Iniciado por
Caracolamarina
Ese día era turbulento, por muchas razones. La casa del fondo del pasaje estaba siendo desmantelada.
Parecía que sus dueños, un par de viejos chinos, no habían podido subsistir a la gran oleada de pobreza que azotó al país, por los cambios económicos, que se produjeron a raíz de los malos manejos y robos del gobierno anterior.
Salían las noticias en los diarios, de los miles de personas, que estaba perdiendo sus casas. Además los Bancos estaban haciendo efectivas las deudas y así era como muchos cayeron en esta hecatombe económica que sumió al país en una incertidumbre de esas que no dejan conciliar el sueño de noche.
El par de viejos chinos, habían llegado al país hace muchos años y con gran esfuerzo, habían puesto una casa de antiguedades, en el barrio de los cachureos de Santiago.
Allí entre polvorientos muebles de caoba que no habían sido sacudidos por años, y jarrones con flores esmaltadas, colchas de encaje español y cientos de artículos más. Que esperaron en vano por año,s que alguien los viniera a rescatar del olvido.
Porque la casa fue famosa en su tiempo, tuvo como todo su esplendor...la juventud de los dueños y su entusiasmo avivó esa experiencia y muchos de los mas conspicuos habitantes de la capital santiaguina tenían en sus casa , en los livings y salitas de estar los muebles de madera fina incrustados con adornos de nácar y jarrones de porcelana fina que parecían a punto de quebrarse cuando alguien pasaba cerca de ellos.
Los dos chinos fueron felices en esos años. Su relación era mas que de amistad, pero como eran muy sabios en su vivir, jamás se les vió nada que hiciera sospechar a los demás o a la sociedad chilena que eran sus clientes, que ellos tenían algo más que una relación amistosa.
Uno de ellos el señor Chang- Kuo era el mas alto y el más extrovertido de los dos. Era el encargado de las compras en el extranjero la mayoría de las veces, su gusto exquisito y sus maneras finas el hablar bajito modulando muy bien las palabras lo hacían alguien confiable....Vaya a saber el por qué esas impresiones influían tan bien en sus clientes. Era un caballero, así decían las damas de la sociedad que le compraban los muebles de ratán o los candelabros de plata, para regalo de matrimonio de sus hijas, sobrinas o nietas.
En cambio el señor Li- San-yi era mas bien bajito de porte, introvertido y de andar ligero y con apariencia de un ratoncito, de esos que pasan inadvertidos, en las casas solariegas.
Este último, era el que llevaba las cuentas y que todos los años junto al contador el Señor Gutiérrez, se encargaban de tener todos los libros contables en perfecto orden, para su revisión por Impuestos Internos.
Ambos debido a estas características hacían entonces una pareja perfecta para los negocios y por qué no decirlo para su propia intimidad.
El descalabro en sus vidas empezó cuando el señor Chang- Kuo recibió una carta larguísima de su hermana, que vivía en una provincia del Norte de la China.
En ella le explicaba, que hace años había quedado viuda con una hija y que se había mantenido con un pequeño negocio en el pueblo en que vivían, pero ahora se encontraba enferma y le pedía a su hermano mayor que tuviera la bondad y la gentileza de hacerse cargo de su hija de 18 años, porque en cualquier momento ella fallecería quedando sola la hija y no teniendo ningún pariente más a quien pedirle semejante favor.
Chang se quedo leyendo varias veces la carta. En silencio, sin decir palabra se la mostró a su amigo Li, que al leerla se emocionó. Ya no serían dos viejos solos. vendría esta sobrina de Chang a hacerles compañía y quizás también a ayudarlos en el negocio.
Lo que no sospechaba Li era que el negocio ya estaba en bancarrota, como muchos de los que en el país quedaron en la ruina con el cambio de la política económica del nuevo Gobierno.
Ambos se miraron con cara de circunstancias... Chang como hombre de acción que era empezó de inmediato a pensar en los trámites que tendrían que hacer para lograr que su sobrina llegara al país como inmigrante traída por su tío.
No sería tarea fácil, pero él confiaba que entre todos sus clientes en los que se encontraban ministros, personas de la sociedad y ricos industriales, lo ayudarían.
Así empezó una carrera frenética de parte de ambos haciendo los trámites ante la Embajada y el Consulado chino y tratando de conseguir el mayor número de apoyo posible de personajes importantes del país.
Sabían que lograrían traer a la muchacha, pero tendrían que mover todo tipo de influencias para poder hacerlo posible.
Le escribieron una carta por vía diplomática y así pudieron contarle que estaba haciendo todo lo posible para que ella llegara bien y sin problemas al país.
Gong-Li- Yuan cuando leyó esas líneas de su tío se largó a llorar inconsolablemente ...Su madre ya había fallecido y ella estaba al cuidado de un matrimonio que eran sus padrinos, que aunque la querían mucho no podían hacerse cargo de ella porque eran una familia muy numerosa entrew tíos, hermanos y padres viejitos.
Gong Li supo en ese instante que su viaje sería posible.
Marcadores