Cuando vuelvas, ¿ eh ?
No veo por aquí al neomarcionista Porque25 ...
Normal, pues él sabe que Jesucristo no hizo nada para acabar con la desigualdad económica entre ricos y pobres ...
Entre paréntesis
Les informo que en otro tema, el neomarcionista Porque25 se ha pronunciado a favor del amor libre entre cristian@s.
Para que vean hasta dónde puede llevarle su error doctrinal inicial ...
El pecado siempre lo comete el hombre, y el pecado siempre tiene consecuencias, entre estas consecuencias está la injusticia. La cometemos todos, sin excepción.
Una tremenda pobreza de la que no se habla son los pobres espirituales, la de no sentirnos queridos ni siquiera por Dios. De ahí la terrible angustia de la soledad.
El hombre necesita la compañía de las personas, el sentirse querido.
Es importante no perder de vista que este mundo no es el Reino de Jesús. Esto hay que tenerlo muy en cuenta.
La pobreza no es un problema nuevo. Jehová dijo a los israelitas que nunca dejaría de haber pobres entre ellos (Deut. 15:11). Y siglos Siglos después, su Hijo hizo este comentario: “Siempre tienen a los pobres con ustedes” (Mat. 26:11). ¿Quiso decir Jesús que la pobreza es un problema sin solución? No. Lo que quiso decir es que la pobreza existirá mientras vivamos en el mundo de Satanás. Pero qué alivio es saber que se acercan tiempos mejores, que cuando el Reino gobierne la Tierra todos tendrán comida de sobra y estarán satisfechos.
El salmista dijo lo siguiente sobre Jehová: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente” (Sal. 145:16). Jesús, “el poder de Dios”, también abrió su mano muchas veces para satisfacer las necesidades de sus discípulos. No lo hizo simplemente para demostrar que tenía poder, sino porque se preocupaba de verdad por ellos, como lo muestra el relato de Mateo 14:14-21 (léalo). Muchas personas de ciudades cercanas habían seguido a Jesús a pie (Mat. 14:13). Al caer la tarde, los discípulos vieron que la gente estaba agotada y hambrienta, así que recomendaron a su Maestro que les dijera que se fueran a comprar algo de comer. ¿Qué hizo él?
Un milagro: usando cinco panes y dos pescados alimentó a unos cinco mil hombres —además de muchas mujeres y niños—. El relato dice que “todos comieron y quedaron satisfechos”. De hecho, ¡sobraron doce cestas llenas! Como vemos, Jesús no les dio algo ligero. Se aseguró de que comieran bien antes de iniciar el largo viaje de vuelta a casa (Luc. 9:10-17). Cuánta compasión les tuvo a aquellas familias. ¿Verdad que nos conmueve pensar en el cariño que sentía por las personas?
Hoy día hay cientos de millones de personas que no tienen lo necesario para vivir debido a la mala administración de los gobiernos. Algunos de nuestros hermanos tienen muy poco para comer, y aunque no se mueren de hambre, no puede decirse que queden satisfechos. Pero se acerca el día en que los siervos de Dios vivirán en un mundo sin corrupción ni pobreza. ¿Verdad que si usted tuviera el poder, haría algo para mejorar las cosas? Jehová tiene el poder y el deseo de satisfacer nuestras necesidades. Lo ha prometido: muy pronto terminará con todo el sufrimiento (lea Salmo 72:16).
Hechos 18:6
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