Esa madrugada, toda la pequeña ciudad balneario de Con-Con, amaneció sobresaltada por el ruido de los tiros. Se escucharon varios, como vaciando un cargador de pistola de alto calibre. Después, a los minutos otros disparos con sonido diferente, más agudo.
Los vecinos, no podían creer, que esto estaba sucediendo cerca de sus casas y en barrios que lo único que escuchaban de noche era el sonido de los ladridos de los perros de sus vecinos o de algún gato maullador. Los disparos empezaron como a las 3 am, y siguieron por varias horas...
Nadie, en la comunidad del balneario, se atrevió a salir de su casa a mirar, los pocos edificios de departamentos, se volvieron oscuros en la noche, porque apagaron las luces desde los generadores, seguramente los conserjes lo hicieron, para preservar un posible ataque.
De lo que esta sucediendo, nadie sabe nada.
El Comisario Soto y El Gales, ese día habían decidido ir hasta la casona de los dos amigos chinos, a averiguar más datos de todo el asunto, que significa el intento de robo, en que Chang terminó baleado y anteriormente, el incendio provocado en la casona vecina. Todo, además muy confuso. De ahí que, Soto y su amigo deciden ir a interrogar a Li San Yi y a la pequeña niña.
El Gales, viaja directamente de Santiago, mientras Soto lo hace desde la Jefatura de Investigaciones de Valparaíso.
Ninguno, de los dos amigos, se imagina, que horas después, estarán trenzados en una balacera, con tres maleantes, que tratarán de entrar a la fuerza en la casona, sin darse cuenta, que Soto y El Gales están dentro de ella.
Esto ha sido casual, porque la señora Hortensia a pedido de Li San ha preparado un mariscal al vapor, plato que a ambos hombres visitantes les ha causado una grata impresión. Al convidarlos a cenar Li San Yi, después de haber conversado todos los pormenores, que este sabe de lo que ha sucedido, en los últimos tiempos.
Soto y El Gales, son grandes conversadores y a Li San Yi, todo esto le viene muy bien, para olvidar un poco lo que ha sucedido con Chang Kuo.
Gong Li los escucha y sonríe ante las bromas de El Gales, contando sus andanzas con el lumpen de Santiago y Soto a su vez haciendo bromas, sobre el trato de su amigo con los bajos fondos, de la capital chilena.
Después, de saborear un plato exquisito, de mariscos al vapor, con el que se lució Hortensia, todos conversan, mientras la cocinera, les trae el postre, consistente en compota de duraznos adornada con crema chantilly casera. Todos están contentos y el Inspector y su amigo, ya más o menos, saben todos los pormenores de lo sucedido, contado por Li San...y con palabras de Gong Li.
En eso estaban, haciendo la sobremesa, cuando se sintió un ruido de motor en la calle de tierra....Después de un rato, silencio y casi nada, que fuera sospechoso. Aunque el perro de los vecinos, no para de ladrar y en algún momento se escucha, como si alguien le hubiera pegado, porque escuchan en la noche una especie de quejido del can.
Pero todos están animados en la casona y no hacen caso de esos sonidos. Pasados algunos momentos, la puerta que da al patio trasero de la casa, cruje como siempre lo hace, cuando la empujan.
Li San Yi pone atención, Soto lo observa y le pregunta:
¿ Que es ese ruido?
No se, contesta Li San...
Soto se levanta de la mesa y El Gales presta atención...
De repente se corta la luz, y todo es oscuridad. Gong Li exclama:
¡Oh! un pequeño gritito sale de su garganta...
Los cuatro, se ponen de pie y cada uno está atento a los ruidos de la noche.
Soto, de inmediato saca su pistola de la sobaquera y El Gales, saca una 9 milimetros de un bolsillo de su pantalón...Ambos atentos al menor ruido.
Al suelo, les dice Soto a Li San y a la niña.
El Gales, se parapeta detrás de un mueble y Soto avanza con precaución hacia el pasillo, que da a la cocina.
En ese momento, ve una sombra, seguida de dos más que entran a la casa, por la puerta del patrio trasero.
¡Alto o disparo! dice Soto con una voz de mando...
Pero las sombras de los intrusos, desaparecen en una de las habitaciones...
El Gales con un vozarrón:
Soto, dispara, estos no vienen solo a robar...
Justo en ese momento, una de las sombras, trata de entrar al comedor...
Soto dispara sin apuntar bien...Los casquillos caen al suelo entre Li San y Gong Li
A su vez, por la ventana que da a otra habitación, otra sombra, trata de entrar al comedor...El Gales sin decir agua va...le manda tres tiros de un solo envión...
Se escucha un grito de dolor...
Y de ahí se arma la batahola...
Disparos van y vienen, gritos de:
¡¡¡Avanza mierchica!!! dados en el pasillo..
Soto gritando
¡¡¡Alto!!!
Y pisadas por toda la casa...
Hortensia en su pieza gritando como poseída y los disparos viniendo de todos lados de la casa.
Un pandemoniun inesperado.
Marcadores