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El Indeciso
El Vaticano es una empresa multinacional y su manejo es parecido al de las grandes compañias del mundo. Tiene un patrimonio superior a 1.000 millones de dolares, sin contar obras de arte e inmuebles valorados, como mínimo, en 10.000 millones de dolares. Es una organización que tiene 2.700 empleados permanentes y la administración de su fortuna está en manos de especialistas y banqueros laicos. Recauda anualmente 260 millones de dolares. Las arcas vaticanas cuentan, como pate de sus ingresos, con el aporte de todas las diocesis del mundo que deben enviar una parte de sus ingresos a la santa sede. También existen organismos como el IOR, que es una administración fiduciaria, encargada de gestionar y recaudar valores moviliarios por cuenta de terceros. Tienen allí sus cuentas la mayor parte de los institutos, congregaciones y ordenes religiosas del mundo, como así el personal del Vaticano y el propio Papa. El dinero recaudado es colocado en organismos de crédito, en cuentas a plazo fijo o en obligaciones, percibiendo por ello un interés por lo depositado. Yo me pregunto: ¿No es esta clase de ganancia un procedimiento penado por el dogma católico? Por lo visto, los que imponen las reglas pueden gozar de ciertas excepciones bastante alejadas del camino del espíritu.
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