Los creyentes predican que Dios estableció la monogamia en el Edén, con Adán y Eva y que, por consiguiente, Su voluntad es un marido, y una mujer.
Pero no predican que ese mismo Dios dejó que grandes siervos Suyos como David y Salomón fueran super mujeriegos.
Y sin nunca reprocharles eso.
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