
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