Amigo Espada. No empleas discernimiento y te dejas llevar por la “letra” en vez de captar el sentido de las palabras del Señor que no se pueden entender a la luz de lo que a simple vista denotan. Jesús estaba refiriéndose aquí al “alma” como la “vida que lo es realmente”, (1 Timoteo 6:19) sea en carne cuando son resucitados de nuevo para vivir en la Tierra o bien, en “espíritu” si es que son parte de los 144.000 que gobernarán el Reino de Dios junto a Jesucristo durante el Milenio. Porque no creo que ignores que la VIDA VERDADERA no es esta que tenemos, sino la que ha de venir ¿O lo ignoras también?
Ahora bien, debido a que la vida como tal de toda criatura está ligada estrechamente a la sangre que corre por sus venas (animal y humana), las Escrituras nos enseñan que que “ne-fesch (alma) está “en la sangre” (Génesis 9:4, Levítico 17:11,14 y Deuteronomio 12:23, bien conocidos). Es obvio que esta expresión no tiene un sentido LITERAL, ya que la Biblia también nos habla de la “sangre de nuestras almas” Dios la reclamará, es decir, LA VIDA que se pierde al derramar sangre humana. Génesis 9:5 es claro y contundente al afirmar: “Y, además de eso, su sangre de sus almas la reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la reclamaré; y de la mano del hombre, de la mano de cada uno que es su hermano, reclamaré el alma del hombre”. ¿Debemos creer en entonces que el ALMA TIENE SANGRE porque allí dice “literalmente” que Dios reclamará la “sangre de nuestras almas”? Yo pienso que, a como tú lees la Biblia, dirás “Pues si allí lo dice así, así debe ser”, ¿O me equivoco?
No creo que me equivoque y, de hecho, tú sí lo estás porque es debido a que la vida de la criatura está ligada inseparablemente a la sangre (la sangre derramada representaba la vida de la persona o criatura de conformidad con Gé 4:10; 2 Re 9:26; Sl 9:12 e Isa 26:21 que puedes leerlos para mejor comprensión del tema. Las Escrituras hablan de que el né·fesch (alma) está “en la sangre”. Es obvio que esta expresión no tiene un sentido literal, ya que las Escrituras también hablan de la “sangre de sus almas” (Gé 9:5; y Jer 2:34), y las muchas referencias ya consideradas no podrían aplicarse solo a la sangre o a sus cualidades sostenedoras de la vida.
Né·fesch (alma) no se utilizó con referencia a la vida vegetal, ni durante su creación en el tercer “día” creativo (Gé 1:11-13) ni más tarde, pues la vegetación no tiene sangre. Algunos ejemplos del uso de la palabra griega psy·kjḗ para referirse a ‘vida como criatura’ pueden hallarse en Mateo 6:25; 10:39; 16:25, 26, Lucas 12:20; Juan 10:11, 15; 13:37, 38; 15:13; Hechos 20:10. Los siervos de Dios tienen la esperanza de resucitar en el caso de que mueran, es decir, tienen la esperanza de vivir de nuevo como “almas” o criaturas vivas. Por esa razón, Jesús podía enseñar: “El que pierda su alma [su vida como criatura] por causa de mí y de las buenas nuevas, la salvará. En realidad, ¿de qué provecho le es al hombre ganar todo el mundo y pagarlo con perder su alma? ¿Qué, realmente, daría el hombre en cambio por su alma?” (Mr 8:35-37), y también: “El que tiene afecto a su alma la destruye, pero el que odia su alma en este mundo la resguardará para vida eterna”. (Jn 12:25.) Estos textos, y otros similares muestran cómo deben entenderse las palabras de Jesús en Mateo 10:28: “No se hagan temerosos de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; sino, más bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena”. Aunque los hombres pueden matar el cuerpo, Y SI EL CUERPO MUERE, ES OBVIO QUE LA CRIATURA TAMBIÉN MUERE, ES DECIR, EL HUMANO NO CONTINÚA VIVO, MUERE y es a esta “muerte” a la que Jesús alude, a la muerte que el hombre provoca, no a la que DIOS PUEDE PROVOCAR ¿Comprendes?
El hombre no puede matar a la persona para siempre, ya que en armonía con el propósito de Dios, esta sigue viva en la MEMORIA DEL ALTÍSIMO por cuanto Él mismo se encargará de restaurar a tal persona fiel a la vida por medio de la resurrección. Los siervos de Dios consideran que perder su “alma” o vida como criatura es algo solo temporal, no permanente. Es por eso que Apocalipsis 12:11 aclara: “Y ellos lo vencieron debido a la sangre del Cordero y debido a la palabra del testimonio que dieron, y no amaron sus almas ni siquiera al arrostrar la muerte”. Como puedes deducir con propiedad, este pasaje es claro y dice el que ama su “alma” (SU VIDA ACTUAL) por temor a que se la quiten no es un proceder sabio, porque si por ganar “el mundo y su gloria” pierde el “ALMA” (SU VIDA FUTURA VERDADERA) morirá con el mundo y no será tomado en cuenta para una eventual resurrección.
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