Lo que digo : Crees que Se desdijo.
NO. Todo lo contrario. Jesucristo, que es Dios mismo que se hizo Hombre, cuando predicó el Evangelio nos enseñó los mandamientos que en verdad había dado Él mismo desde siempre y para siempre. Y anuló del Antiguo Testamento los mandatos que faltaban a la misericordia porque no eran más que mandatos de hombres, NO DE DIOS, pues Jesús no vino a abolir la Ley que en verdad había dado Él mismo desde siempre.
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Pamplinas las tuyas....ya te hemos dicho sobradamente que Jesucristo...anuló el antiguo testamento...y que en el Evangelio que es su Ley..están los verdaderos mandamientos que EL..dió....
Jesucristo abolió todas las leyes del viejo testamento que faltaban a la misericordia y al perdón, y en su lugar nos dejó los verdaderos mandamientos de Dios. Los mandamientos del Evangelio dejaron abolidos los mandamientos del viejo testamento que mandaban hacer daño a las personas y matarlas. Aquellas leyes faltaban a la misericordia de Dios, por eso Jesucristo las abolió.
Ni Jesús ni los apóstoles se apoyaron en los mandatos del Antiguo Testamento que ordenaban a los hombres esclavitud, sacrificios y hacer daño y matar a las personas. Ellos recordaron algunas profecías y los verdaderos mandamientos que fueron dados realmente a los hombres desde siempre y para siempre. Y otros mandatos del Antiguo Testamento fueron citados por Jesús para dejarlos anulados porque no eran más que mandatos de hombres, pues Jesús es Dios mismo que se hizo Hombre, y Él no vino a abolir la verdadera Ley que Él mismo había dado desde siempre y para siempre.
Lo que Jesús anuló del Antiguo Testamento no eran más que mandatos de hombres, no de Dios.
Debes tener cuidado con los mandamientos del llamado "decálogo" del Antiguo Testamento, pues entre los mandamientos que Jesús recordó cuando predicó el Evangelio, no están algunos de los mandamientos escritos en el llamado "decálogo" del Antiguo Testamento, como el que ordenaba a los hombres no hacer obra alguna en día de reposo y el décimo mandamiento, los cuáles permitían a los hombres tener de esclavos a otros hombres y hacerse servir por ellos. Jesús abolió la esclavitud, y la ley que tenían los judíos de no hacer obra alguna en día de reposo. Lee:
Mateo 20:25-28
Jesús los llamó y les dijo: "Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así, sino que si alguno de vosotros quiere ser grande, que sea vuestro servidor; y el que de vosotros quiera ser el primero, que sea el servidor de todos; de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos. .
Juan 5,8-20
Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Además, el décimo mandamiento del Antiguo Testamento era muy diferente a lo que Jesús mandó, pues el décimo mandamiento del Antiguo Testamento ordenaba a los hombres no desear nada de los que tenían muchas riquezas, permitiendo que los ricos siguieran siendo muy ricos y los pobres siguieran siendo muy pobres, mientras que Jesús mandó a los que tenían muchas riquezas que vendieran todo lo que tenían y lo dieran a los pobres. Como vemos, lo que Jesús mandó es muy diferente a lo que manda el Antiguo Testamento.
Última edición por María_Laura3; 23/04/2018 a las 16:04
No tan de prisa :
Se nota que nunca has leído Mateo 8:1-4 Jesús sana a un leproso
Mat. 8
1 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
Y eso se refiere a Lev. 14 :
La purificación de los leprosos
14
1 El Señor habló a Moisés, diciendo: 2 Esta será la ley del leproso en los días de su purificación. Será llevado al sacerdote, 3 y el sacerdote saldrá fuera del campamento. El sacerdote lo examinará, y si la infección ha sido sanada en el leproso, 4 el sacerdote mandará tomar dos avecillas vivas y limpias, madera de cedro, un cordón escarlata e hisopo para el que ha de ser purificado. 5 Después el sacerdote mandará degollar una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua corriente 6 En cuanto a la avecilla viva, la tomará junto con la madera de cedro, el cordón escarlata y el hisopo, y los mojará junto con la avecilla viva en la sangre del ave muerta sobre el agua corriente. 7 Después rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, lo declarará limpio, y soltará al ave viva en campo abierto. 8 Luego el que ha de ser purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en agua y quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días permanecerá fuera de su tienda. 9 Y sucederá que en el séptimo día se rasurará todo el cabello: se rasurará la cabeza, la barba y las cejas; todo su cabello. Entonces lavará su ropa y se lavará el cuerpo en agua, y quedará limpio.
