es empleado de foro,,para agitar y burlarse de las personas,,,bullying
Si es cierto que sopesáis las cosas correctamente entonces comprenderás que el Evangelio es la enseñanza perfecta que nos entrega los verdaderos mandamientos de Dios para vivir con misericordia, y así si los guardamos poder entrar en la vida:Iniciado por renacido
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"Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos".....
La verdadera Ley de Dios es la que Jesucristo nos enseñó en el Evangelio, que así nos dice:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)
Jesús también enseña los verdaderos mandamientos de la Ley de Dios que debemos guardar para entrar en la vida y que así nos dicen:
"Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mateo 19:16-24)
A los hombres codiciosos que se hacen dueños de muchas posesiones les cuesta muchísimo entregar sus bienes a los pobres. Ellos no quieren el camino de la misericordia y prefieren imponer sacrificios y esclavitud a los pobres. Por eso, Jesucristo también les dijo:
"... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7 )
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". (Mateo 22:34-40)
El viejo testamento dice que Dios mandó a los hombres hacer guerras y matar a las personas. ¿Pero es esto cierto?...
Nos dice el viejo testamento:
"Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Yavé se encendió contra Israel. Y Yavé dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Yavé delante del sol, y el ardor de la ira de Yavé se apartará de Israel. Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel:
Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor. Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión. Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel. Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil".(Números 25:3-9).
No es eso lo que nos mandó Jesucristo, sino todo lo contrario, Jesucristo anuló esos mandamientos de matar a las personas, pues Jesucristo nos entrega el mandamiento de Dios que dice: "NO MATARÁS". Así dice el Evangelio:
"Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás......"
Nos dice el Viejo testamento:
"Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Yavé en Madián......... Y pelearon contra Madián, como Yavé lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón....... Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del campamento. Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra, y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres?......... Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente" (Versículos de Números 31)
"Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza. Mas Yavé nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno". (Deuteronomio 2:32-34)
"Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán. Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños". (Deuteronomio 3:4-6)
No es eso lo que nos mandó Jesucristo, pues los que Jesucristo nos enseña en el Evangelio anularon todos esos mandamientos que mandaban guerras, genocidios y matar a hombres, mujeres y niños.
Por otra parte, ¿qué culpa tenían los niños y las mujeres esclavizadas a los hombres de lo que hubieran hecho los hombres? Matar a las personas está en contra de la Ley de Jesucristo (la verdadera Ley de Dios). Entonces, genocidios donde se mata a niños, mujeres, o a cualquier persona, es haber perdido toda noción de la misericordia y del conocimiento de la verdadera Ley de Dios, que es la Ley del Evangelio predicado por Jesucristo. En cuanto a los niños, el Señor nos entrega el siguiente mandamiento:
"Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí". (Mateo 19:13-15)
Antes de que Jesucristo nos predicara el Evangelio, el Señor a través del profeta Isaías había dicho a Israel:
"Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Yavé como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Yavé, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yavé. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra". (Isaías 2:1-4)...
Estas palabras de Isaias demuestras que la verdadera Ley de Dios no mandaba guerras ni matar a las personas, y esto es lo que nos enseñó Jesucristo cuando nos predicó el Evangelio, cumpliéndose así la profecía que nos decía que de Jerusalén saldría la Ley (la verdadera Ley de Dios), pues cuando Jesucristo predicó el Evangelio, restableció la verdadera Ley de Dios, los verdaderos mandamientos de Dios que había recibido el pueblo en tiempos de Moisés.
Antes de que viniera Jesucristo, el pueblo ya no conocía los verdaderos mandamientos de Dios porque los escribas habían cambiado la Ley de Dios, como nos dice Jeremías 8:7-8, y por eso el viejo testamento estaba cargado de preceptos de hombres.
Jesucristo nos enseña que lo que Dios quiere es el respeto a la vida de las personas, el amor, la misericordia, el perdón y el reparto de los bienes.
SIGUE.....
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Para el profesor de Frances
je dédie por toi.
Jesucristo no vino a abolir la verdadera Ley de Dios que es la que Jesucristo mismo nos enseña en el Evangelio..., pero si abolió muchas leyes del viejo testamento, y para comprobar esto, se pueden leer las siguientes citas del Evangelio:
Mateo 5:31-48, Mateo 12:1-8, Mateo 20:25-28, Juan 5:8-11, Juan 5:16-18, Juan 8:3-11
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