mucho me ayudaría que en verdad leas lo que te pongo..
hoy es quincena y tengo mucho trabajo
27 Y miré, y vi al Redentor del mundo, de quien mi padre había hablado, y vi también al profeta que habría de preparar la vía delante de él. Y el Cordero de Dios se adelantó y fue bautizado por él; y después que fue bautizado, vi abrirse los cielos, y al Espíritu Santo descender del cielo y reposar sobre él en forma de paloma.
28 Y vi que salió, ejerciendo su ministerio entre el pueblo con poder y gran gloria; y se reunían las multitudes para escucharlo; y vi que lo echaron de entre ellos.
29 Y vi también a doce más que lo seguían. Y aconteció que fueron llevados en el Espíritu de delante de mi faz, de modo que no los vi más.
12 Pero he aquí, habrá entre ellos guerras y rumores de guerras; y cuando llegue el día en que el Unigénito del Padre, sí, el Padre del cielo y de la tierra, se manifieste él mismo a ellos en la carne, he aquí, lo rechazarán por causa de sus iniquidades, y la dureza de sus corazones, y lo duro de su cerviz.
13 He aquí, lo crucificarán; y después de ser puesto en un sepulcro por el espacio de tres días, se levantará de entre los muertos, con sanidad en sus alas; y todos los que crean en su nombre serán salvos en el reino de Dios. Por tanto, mi alma se deleita en profetizar concerniente a él, porque he visto su día, y mi corazón magnifica su santo nombre.
14 Y he aquí, acontecerá que después que el Mesías haya resucitado de entre los muertos, y se haya manifestado a su pueblo, a cuantos quieran creer en su nombre, he aquí, Jerusalén será destruida otra vez; porque, ¡ay de aquellos que combatan contra Dios y el pueblo de su iglesia!
que he aquí que viene el tiempo, y no está muy distante, en que con poder, el Señor Omnipotente que reina, que era y que es de eternidad en eternidad, descenderá del cielo entre los hijos de los hombres; y morará en un tabernáculo de barro, e irá entre los hombres efectuando grandes milagros, tales como sanar a los enfermos, levantar a los muertos, hacer que los cojos anden, y que los ciegos reciban su vista, y que los sordos oigan, y curar toda clase de enfermedades.
6 Y echará fuera los demonios, o los malos espíritus que moran en el corazón de los hijos de los hombres.
7 Y he aquí, sufrirá tentaciones, y dolor en el cuerpo, hambre, sed y fatiga, aún más de lo que el hombre puede sufrir sin morir; pues he aquí, la sangre le brotará de cada poro, tan grande será su angustia por la iniquidad y abominaciones de su pueblo.
8 Y se llamará Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre del cielo y de la tierra, el Creador de todas las cosas desde el principio; y su madre se llamará María.
9 Y he aquí, él viene a los suyos, para que la salvación llegue a los hijos de los hombres, mediante la fe en su nombre; y aun después de todo esto, lo considerarán como hombre, y dirán que está endemoniado, y lo azotarán, y lo crucificarán.
10 Y al tercer día resucitará de entre los muertos; y he aquí, se presenta para juzgar al mundo; y he aquí, todas estas cosas se hacen para que descienda un justo juicio sobre los hijos de los hombres.
11 Pues he aquí, y también su sangre expía los pecados de aquellos que han caído por la transgresión de Adán, que han muerto sin saber la voluntad de Dios concerniente a ellos, o que han pecado por ignorancia.
12 ¡Mas ay, ay de aquel que sabe que se está rebelando contra Dios! Porque a ninguno de estos viene la salvación, sino por medio del arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo.
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