10 En el octavo día tomará dos corderos sin defecto, una cordera de un año sin defecto, tres décimas de un efa de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal y un log de aceite; 11 y el sacerdote que lo declare limpio, presentará delante del Señor al hombre que ha de ser purificado, con las ofrendas, a la entrada de la tienda de reunión. 12 Entonces el sacerdote tomará uno de los corderos y lo traerá como ofrenda por la culpa, con el log de aceite, y los presentará como ofrenda mecida delante del Señor. 13 Enseguida degollará el cordero en el lugar donde degüellan la ofrenda por el pecado y el holocausto, en el lugar del santuario, porque la ofrenda por la culpa, lo mismo que la ofrenda por el pecado, pertenece al sacerdote; es cosa santísima. 14 Entonces el sacerdote tomará de la sangre de la ofrenda por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 15 El sacerdote tomará también del log de aceite, y lo derramará en la palma de su mano izquierda; 16 después el sacerdote mojará el dedo de su mano derecha en el aceite que está en la palma de su mano izquierda, y con el dedo rociará del aceite siete veces delante del Señor. 17 Y de lo que quede del aceite que está en su mano el sacerdote pondrá un poco sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se ha de purificar, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, encima de la sangre de la ofrenda por la culpa; 18 y lo que quede del aceite que está en la mano del sacerdote, lo pondrá sobre la cabeza del que ha de ser purificado. Así el sacerdote hará expiación por él delante del Señor. 19 Después el sacerdote ofrecerá el sacrificio por el pecado y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia. Y después, degollará el holocausto. 20 Y el sacerdote ofrecerá sobre el altar el holocausto y la ofrenda de cereal. Así hará expiación el sacerdote por él, y quedará limpio.
21 Pero si es pobre y no tiene suficientes recursos, entonces tomará un cordero como ofrenda por la culpa, como ofrenda mecida, a fin de hacer expiación por él, y una décima de un efa de flor de harina mezclada con aceite para ofrenda de cereal, y un log de aceite, 22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos, uno será como ofrenda por el pecado y el otro para holocausto. 23 Al octavo día los llevará al sacerdote para ofrecerlos por su purificación, a la entrada de la tienda de reunión, delante del Señor. 24 Y el sacerdote tomará el cordero de la ofrenda por la culpa y el log de aceite, y los presentará como ofrenda mecida delante del Señor. 25 Luego degollará el cordero de la ofrenda por la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la ofrenda por la culpa y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 26 El sacerdote derramará también del aceite sobre la palma de su mano izquierda; 27 y con el dedo de su mano derecha rociará el sacerdote un poco del aceite que está en la palma de su mano izquierda siete veces delante del Señor. 28 Después el sacerdote pondrá del aceite que está en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la ofrenda por la culpa. 29 Y el resto del aceite que está en la mano del sacerdote lo pondrá en la cabeza del que ha de ser purificado, a fin de hacer expiación por él delante del Señor. 30 Entonces ofrecerá una de las tórtolas o de los pichones, según sus recursos. 31 Ofrecerá lo que pueda, uno como ofrenda por el pecado, y el otro como holocausto, junto con la ofrenda de cereal. Así el sacerdote hará expiación delante del Señor en favor del que ha de ser purificado. 32 Esta es la ley para el que tenga infección de lepra, cuyos recursos para su purificación sean limitados
Emeric
Léete otra vez la respuesta de María Laura porque es perfecta.... los cristianos solo debemos seguir los mandamientos misericordiosos de Jesucristo que en verdad fueron dados.... no nos vengas tú a meter lo que Jesucristo nos libro..... los mandamientos del Decálogo y el ejemplo que has puesto no vale para nada.
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