San Juan Crisóstomo ODIABA a los judíos, pero Pío V lo declaró "doctor de la iglesia"

[Emeric]

¿ Qué te parece ese mensaje, Ciro ?

[Ciro]

Que no es católico.

[Emeric]

Que no es católico.

¿ Por qué ??????

[Ciro]

Ya sabes que España hasta hace poco el nacionalcatolicismo era lo imperante, pues bien jamás oí en ningún sitio de la sociedad reinante en aquella época que los judíos hubieran matado a Jesús, siempre escuché que si cualquiera de nosotros hubiéramos estado allí lo habríamos crucificado igualmente.

[Emeric]

jamás oí en ningún sitio de la sociedad reinante en aquella época que los judíos hubieran matado a Jesús

Pues, lávate los oídos.

[Ciro]

Yo solo he oído que los judíos son nuestros hermanos mayores.

[Emeric]

Yo solo he oído que los judíos son nuestros hermanos mayores.

Desde JP II; antes, NO.

[Ciro]

Juan Pablo II pidió perdón por los errores de la Iglesia, no podemos ahora hablar del pasado y sí del futuro.

Del pasado debemos de aprender de los aciertos y errores que hubo entre la convivencia de ambas religiones.

Ya antes hubo por el Concilio Vaticano II una declaración la "Nostra Aetate" que expresaba sobre los judíos lo siguiente:

"Además, la Iglesia, que reprueba cualquier persecución contra los hombres, consciente del patriotismo común con los judíos e impulsada no por razones políticas, sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones del antisemitismo de cualquier tipo y persona contra los judíos.

Por lo demás, Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la Iglesia, abrazó voluntariamente, y movido por inmensa caridad, su pasión y muerte por los pecados de todos los hombres, para que todos consigan la salvación. Es, pues, deber de la Iglesia en su predicación el anunciar la Cruz de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de toda gracia".

[Ciro]

El Holocausto horrorizó a los cristianos en todas partes. Verdaderamente aun cuando se estaba gestando, líderes católicos y protestantes, figuras tales como Jacques Maritain y Karl Barth elevaron sus voces para oponerse. Pío XI en 1937, en su encíclica "Mit Brennender Sorge" (Con quemante ansiedad) explícitamente y vigorosamente condenó tanto al régimen nazi, como su ideología racista de "Sangre y Patria". El mismo führer fue condenado por sus "aspiraciones de divinidad" y fue descrito como "un profeta loco poseído de repulsiva arrogancia.

El Holocausto y sus consecuencias, junto al surgimiento del Estado de Israel, trajeron consigo que las Iglesias Cristianas decidiesen revisar su actitud con respecto al judaísmo y a los judíos. Además, los mismos judíos y sus instituciones internacionales buscaban un acercamiento y aceptaban el comienzo de un diálogo. Entre las instituciones judías la más activa era el American Jewish Committee (A.J.C.) y la Anti-Defamation League of the B'nai B'rith (A.D.L.), quienes prepararon el camino hacia la redacción y aprobación de la Declaración Nostra Aetate que puso las relaciones judeo-cristianas sobre nuevas bases.

Para entender mejor el significado de la Declaración Nostra Aetate, hay que conocer -aunque en forma muy resumida- las diferentes fases de las relaciones judeo-cristianas durante la historia.

Según diferentes investigadores cristianos, cuya opinión es aceptable también para nosotros, se distinguen seis épocas:

1. La época desde el comienzo del ministerio de Jesús hasta la destrucción del Santuario por los romanos en 70 a.e.c. Durante este tiempo el cristianismo ha sido considerado como parte del judaísmo, con pequeñas diferencias en la liturgia.

2. La época de la separación, acontecida en forma gradual hasta el siglo IV. Es la época de la diferenciación doctrinal, de la confrontación y de la rivalidad.

3. Desde la transformación del cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano hasta las Cruzadas; es la época del odio institucionalizado y hasta cierto punto triunfal, caracterizada por la teología de responsabilidad colectiva del pueblo judío por la muerte de Jesús (deicidio), y por las consideraciones que la dispersación de los judíos es un castigo por no haber aceptado a Jesús como Mesías, transformándose así en los proscritos de la sociedad.

4. La cuarta época, desde las Cruzadas hasta la Reforma, es la época más oscura de las relaciones judeo-cristianas; la época del odio popular y emocional, caracterizada por las acusaciones del crimen ritual, de la profanación de la Santa Hostia, ampliada por acusaciones económicas y sociales (judío prestamista y usurero); es la época de los ghettos, de las insignias humillantes, restricciones, saqueos, expulsiones, bautismos forzados y masacres en masa.

5. Desde la Reforma hasta la Segunda Guerra Mundial es la época de la acusación de los judíos por ser instigadores de la Reforma; luego viene la emancipación política de los judíos, quienes comienzan a trabajar fuera de los ghettos y contribuyen en forma muy significativa al desarrollo económico y cultural de los países europeos. Sin embargo, se los considera como intrusos, quienes desplazan a los cristianos. Comienza también la ideología pseudo-científica del racismo, declarando inferiores a los judíos y con eso querían justificar el Holocausto, cuando mataron a seis millones de judíos en Europa, con el silencio casi completo de la Iglesia y del mundo entero, lo que ha demostrado no sólo la crisis de la Iglesia sino también de la Civilización Occidental.

6. La sexta época comienza con la liberación de los campos de exterminio y con el choque moral, espiritual y sentimental, que había causado el descubrimiento de la barbarie nazi. Dentro de pocos años más renació el Estado de Israel, demostrando la vitalidad del pueblo judío y la necesidad de la incorporación de su cultura en la civilización occidental. Todo eso trajo consigo que la Iglesia Católica y también las otras religiones cristianas se embarcaran en un profundo examen de conciencia y en la búsqueda de caminos para mejorar sus relaciones con el pueblo judío.

La Conferencia de Seelisburg (Suiza) en 1947, reunida para luchar contra la persistencia del antisemitismo en Europa, al repudiar el antisemitismo colocó las bases de un futuro diálogo judeo-cristiano, reconociendo la validez del judaísmo, y propuso la eliminación de la acusación perniciosa del deicidio y la revisión de los textos de la enseñanza católicos para eliminar de ellos todo lo que es antijudío.

En la preparación del camino desempeñaron un papel muy importante de parte judía Zacharia Shuster, Judith Bánki, Eric Werner, el Rabino Abraham Joshua Heschel, Rabino Marc Tenenbaum: de la parte católica hay que subrayar la muy buena predisposición de su S.S. el Papa Juan XXIII, de bendita memoria, en el mejoramiento de las relaciones judeo-cristianas y de su fiel colaborador su Eminencia, el Cardenal Agustín Bea (Q.E.P.D.) quien ha sido encargado con la preparación de un documento al respecto y lo hizo con muy buena voluntad y mucho esfuerzo, aunque haya tenido muchas dificultades en vencer la resistencia de muchas autoridades eclesiásticas conservadoras.

[Emeric]

Juan Pablo II pidió perdón por los errores de la Iglesia

O sea, desdijo a Papas anteriores. Pssss ...